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sábado, 31 de diciembre de 2016

EN ESTO PENSAD -- enero 2017


El Problema Del Discernimiento (II)
G. A. Lehman
 (viene del número anterior)
EL PROPÓSITO DEL DISCERNIMIENTO
 
Un pasaje relacionado con este tema se encuentra en Filipenses 1:9-10, que es parte de la oración de Pablo a favor de los filipenses: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento. Para que aprobéis lo mejor; a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo”.
    Nótese dos factores importantes en este texto, que establecen el propósito del discernimiento:
    1) “Para que aprobéis lo mejor”. Esto sólo puede ser hecho discriminando entre las cosas. Algunas cosas son malas, otras buenas, y algunas mejores (o excelentes). Como dijo un profesor de la Biblia a sus estudiantes: “hay muchos libros buenos, en fin, hay tantos que no podríais leerlos todos. Leed sólo los mejores; no teniendo tiempo para los otros. Se les impulsaba a discernir entre lo bueno, lo mejor y lo excelente.
    2) El segundo factor nos es dado en nuestro texto en la frase que dice: “que seáis sinceros e irreprensibles”. Cuando se trata sólo con hechos se trata sólo con la verdad, se evita cualquier cosa falsa. Se llega de esta manera a ser una persona sin engaño, transparente y de puro corazón; no una piedra de tropiezo. El discernimiento le capacita a evitar los impedimentos a su vida de santidad.
    Vemos un tercer propósito en Hebreos 5:13-14, “Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
    El ejercicio del discernimiento involucra el ejercicio de tomar decisiones y esto lleva a la madurez. No dejamos que nuestros niños hagan decisiones importantes, pero a la medida que crecen física, mental y moralmente, les permitimos hacer más decisiones que involucran discernimiento. Su ejercicio volitivo personal revela la extensión de su madurez. A medida que ese crecimiento progresa, podemos confiarles el conocimiento y la responsabilidad que está de acuerdo con su madurez. La falta de crecimiento resulta en inmadurez. Esta parte de la epístola a los Hebreos fue escrita precisamente a aquellos que tenían este problema.
    Otro propósito es el ejercicio del autojuicio. Cualquier juicio requiere el ejercicio del discernimiento. Así lo encontramos en 1 Corintios 11:28-29, “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí”.
    La observancia de la ordenanza de la Cena del Señor requiere que los Cristianos entiendan lo que están haciendo. Deben saber lo que significa. La falta de discernimiento del significado, lleva a la falta de autojuicio y esa falta, al juicio y castigo del Señor. La naturaleza sagrada de esta ordenanza demanda discernimiento por parte de los participantes.

LA PRÁCTICA DEL DISCERNIMIENTO

    La práctica del discernimiento requiere conocimiento. Esto involucra la acumulación de hechos, una investigación de la verdad. Este es el principio sobre el cual Dios basa Su propio juicio, pues leemos en Romanos 2:2, “ ... el juicio de Dios...es según verdad”. Pablo, al orar por los filipenses, dice: “que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia...”. Nadie puede llegar a una correcta determinación o juicio aparte de un conocimiento de los hechos verídicos, o como dijo Francis Schaffer: “verdadera verdad” o “la verdad verdadera”.
    La práctica del discernimiento requiere amor. En su oración por los filipenses, citada anteriormente, Pablo enfatiza un amor creciente y rebosante en el tratamiento de los hechos de los cuales debe consistir nuestra ciencia o conocimiento. Si el amor de Cristo nos constriñe, como dice 2 Corintios 5:14, entonces los resultados de nuestra ciencia y discernimiento glorificarán al Señor.


LOS PRINCIPIOS DEL DISCERNIMIENTO
    No podemos ejercer el discernimiento sin alguna norma como guía. Esta norma es la Palabra de Dios. Dios mismo reconoce esta norma aún para Si mismo en el Salmo 138:2 que dice: “Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas”. Otro texto vital se encuentra en Isaías 8:20, “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Cristo, en Su oración en Juan 17:17 declara: “Tu Palabra es verdad”. La norma de discernimiento espiritual es la Palabra de Dios, sin duda alguna.
    El segundo principio es ser una persona espiritual. Esto reprende a los fariseos, saduceos y a los creyentes carnales de nuestros días. Un texto pertinente acerca del hombre espiritual se encuentra en 1 Corintios 2:15, “En cambio el espiritual juzga (examina) todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie”. El examen aquí es con el propósito de discernir espiritualmente, lo cual sólo es posible en una persona espiritual. Nótese la misma idea en 1 Corintios 11:28, “...pruébese cada uno a sí mismo”. El propósito es de determinar o discernir su propia disposición o condición espiritual en relación al culto que involucra la Mesa del Señor. En la profecía Mesiánica de Isaías 11:2, el Espíritu del Señor es también llamado el Espíritu de sabiduría y de inteligencia. El mismo Santo Espíritu ahora reside en el cuerpo de cada creyente para poder controlar sus sentidos para que sean “ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He. 5:14).

LA APLICACIÓN

    Hay una necesidad desesperante de un avivamiento, de un vivir realmente piadoso. Muchos cristianos no disciernen al pecado como pecado. Su visión espiritual está empañada por un astigmatismo espiritual. Como los laodicenses (ver Ap. 3:15-17), no pueden entender ni discernir la propia condición de sus miembros. Otros se han endurecido y ya no les quedan más lágrimas. Pero la eterna Palabra de Dios se mantiene en juicio sobre nosotros. ¿Qué ha sucedido con la predicación expositiva? ¿Dónde están los truenos desde nuestros púlpitos contra el pecado de los que están en los bancos? Porque nuestros cañones se elevan por encima de las cabezas de nuestro pueblo, dirigiéndose a los políticos, los apóstatas, etc., evitando así los pecados en nuestro medio. ¿Por qué seguir? Estas condiciones se ven a las claras.
    La única respuesta es un retorno al control del Espíritu Santo y la sumisión a la Autoridad de la Palabra de Dios. Entonces, sólo entonces estará resuelto el problema del discernimiento.
    “Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He. 5:14).

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 ¡Vengo Pronto!

“¡He aquí, vengo pronto!” (Ap. 22:7, 12, 20). “El tiempo está cerca” (Ap. 22:10). No sólo aquí sino en el resto del Nuevo Testamento en general aparecen tales expresiones. En todo lugar la prometida revelación del Señor Jesucristo es representada como algo cercano, inminente, que puede suceder en cualquier momento. La impresión hecha sobre los primeros cristianos era que Cristo vendría en cualquier hora o día. Exactamente cuándo vendrá no les fue dicho en ningún lugar. Según las palabras del Salvador, no era para ellos el saber el tiempo o las sazones que el Padre puso en Su sola potestad (Hch. 1:6-7). Debemos estar en expectación constante de Su venida en cualquier año, día y hora.
    Ciertamente no tenemos libertad para posponer ni pensar que esté lejos lo que Cristo tan solemnemente declaró estar “cerca”. Andando el tiempo en la edad de la Iglesia, y especialmente ahora, cada creyente debe esperar en cualquier momento Su venida para cumplir todo lo que está escrito en este libro [Apocalipsis]. La Biblia indica que no hay nada entre nosotros y ese día.                      
traducido y adaptado de Seiss, The Apocalypse (Apocalipsis), pág. 528

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Hasta aquí nos ayudó Jehová.

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¿Cuál es la diferencia entre un mono y usted?  
(por favor, no se ofenda)

La enseñanza acerca de la evolución ha tenido un impacto profundo en nuestra sociedad. La ingeniería genética, los abortos y la eutanasia radican en la opinión de que en la formula de la vida, realmente no hace falta un Dios.
    Por “evolución” no debemos entender sencillamente “cambio”, sino más bien la idea de que las moléculas se transformaron en un ser humano (y en todo lo demás) simplemente por un proceso natural. La teoría que afirma que de alguna manera, al azar, puede surgir vida de algo inanimado, es francamente absurda. La generación espontanea ya fue demostrada falsa hace muchos años por Redi, Pasteur, y otros. Pero este concepto ha sido entrado de nuevo, clandestinamente, por los que buscan una alternativa a Dios.
    Aun más destructiva es la idea de que la materia impersonal y sin inteligencia haya podido producir de alguna manera al hombre con su personalidad, razón, y sus conceptos de moralidad. Esta teoría es en sí autodestructiva. Darwin mismo dijo: “Conmigo siempre surge la duda horrible de que si las convicciones de la mente humana, la cual ha sido desarrollada de la mente de animales inferiores, tienen valor alguno o son realmente dignos de confianza. ¿Confiaría alguien en las convicciones de un mono, si en semejante mente hubiera convicciones?” Si su cerebro es un accidente, ¿cómo puede confiar en sus pensamientos?
    Negando que Dios existe, el hombre acaba negando su propia humanidad. La verdad, la hermosura y el amor ya no tienen sentido. La Biblia afirma: “Dice el necio en su corazón, no hay Dios” (Sal. 53:1).
    No importa cuánto intente suprimirlo, aún surge desde lo profundo de cada uno aquella protesta que le dice que no es meramente un animal ni una máquina. Usted no debe esta forma de pensar a un ameba; pues la recibió de Dios, del Dios que le creó y que le llama a acercarse a Él. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
 
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INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?
VII

Martin y Deidre Bobgan

(viene del número anterior)

El Camino Menos Transitado
El psiquiatra M. Scott Peck ha llegado a ser un conferenciante y escritor muy popular entre “cristianos”. Sus libros: People of the Lie (“El Pueblo de la Mentira”), y The Road Less Travelled (“El Camino Menos Transitado”) aparecieron en una revista evangélica popular apuntados entre los libros del año. La lista viene de la votación de escritores, líderes y teólogos evangélicos seleccionados por la revista. Un crítico de libros del New York Times escribe: “La audiencia principal del libro está en la zona del “Bible Belt” (“Cintura Bíblica” , apodo asignado a una región bíblicamente conservadora en el sureste de los Estados Unidos). Describe el libro así: “un intento ambicioso de casar la teología cristiana con los descubrimientos de Freud y Jung en el siglo XX”.24
    En una entrevista publicada en la revista Christianity Today (“El Cristianismo Hoy”), le preguntaron a Peck: “¿Qué quería Ud. decir al llamar a Cristo: ‘Salvador’?” El periodista relata su respuesta:

“A Peck le gusta Jesús el Salvador como hada madrina (término que seguramente no usa de modo frívolo), como ejemplo o maestro de cómo vivir y morir. Pero no le gusta la idea de Jesús como el que hace Expiación”.25

    La opinión de Peck acerca de la naturaleza de Dios y la del hombre no viene de la Biblia, sino de una mezcla de la psicología jungiana con el misticismo oriental. Comenta así acerca de Dios y el hombre:

“Dios quiere que lleguemos a ser Él (o ella). Estamos avanzando hacia la divinidad. Dios es la meta de la evolución. Dios origina la fuerza evolucionaria y Él también es el destino. Eso es lo que queremos decir con ‘el Alfa y la Omega, el principio y el fin’”.26

    Pero la Biblia dice lo contrario:

“Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Is. 44:6).

    No obstante, Peck continúa:

“Una cosa es creer en un Dios viejo y benigno que nos cuidará bien desde Su alta posición de poder donde nunca podremos llegar. Es totalmente otra cosa creer en un Dios cuyo deseo es que nosotros logremos Su posición, Su poder, Su sabiduría, Su identidad...”27

    Las únicas palabras que se asemejan a esta descripción son las de Lucifer en Isaías 14:13-14. En verdad Peck promete divinidad a todos los que acepten la responsabilidad de lograrla.

“No obstante, cuando creemos que es posible que el hombre llegue a ser Dios, ya no podemos descansar mucho, ni decir: ‘Bien, se terminó mi trabajo’. Debemos animarnos constantemente a adquirir más y más sabiduría, más y más eficacia. Al creer así nos habremos colocado al menos hasta la muerte en un camino de automejora y crecimiento espiritual. La responsabilidad de Dios debe ser también la nuestra”.28

    Peck entra todavía más en el laberinto del misticismo oriental y el ocultismo jungiano al decir: “Hablando claro, nuestro inconsciente es Dios. Dios en nosotros. Siempre hemos sido parte de Dios. Dios siempre ha estado con nosotros, está ahora, y siempre estará”.29
    En contraste a esto, la Biblia revela que la única manera de entrar en una relación con Dios es por medio de la fe en el Señor Jesucristo, pues Él es el único camino al Padre. Mientras uno no nace del Espíritu, mora en el reino de las tinieblas, bajo el dominio de Satanás.

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Ef. 2:1-5).

    No importa cuán amables, populares y bien intencionados sean los terapeutas “cristianos”, son poderosamente influenciados por la impía perspectiva psicológica. La psicología viene a ser la manera de interpretar las Escrituras y de aplicarlas a la vida cotidiana. Cuando uno lee la Biblia desde la perspectiva psicológica de Freud, Jung, Adler, Maslow, Rogers, y otros, su comprensión de la Biblia tiende a conformarse a las teorías de ellos. En lugar de mirar a la vida a través de la Biblia, mira a la Biblia a través de la psicología.
    Esos amalgamadores añaden la sabiduría de los hombres para suplir lo que según ellos falta en la Biblia. Toman el antiguo problema del pecado arraigado en el egoísmo, y le dan un nombre nuevo como “crisis de la mediana edad”, “síndrome del nido vacío” u otras ideas. Luego ofrecen soluciones procedentes de la masa leudada. Agregan a sus ideas psicológicas algún versículo o historia bíblica para que los cristianos las traguen. Así pretenden dar soluciones eficaces a problemas que erróneamente creen estar fuera del alcance de las Escrituras.

El Ministerio Pastoral Minado

Los consejeros psicológicos minan el ministerio de los pastores. Han desarrollado una fórmula para que los pastores remitan a ellos las ovejas del Señor: (1) Los que carecen de capacitación psicológica no son aptos para aconsejar a las personas que tienen serios problemas de vida. (2) Por eso, hay que remitirlas a los terapeutas profesionales. Estos dos pasos son indicios previsibles y patéticos de la seducción psicológica del cristianismo.
    Los pastores se han dejado intimidar por las aseveraciones de los psicólogos. Ahora temen hacer exactamente lo que Dios les manda: ministrar a las necesidades espirituales del pueblo mediante consejos bíblicos y piadosos en público y en privado. Parte de esa intimidación es hecha por otros pastores que recibieron capacitación psicológica.
    Un portavoz de la Asociación Americana de Consejeros Pastorales – un grupo de pastores con estudios en psicoterapia, dice así:

“Nuestra preocupación es que hay muchos ministros que no están preparados para la psicoterapia de sus feligreses”. 30

Esto, por supuesto, supone que los pastores no son cualificados. Entonces, la conclusión previsible a esta letanía es: “remítalos a un profesional”.
    Pero en los confines de la oficina del psicoterapeuta, es subvertido el mensaje pastoral que enfrenta el pecado en la vida del individuo. Cambian sutilmente el sentido de las palabras y frases. A la palabra pecado le sustituyen palabras de menos convicción, tales como: “fallo”, “error”, y “reacción a heridas del pasado”. Términos como “sanado” reemplazan palabras bíblicas como santificado y santo. De hecho, la palabra santo ha sido alterada para significar algo como “salud psicológica”. En manos de los que psicologizan, lo literal en las Escrituras a menudo se vuelve metafórico, y lo metafórico se vuelve literal.
    Pero no sólo aceptan esas nuevas definiciones los que pagan por oírlas de los psicoanalistas. También han llegado a ser conocidos y estandarizadas en la comunidad cristiana. Eso ha sucedido gracias a la influencia de la psicoterapia en libros, revistas y los medios cristianos de comunicación.
    ¿Es de sorprender que los pocos pastores piadosos que quedan hoy en día están perplejos respecto a su tarea de aconsejar con las Escrituras?

continuará, d.v. en el siguiente número

Para leer más artículos sobre la psicología y la psiquiatría, acude a:
www.sedin.org
http://carlosdiscipulo1.blogspot.com.es
www.thebereancall.org

Hay estudios muy buenos, bien documentados y razonados, sobre este tema en inglés. Lástima que tan poco existe en español, pero los que angloparlantes pueden aprovechar esa instrucción en Youtube:

  

lunes, 12 de diciembre de 2016

LEAMOS LA BIBLIA ENTERA EN 2017



"No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).
"porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios" (Hch. 20:27). 

      Algunas naciones hacen campañas contra el analfabetismo, y eso es bueno. Pero ahora tenemos que hacer campaña contra la falta de lectura, en las iglesias. Muchos han perdido la buena costumbre de leer. Otros nunca la han cultivado. Son capaces de pasar horas mirando la pantalla de un televisor, teléfono u ordenador, pero tras cinco minutos de lectura se aburren o se cansan.  Dios se ha revelado en Su Palabra, la Biblia. "Ocúpate en la lectura" es el consejo apostólico (1 Ti. 4:13).
 
      Si en otros tiempos no todos tenían disponible la Palabra de Dios para leer y estudiar, no es el caso con nosotros. Hoy en día, más que nunca, hay más Biblias y medios para leer la Biblia. Pero extrañamente, coincide que gran cantidad de cristianos sigue sin haber leído siquiera una vez toda la Biblia.

      ¿Cómo van a vivir de "toda palabra que sale de la boca de Dios" si no han leído toda la Biblia?  ¿Cómo sabrán "todo el consejo de Dios" si no leen?  Y el peligro es que luego en su ignorancia o conocimiento incompleto opinan sobre doctrinas y prácticas, sin saber lo que dicen. ¿Y cómo sabrán si lo que se les enseña es correcto o no, si desconocen la Biblia?

     Así que, invitamos a todo hermano y hermana a ponerse la meta de leer toda la Biblia en 2017, empezando en Génesis y siguiendo hasta terminar Apocalipsis. PERO el asunto es leer, no escuchar a otro leer, sino abrir tú la Biblia y tomar el tiempo para leer cada uno de los capítulos. ¡Es una buena inversión!  Empezando el 1 de enero, si leemos 4 capítulos diarios, terminaremos en Noviembre. Esto significa que sobran días para recuperar si perdemos algún día durante el año.

 Si estás demasiado ocupado para leer la Biblia, ¡estás demasiado ocupado! Algo falla y deberías hacer cambios y establecer prioridades. "Hay un tiempo para todo lo que se quiere" (Ecles. 3:17).

Muchos se han arrepentido y se arrepentirán de no leer la Biblia, pero nadie se arrepiente de leerla!

El salmista exclamó:
 "¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación". 
Salmo 119:97 



 



 

sábado, 12 de noviembre de 2016

EN ESTO PENSAD -- diciembre 2016

El Problema Del Discernimiento

G. A. Lehman

Un niño pequeño le dijo a su padre: “Ahora sé de dónde vienen los caballos: el señor Sánchez, el herrero, los fabrica cerca de aquí”.
 “Oh, no”, le respondió su padre: “los caballos nacen como lo hacen las vacas, los pollos o la gente; no se fabrican”.
   “No señor”, insistió el niño: “el herrero los hace, yo le vi hacer uno”.
    El padre estaba preocupado por la insistencia del muchacho y le preguntó: “¿Exactamente, qué fue lo que viste? ¿Viste al herrero hacer todo un caballo?” Y recibió la sorprendente respuesta: “ No, no le vi hacer uno entero, pero vi cómo terminaba uno. Estaba clavándole los pies, cuando pasé por allí”.
    Sonreímos a causa de las observaciones inmaduras del jovencito, pero su historia ilustra uno de los grandes problemas que enfrentan los cristianos en una sociedad decadente. Es el discernimiento de lo verdadero y de lo falso, el discernimiento de lo correcto y de lo incorrecto. El problema está mezclado con la presencia de mundanalidad en la Iglesia, lo que tiende a difuminar las fronteras entre el bien y el mal. Crea una neblina espiritual en que las líneas de demarcación, como la piedad y la santidad, no son claramente discernidas. En este punto necesitamos buscar una definición.
    ¿Qué es el discernimiento? Las palabras griegas traducidas por las palabras “discernir”, “discernidor” o “discernimiento” dan las ideas de examen, discriminación, separación y determinación de juicio. El uso de estas palabras determina su significado. El ejercicio del discernimiento consiste en un examen de los hechos, la separación y la discriminación entre ellos, para poder llegar a una determinación o juicio.

EL PRONÓSTICO DEL TIEMPO

     Una excelente ilustración de discernimiento puede ser vista en la actividad del hombre del tiempo, del meteorólogo.
     Primero. Él examina los hechos evidentes. Si hay viento, observa su dirección, velocidad, altitud y duración. Si hay presencia de nubes, observa su formación, densidad, elevación y movimiento. Puede estar lloviendo, observa dónde, cuándo y que cantidad cae. Además de ello, debe considerar otros hechos como la temperatura, la presión barométrica, ¿sube, baja o permanece igual?
     Segundo. El meteorólogo debe separar y discriminar entre los hechos acumulados. Encuentra que la velocidad del viento sopla sin variaciones del sudoeste, densas nubes de lluvia se acercan por la misma dirección, como parte de un frente frío que va a tener una colisión inminente con el aire cálido que hay en la zona.
     Tercero. Llega ahora a una determinación o juicio, reuniendo todos los hechos, y predice que lloverá. El meteorólogo es así un discernidor que ha ejercido el discernimiento.
               
LA FALTA DE DISCERNIMIENTO

     La falta de aplicar al reino espiritual los principios de discernimiento, como los de nuestra ilustración, fue condenada por nuestro Señor Jesucristo. Así lo encontramos en Mateo 16:1-3 y en Lucas 12:54-56, “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle”.
     En Mateo, nuestro Señor trataba con los líderes religiosos, en Lucas con el pueblo. La advertencia es pues a todos. Es importante que los cristianos se ejerciten en el discernimiento espiritual. Si el pueblo del día de Cristo hubiera hecho esto, lo hubiera reconocido como el Mesías. Los mensajes y escritos de los profetas eran bien claros. De veras son tristes las palabras de Juan 1:11, “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”.

continuará, d.v. en el siguiente número
 
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¡NO TIRES LA TOALLA!

Las aflicciones no surgen sin razón, así que no seamos impacientes con ellas. "Se ahoga en un vaso de agua" es el dicho que corresponde a aquellos que se rinden ante la mínima prueba o dificultad. En la vida cristiana, necesitamos algo para ablandar esta vida tan dura. Las presiones de las aflicciones ayudan a mantenernos en buena forma. La aflicción nos beneficia porque nos anima a arrodillarnos, y consigue que abramos la Biblia a los pasajes precisos que tanto necesitamos.
    Si tú, hombre fuerte, pudiente, con cara radiante y los bolsillos llenos, abrieras la Biblia, a lo mejor no te significaría mucho. Pero para ti que eres una madre con el corazón quebrantado, o un niño enfermo, o una persona que ha sido abandonada o traicionada, la Biblia en tus manos se abre exactamente donde necesitas leer. Dame tu Biblia y te diré tu historia. La Biblia del rico y próspero es como él, bien preservada; demasiado bien.
    Dame la tuya, hombre de corazón quebrantado, ojos llenos de lágrimas y frente arrugada. Mírala cómo está con todas las marcas, las páginas dobladas, las notas, las estrellitas y los pasajes subrayados. No necesito una concordancia si quiero encontrar las promesas en esta Biblia: los Salmos de David, la descripción de gracia y gloria en Isaías, y mil lugares en Jeremías, incluso en Lamentaciones. Veo que la tristeza ha sido tu huésped, y la hospitalidad que tú le ofrecías fue la paciencia. Has acompañado al Varón de dolores, calcando Sus huellas en los Evangelios. Si quieres saber el valor de la Biblia en un hogar, consulta a los que la han necesitado más, y sé aconsejado por su respuesta.
    Cuando los peregrinos celestiales un día comparen notas, será descubierto entre ellos que la mayoría aprendieron esa lección en las llamas de la aflicción. Los golpes y quebrantamientos abren la corteza y dejan calar mejor en nosotros la lección del Maestro celestial.

Anónimo, traducido y adaptado de la revista UPLOOK, con permiso.
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La Prueba De La Espera

La palabra "ahora" describe bien nuestro mundo. ¡Queremos todo ahora! Hay restaurantes de comida rápida, cajeros automáticos, ordenadores personales, email y servicio de internet de alta velocidad. Y debido a estas conveniencias nos cuesta esperar.
    La impaciencia no se halla sólo en el mundo, sino también en el pueblo de Dios. Abraham y Sara vienen a la mente. Dios les había prometido un hijo, pero con el paso del tiempo se volvieron impacientes y tomaron las cosas en sus propias manos. Moisés intentó acelerar el horario de Dios, pero tuvo que esperar cuarenta años más para ser llamado por el Señor para sacar a Israel del cautiverio.
    A menudo la impaciencia es asociada con la juventud. Primeramente, ellos son los que más familiarizados están con el mundo de alta velocidad en que vivimos. A veces un joven puede pensar que debiera ser utilizado más en la asamblea o en algún ministerio, especialmente si ha recibido formación, pero los demás no ven las cosas de la misma manera. Algunos de los que pasan por esta situación simplemente se retiran, en lugar de tomar el lugar del siervo y esperar el desarrollo del plan del Señor. Es maravilloso considerar que el Hijo de Dios esperó treinta años antes de empezar Su ministerio público. Sin lugar a dudas, Él pasó Su tiempo de espera en completa paz, porque Él sabía que el tiempo de Su Padre siempre es perfecto.
    Cuando pensamos que los demás no nos tienen en consideración, quizá es porque estamos apurando el horario de Dios. Necesitamos ser pacientes como el Maestro, y continuar sirviendo humildemente a los demás, esperando pacientemente en el Señor. Su tiempo siempre es perfecto.
    “Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová” (Sal. 27:14).
      
                            Stephen Hulshizer
 
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¿CÓMO USAMOS EL TIEMPO?
 
Cada semana tienes las mismas 168 horas que los demás. Pero, ¿qué haces con ellas? Muchas estarán ocupadas con el trabajo o los estudios. Pensemos en las demás horas. ¿Cuánto tiempo pasas con la caja tonta? ¿Y cuánto con la Biblia, que te puede hacer sabio? ¿realmente crees que está bien gastar tu tiempo y ocupar tu mente con las telenovelas y las pelis? Si Dios nos habla por medio de Su Palabra, ¿Quién nos habla por medio de la tele? ¿No será el dios de este mundo? Hermanos, ¡Apaguemos la tele, mejor todavía, quítemosla de la casa, y leamos y estudiemos la Palabra de Dios! Aprovechemos el tiempo. Ef. 5:16
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LA MUERTE no toma vacaciones
 
Amigo, ¿qué pasará si mueres hoy? Mientras lees este tratado, puedes tener un leve dolor en el pecho o la cabeza; pero DENTRO DE POCAS HORAS, TÚ ESTARÁS MUERTO de un ataque de corazón o de una hemorragia cerebral. Pero estás pensando: “Esto nunca me pasará a mí”.
    “Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).
    Puede que hoy por hoy tengas buena salud, sin problemas, pero EN EL CAMINO A TU CASA ESTA NOCHE PUEDES MORIR en un atraco, o accidente de coche. O cenando, te ahogas y caes muerto. ¿Te acuerdas de lo sobresaltado que estabas, la última vez que oíste acerca de alguien conocido que murió así? Puede que sean éstas las ÚLTIMAS PALABRAS que leas! ¡Seguro está que no puedes escaparte de la muerte!
    “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
    Ahora a lo mejor piensas: “Si yo me muero hoy, estoy listo para ir; después de todo, no he hecho algo realmente malo. No creo que un Dios misericordioso me mande al infierno”. Pero, ¿cómo piensa Dios?
    “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8).
    De acuerdo a la Palabra de Dios, no importa cuán bueno hayas sido en comparación con otros, ¡lo que te mereces es arder en el lago de fuego por los siglos de los siglos, porque comparado con Dios, eres un pecador inmundo y condenado!

PERO DIOS TE HA DADO UN SALVADOR.

    “Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23) “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:16). ¿Cómo dice la Biblia que podemos tener vida eterna? ¡No por confiar en una iglesia o santo! ¡No por las buenas obras! Sólo por la fe en el Señor Jesucristo, el Cordero de Dios que murió por ti, y pagó tu condena..
    Escucha las palabras del apóstol Pedro: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12). Amigo, necesitas ser salvo, y sólo el Señor Jesucristo puede salvarte. Él salva perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (Hebreos 7:25).

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INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?
V

Martin y Deidre Bobgan

(viene del número anterior) 
Según los psicologizadores del cristianismo, el impedimento más grande de una vida satisfactoria es la baja autoestima. En su afán por guiar a sus seguidores a la realización de toda su potencia (autoactualización), sustituyen una forma de egoísmo por otra (alta autoestima por baja autoestima). En cualquier caso, el yo es el centro de atención.
    La autoestima baja es popular porque es más agradable aceptar esa idea que confesar pensamientos malos, impíos y egoístas y luego arrepentirse creyendo lo que la Palabra de Dios dice. La baja autoestima necesita terapia psicológica para elevarla, mientras que los pensamientos pecaminosos requieren la confesión, el arrepentimiento, la restauración y el andar en la relación de amor con Dios que Cristo proveyó mediante Su cruz. Sugerimos que uno descubra en las Escrituras  su necesidad más grande, y la solución a sus problemas, y no use versículos para apoyar alguna moda psicológica. La necesidad más urgente y grande de la raza humana es el Señor Jesucristo, no la autoestima.
    Un autor y conferenciante comenta con tristeza: “Hoy en día el primer y más grande de los mandamientos parece ser: ‘Te amarás a ti mismo’”. Se queja con razón de que hoy “el máximo pecado ya no es deshonrar a Dios ni ser ingrato, sino no amarse uno a sí mismo”.21
    A menos que uno tuerce las Escrituras para conformarlas a las enseñanzas pro-egoismo, la Biblia claramente enseña que debemos centrarnos en Cristo y amar a los demás. Las exhortaciones principales de la Biblia son: amar a Dios por encima de todo y con todo el ser, y amar al prójimo como uno YA se ama a sí mismo. No existe la exhortación a amarse ni estimarse a sí mismo.
    Lejos de enseñar el amor propio como una virtud, las Escrituras enseñan que es una de las obras diabólicas de la carne. Pablo trata la cuestión del amor propio desde la perspectiva justamente opuesta a la de los hombres de nuestros tiempos tanto dentro como fuera de la Iglesia:

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5).

    Las enseñanzas del amor propio, la autoestima y el autoaprecio son cosecha del mundo, no de las Escrituras. Son productos de psicólogos humanistas; no la verdad de la Palabra de Dios.
    Hay numerosos ejemplos de psicólogos cristianos que ahora son ministros ordenados. Comienzan con el deseo de cristianizar la psicología, pero acaban psicologizando el cristianismo. El Dr. Richard Dobbins, fundador y director de Emerge Ministries (“Ministerios Emerge”), es un ejemplo de muchos obreros que se han vuelto a la psicología.
    En su película de instrucción: The Believer and His Self-Concept (“El Creyente y Su Concepto de Sí”), Dobbins guía a su audiencia en una serie de pasos que terminan repitiendo esto: “Soy una persona amable, soy una persona digna, soy una persona perdonable”.22 En este ejercicio de Dobbins hallamos la confusión entre la verdad bíblica de que Dios nos ama, valora y perdona, y la mentira psicológica de que somos intrínsecamente amables, dignos y perdonables. Si tuviéramos una pizca de amabilidad, dignidad o mérito del perdón, entonces no tiene sentido que Cristo tuviera que morir por nosotros.
    Dios escoge amarnos debido a Su carácter, no el nuestro, aun cuando somos creyentes. Su amor, el valor que Él nos imputa y Su perdón nos vienen sólo por la gracia. Son completamente inmerecidos. No es por quiénes somos ni por ningún valor intrínseco nuestro, ni por nuestra propia justicia.
    La verdad paradójica, profunda y poderosa de las Escrituras es ésta: aunque en sí no somos amables, valiosos ni perdonables, Dios nos ama, nos valora y nos perdona. Ésta es la pura teología de las Escrituras y el poderoso mensaje de la muerte y resurrección de Jesucristo. La verdad bíblica se presenta así: “No soy una persona amable, ni tengo valor, ni soy perdonable, ¡pero Cristo murió por mí!”
    La alternativa al amor propio no es el odio propio, sino amor hacia Dios y los demás. La alternativa a la autoestima no es la autodenigración, sino un aprecio de la grandeza del Dios que mora en nuestro vaso débil de carne. La alternativa a la autorealización no es una vida vacía y sin sentido. Es aceptar la invitación divina a vivir identificado con la voluntad y los propósitos de Dios, y encontrar satisfacción en una relación con Él, y no en nosotros mismos.
    Al reconocer que el Dios y Creador del universo ha escogido poner sobre nosotros Su amor debería engendrar en nosotros amor y estima de Él, no de nosotros. La maravillosa verdad es que Él nos ha llamado a una relación con Él, para hacer Su voluntad, y eso sobrepasa con creces los pequeños y débiles sueños de autorealización.
    Los que intentan psicologizar a la Iglesia no dan sustancia espiritual a los que ellos intentan acomodar en su egoísmo. Al contrario, les privan de riquezas en Cristo que son para todo aquel que se humille delante de Él.
    La humildad no es muy común al lenguaje de la psicología. Dobbins se atreve a animar a la gente a expresar ira a Dios. Dice: “Si estás enojado con Dios, díle que estás enojado. Venga, díselo. Él puede soportarlo”.23 ¿Dónde en las Escrituras tenemos un solo ejemplo de que esté bien enojarse con Dios? Jonás se enojó en detrimento suyo, pero no hay ejemplo de consentir el enojarse contra Dios, ni mucho menos aconsejarlo.
    El sabio rey Salomón aconseja:

“No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras” (Ecl. 5:2).
    Al mezclar la psicología con las Escrituras, la Palabra es diluida y la Iglesia es engañada. La ira es más compleja que la sencillez peligrosa que Dobbins retrata. Su base supuestamente bíblica para expresar nuestra ira es débil en el mejor caso, y engañadora en el caso peor. Los artículos y libros de Dobbins se basan en sus propias opiniones psicológicas sin pruebas. Desafortunadamente, sus opiniones y conclusiones no cuadran con la realidad. Aparentemente a él le gustaría que creyéramos lo que él dice porque sí. Pero lo que aconseja no es bíblico, sino una desfasada teoría llamada “hidráulica-ventilación” que prescribe cosas como pegar al colchón o al saco de boxeo, y enojarse con Dios, y todo sin investigaciones ni puebas bíblicas. Eso es científicamente inexcusable y bíblicamente no fiable.
 
continuará, d.v., en el número siguiente
 
NOTA: El libro entero está disponible de Editorial Berea:  www.editorial-berea.com
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martes, 1 de noviembre de 2016

EN ESTO PENSAD -- noviembre, 2016

EL PELIGRO DE LAS PRISAS
William MacDonald

“El que creyere, no se apresure” (Isaías 28:16).

Nuestra era, caracterizada por los viajes supersónicos y las comunicaciones de alta velocidad, tiene como contraseña la prisa. Sin embargo, cuando leemos la Biblia descubrimos que Dios rara vez se apresura. Rara vez, digo, porque hay un ejemplo donde el padre corre para encontrarse con su hijo pródigo que regresa, sugiriendo que Dios se apresura a perdonar. Pero de manera general, Dios nunca tiene prisa.
    Cuando David dijo: “la orden del rey era apremiante” (1 S. 21:8), usó de un subterfugio, y no debemos valernos de estas palabras para justificar nuestro frenético correr de aquí para allá.
    Nuestro texto nos enseña una verdad muy sencilla:  si confiamos en verdad en el Señor, no debemos tener prisa. La urgencia de nuestra tarea puede llevarse a cabo mejor si caminamos tranquilamente en el Espíritu que por el frenesí de la actividad carnal.
     Un joven tiene prisa por casarse. Supone que si no actúa rápidamente, alguien más podría quedarse con la chica. La verdad es que si Dios quiere que esa chica sea para él, nadie más podrá tenerla. Si ella no es la elección de Dios, entonces él tendrá que aprenderlo por el camino más difícil: “Cásate deprisa; arrepiéntete poco a poco”.
    Otro se apresura para dejar su trabajo e ir a servir al Señor, como se suele decir, “a tiempo completo”. Argumenta que el mundo está pereciendo y que no puede esperar. Pero el Señor Jesús no arguyó así durante los treinta años que pasó en  Nazaret. Esperó pacientemente hasta que Dios Padre le llamó al ministerio público.
    Muy a menudo tenemos prisa en nuestra evangelización personal. Estamos tan ansiosos por acumular profesiones que arrancamos el fruto antes de que  madure. Fallamos al no permitir que el Espíritu Santo convenza cabalmente de pecado a la persona. El resultado de este método es un rastro de falsas profesiones y de escombros humanos. Debemos dejar que: “la paciencia tenga su obra completa”, para que seamos perfectos (Stg. 1:4).
    La verdadera eficacia de nuestra vida está no en correr locamente en proyectos y misiones que nosotros mismos nos hemos designado, sino en tener parte en aquella actividad que el Espíritu dirige, y esperar pacientemente a que el Señor la determine.

del libro DE DÍA EN DÍA, Editorial CLIE
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    EL CIELO  (II)    
 Alex Ross, Aberdeen, Escocia

viene del número anterior
Su Belleza Es Insuperable
    “No habrá más maldición” (Ap. 22:3). Imagina el día más hermosa y brillante en la historia, con tranquilidad, sin tristeza para desfigurarlo, ni temor para oscurecerlo, ni hielo ni vientos fríos para arruinarlo, y sin tinieblas jamás. Paz perfecta, reposo perfecto, hermosura perfecta. En 1 Pedro 1:4 tenemos un retrato bello de esa Ciudad: “Incorruptible, incontaminada e inmarcesible”.
    Incorruptible – en cuanto a su hermosura.
    Incontaminada – respecto a su pureza.
    Inmarcesible – referente a su permanenencia y establilidad.

    Un himno reflexiona sobre como hablamos de ese lugar bendito, brillante y bello, y confesamos sus glorias, pero ¡oh, qué debe ser estar allí! Hablamos de su paz y amor, y sus santos en lino purísimo, de los cánticos de la multitud redimida, pero ¡oh, qué debe ser estar allí!

Su Sociedad Es La Mejor
    Los redimidos del Señor están allí, limpiados por la preciosa sangre derramada del Señor Jesús. Ahora están con el Señor en Su hogar, en sus cuerpos glorificados. No hay tristeza, ni dolor, ni lágrimas, porque Dios mismo “enjugará toda lágrima”. En Apocalipsis los vemos de cuatro maneras: sentados, vestidos, coronados y cantando. Todos los amados santos del Antiguo Testamento están allí. Abraham “esperaba la ciudad” (He. 11:10); David cantaba de ella, Moisés la estimaba, Job la deseaba con añoranza y Noé preparaba para ella. “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (He. 11:13). Es una ciudad agraciada con multitudes de ángeles luminosos. Ellos adoran a Dios, sirven al Trono, y son compañeros ministradores de los redimidos. ¿Qué más diré de su sociedad selecta? En Hebreos 12:22-24 el escritor inspirado resume así: “...a Jesús...” Las calles de oro no brillarían sin Él, y el cántico de los redimidos carecería de fervor. Su dulce presencia es el perfume de la ciudad en cuadro. Como las estrellas a los cielos, como el sol a la tierra, así es Jesucristo, y mucho más, en la ciudad bella y dorada. Bien ha dicho alguien:

    La luz del cielo es el rostro del Señor Jesús.
    El gozo del cielo es la presencia del Señor Jesús.
    La melodía del cielo es el nombre del Señor Jesús.
    La armonía del cielo es la alabanza del Señor Jesús.
    El tema del cielo es la obra del Señor Jesús.
    El trabajo del cielo es el servicio del Señor Jesús.
    La plenitud del cielo es el Señor Jesucristo mismo.

    Finalmente, permíteme preguntarte sinceramente: “¿Vas a aquella ciudad, la ciudad del Dios vivo?” Cuentan que una vez la reina Victoria salió a visitar a la gente que vivía alrededor del Castillo Balmoral, y uno de ellos le preguntó: “¿Vuestra Majestad irá al cielo?” La reina bondadosa respondió: “Por la gracia de Dios y la preciosa sangre de Jesús, sí, iré allá”. ¿Y tú, estimado lector, adónde vas?

    Cuando entro en la ciudad hermosa,
    Y me uno a los redimidos allá,
    Espero que alguien me diga:
    Fuiste tú que me invitaste acá.


traducido de la revista “Ministry in Focus”, Plymouth, Michigan, EE.UU., 1975

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El Tiempo Devocional: 
Comunión Con Dios

Tal vez nos sorprenda ver en Marcos 1:35 que el Señor Jesucristo dejaba atrás las distracciones y el clamor de la multitud, incluso la mucha obra que le esperaba, para estar a solas con el Padre en oración. Verdaderamente podía usar las palabras del Salmo 42:1-2, que dice: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” Y si nuestro Señor perfecto necesitaba y buscaba esa comunión íntima con el Padre, ¿cómo podremos prescindir de ella nosotros Sus discípulos? Selah.
    Podrías decir: “Soy madre y tengo mucho que hacer en casa, cuidando niños, limpiando la casa, la ropa, cocinando, etc. Pero querida hermana, ¿amas al Señor? ¿Le quieres? Él sí que te quiere, y murió en una cruz por ti, ¿pero tú buscas comunión con Él? ¿Crees que Él te guió a casarte y te dio hijos y casa para que no tengas tiempo para Él? No puede ser. Podrías decir: “Soy marido y tengo que trabajar, y después tengo que estar con mi familia y hacer cosas en casa, y a veces no tengo tiempo”. ¿No tienes tiempo? ¿Para qué no tienes tiempo, o mejor dicho, para quién no tienes tiempo? El Señor te ama, te quiere, y Él es la vid y tú el pámpano. Separado de Él nada podrás hacer, ni trabajar bien, ni educar una familia bien, ni llevar tu pareja bien, ni servir bien en la iglesia. Tú necesitas al Señor como el pez necesita el agua. Podrías decir: “soy joven y tengo muchos estudios, y después quiero estar con mis amigos...” pero te preguntaré: ¿Y no es el Señor uno de tus amigos? Jesucristo dijo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn 15:13). Él lo hizo por ti, así que reflexiona si no deberías tener una amistad muy grande con Él. Pero ¿cómo vas a desarrollar una relación con el Señor si no inviertes el tiempo? ¿Tiempo para juegos, chateos, whatsapp, twitter, facebook, charlas, pelis, y no para Cristo? ¿Qué escala de valores es éste? Hay tiempo para Cristo, si quieres. Si has dejado este primer amor, el Señor te dice hoy: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras...” (Ap. 2:5). Haz memoria del amor del Señor, de la cruz del Calvario, y vuélvete en espíritu a ese lugar donde el Hijo del Altísimo derramó Su sangre por ti. Reconoce que Él te ama mucho y desea la comunión contigo. Pero la vida no te regalará el tiempo para estar con Cristo. ¡Tómalo tú!
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 EL LIBRO DEL MES
La Psicología: ¿Ciencia o Religión? por Martín y Deidre Bobgan
El primer informe que salió en 1987 advirtiendo a los creyentes del engaño de la psicología para que no fuera admitida en la iglesia. Los autores presentan amplia documentación para sostener que la psicología no es ni ciencia ni medicina. Es el texto completo de donde vienen los artículos presentados en EN ESTO PENSAD, con todas las referencias/notas finales.

disponible en:       www.editorial-berea.com
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 ¿Vivir Un Poco Más?

Según el reportaje de un periódico prestigioso:
    “Los jóvenes de ahora podrían vivir hasta los 100 años”.

Pero a continuación pone tres condiciones:
1. Si tienen los genes correctos.
2. Si viven vidas sanas.
3. Si la tecnología médica se desarrolla un poco más.

    Así es la gran esperanza que la ciencia ofrece: unos pocos años más de vida, quizás, tal vez... nada seguro. Con los genes correctos, y viviendo una vida sana (la dieta, el ejercicio) y contando con unos avances en la medicina, ¡al final moriremos!
    Es así porque Dios lo ha estabecido: “Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra...” (2 Samuel 14:14). La Biblia nos recuerda: "Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos" (Salmo 90:10).
    Amigo, Dios advierte solemnemente que: “de cierto morimos”.  En los mortuarios y cementerios no faltan clientes. Las religiones y filosofías no saben ni pueden asegurar qué pasará después, pero Dios sí. "Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27).
    La Palabra de Dios, nuestro sabio Creador, no falla. No sirve de nada vivir unos añitos más y luego ir a la perdición eterna. Por eso, considera ahora la pregunta: ¿Estás preparado para morir? Haz tuya la oración del Salmo 90:12 "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría". Sé sabio. Busca a Dios mientras pueda ser hallado.  Si confías en tu juventud, vigor y salud, y aunque no tengas nada ahora, reconoce que podrías morir en cualquier momento. Nadie te garantiza la vejez ni cierto número de años. “No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día” (Proverbios 27:1). El Señor Jesucristo hoy te ofrece perdón, salvación y vida eterna. La vida está en Él. 
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INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?

IV
Martin y Deidre Bobgan

(viene del número anterior)
¿Existe Una Psicología Cristiana?
La Asociación Cristiana Para Estudios Psicológicos (su acrónimo en inglés es CAPS – “Christian Association for Psychological Studies”) es un grupo de psicólogos y consejeros psicólogos que profesan ser cristianos. Declararon lo siguiente en una de sus reuniones:

“Frecuentemente nos preguntan si somos ‘psicólogos cristianos’, y es difícil contestar porque no sabemos qué implica la pregunta. Somos cristianos y somos psicólogos, pero hoy por hoy no existe ninguna psicología cristiana aceptable que sea marcadamente distinta a la psicología no cristiana. Es difícil insinuar que funcionamos de manera fundamentalmente distinta a nuestros colegas no cristianos... hasta ahora no hay una teoría, modo de investigación ni metodología de tratamiento que sea distintamente cristiana”.17

    A pesar del revoltijo de opiniones no científicas y contradicciones, los “psicólogos cristianos” proclaman: “toda verdad es de Dios”. Emplean ese dicho para apoyar su uso de psicología, pero no tienen claro qué es la verdad de Dios. ¿Son verdades divinas las declaraciones de Freud acerca de la neurosis obsesiva? ¿O tal vez sea una verdad divina la teoría de Jung acerca de la estructura de los arquetipos? ¿O son verdades de Dios las ideas de Rogers sobre el amor humano? ¿O tal vez el conductismo de B. F. Skinner, o el análisis transaccional de Eric Berne expresado en su libro: “Yo estoy bien; Tú estás bien”?
    La psicología, como todas las religiones, incluye elementos de verdad. Aun Satanás mezcló alguna verdad con la mentira cuando tentó a Eva. Lo atractivo del lema erróneo: “toda verdad es de Dios” está en la similitud entre enseñanzas bíblicas y algunas ideas psicológicas. Pero las semejanzas no hacen compatibles la psicología y el cristianismo, como tampoco lo hacen las semejanzas entre el cristianismo y otros sistemas religiosos. Incluso los escritos de las religiones hindúes, budistas y musulmanas contienen algunos dichos acerca de actitudes y comportamiento que parecen similares a algunos versículos bíblicos.
    Las similitudes entre la psicología y el cristianismo son superficiales. Meramente indican que los sistemas de consejería psicológica son en verdad religiosos. Los cristianos no deberían ir a los psicólogos buscando sabiduría y ayuda, como tampoco irían a los líderes de las religiones no cristianas.
    Dado que no existe ninguna forma estándar de psicología cristiana, cada llamado “psicólogo cristiano” decide por sí cuál de las muchas opiniones y métodos psicológicos constituyen su idea de “la verdad de Dios”. Al proceder así ponen la Palabra inspirada de Dios al mismo nivel que las observaciones subjetivas y prejuiciadas de meros mortales.
    La Biblia contiene la única y pura verdad de Dios. Todo lo demás está distorsionado por las limitaciones de la percepción humana. Todo lo que pueda ser descubierto acerca de la creación de Dios es solamente conocimiento parcial y comprensión parcial. De ninguna manera puede igualarse a la verdad de Dios.
    La mera sugerencia de que las teorías conflictivas de hombres no redimidos como Freud, Jung, Rogers, etc. sean la verdad de Dios, quita la autoridad de la Palabra de Dios. Su Palabra es divinamente revelada, y no necesita el apoyo ni la ayuda de declaraciones psicológicas. Ella sola permanece como la verdad de Dios. Que los psicólogos que profesan ser cristianos agarren ese dicho para justificar su uso de la psicología indica la dirección de su fe.
    El dicho: “toda verdad es de Dios” es tratado en la publicación “cristiana” popular: Baker Encyclopedia of Psychology (“Enciclopedia Baker de Psicología”). El libro informa que sus contribuidores están “entre los mejores expertos evangélicos en la especialidad”.18 En su resumen del libro, el Dr. Ed Payne, asistente profesor de medicina en el Medical College of Georgia (“Instituto Médico de Georgia”), dice: “Casi ciertamente el mensaje del libro y sus autores es que la Biblia y la literatura psicológica están en el mismo nivel de autoridad”.19 También escribe:

“Muchos pastores y laicos pueden ser engañados por la apariencia cristiana de este libro. La psicología presentada por cristianos es una plaga en la iglesia moderna, distorsiona la relación del creyente con Dios, retarda su santificación y debilita severamente a la iglesia. Ningún otro área de conocimiento parece tener un dominio tan completo sobre la iglesia. Este libro fortalece ese dominio individual y corporalmente”.20

    La “Enciclopedia Baker de Psicología” simplemente refleja lo que la Iglesia ha llegado a aceptar. Las opiniones no científicas y no corroboradas de hombres han entrado cual levadura en la Iglesia mediante la hechicería semántica del dicho: “toda verdad es de Dios”. Equiparar la psicología y la teología indica que la levadura se ha extendido a todo la masa.

El Evangelio Del Yo
   
Uno de los temas más populares en la psicología es la autorealización. Aunque es un tema extremadamente popular, es de origen reciente, habiendo surgido durante los últimos cuarenta años, fuera de la Iglesia, y en los últimos veinte años ha entrado en la Iglesia.
    Al moverse la sociedad de la autonegación a la autorealización, un nuevo vocabulario emergió que revela una nueva actitud interna y una visión distinta de la vida. El vocabulario nuevo vino a ser la materia de una nueva psicología conocida como psicología humanista. Su enfoque mayor es la autoactualización y llama claramente a todos a la autorealización. Y la autorealización, con todos sus “parientes”: autoamor, autoaceptación, autoestima y autoaprecio se constituyen la nueva tierra prometida. Así, al psicologizarse la Iglesia, el énfasis ha cambiado de Dios al yo.
    Los libros cristianos comenzaron a reflejar lo que la sociedad  ya aceptaba. Algunos ejemplos son: Ámate Siquiera Un Poco (circulado por G.B.U.), The Art of Learning to Love Yourself (“El Arte De Aprender a Amarte”), Loving Yourselves (“Amandoos a Vosotros Mismos”), Celebrate Yourself (“Celébrate”), You’re Someone Special (“Eres Alguien Especial”), Self Esteem: You’re Better than You Think (Autoestima: Eres Mejor de lo que Piensas”), y probablemente el mejor conocido: Self-Esteem: The New Reformation (“Autoestima: La Nueva Reforma”) por Robert Schuler. Son numerosos los libros y ejemplos de la mentalidad de autocaricia psicológica.

continuará, d.v., en el número siguiente 

domingo, 2 de octubre de 2016

EN ESTO PENSAD -- octubre 2016

EL CIELO

Alex Ross, Aberdeen, Escocia


Las ciudades siempre han tenido gran atractivo en todo el mundo. Prestamos atención ante la mención de Londres, Nueva York, París, Roma u otra gran ciudad. Pero quisiera invitarte a pensar en la más grande de todas las ciudades. La Biblia la llama: “la ciudad del Dios vivo” (He. 12:22), y la describe en los últimos dos capítulos de la Biblia, Apocalipsis 21 y 22. La gloriosa ciudad de Dios es hecha de oro puro, edificada sobre doce cimientos, siendo cada uno una masiva piedra preciosa. Las murallas son de piedra de jaspe y miden 65 metros de alto. Hay doce puertas, cada una es una perla, y un ángel atiende cada puerta. Mirando al interior de esta maravillosa ciudad, vemos una hermosa calle de oro puro. Pero, como el oro no es valorado allá, el encanto suyo es su belleza y pureza. Antes de invitarte a entrar en la ciudad, y estás invitado, permíteme decirte algo más de sus maravillas.

Sus Dimensiones
    Un ángel midió la ciudad con una caña de medir, de oro. "La ciudad se halla establecida en cuadro"; su longitud, anchura y altura son iguales, doce mil estadios (Ap. 21:16), eso es: 1.500 millas ó 2.414 kilómetros. Su simetría es perfecta. Pero, ¿te diste cuenta de que no sólo la longitud y la anchura son iguales, sino también la altura? ¡Tiene 2.414 kilómetros de altura! Esa maravillosa ciudad es más grande que las Islas Británicas. Ciertamente hay lugar allá para todos los que aceptan la invitación divina.

Su Iluminación Es Inigualable
    “El Cordero es su lumbrera” (Ap. 21:23). En la tierra tenemos luz natural y artificial. Cuando la luz de día se cambie en tinieblas, entonces la inteligencia humana ha inventado varias formas de luz artificial. Pero en la Ciudad del Dios Vivo no se requiere ninguno de esos tipos de luz, porque allá la luz es “la gloria de Dios y del Cordero”.

Su Salud Es Perfecta
    Allí no existen hospitales. No se necesitan médicos ni enfermeras. No hay dolor, ni plaga, ni enfermedad de ninguna clase. No hay cementerios allá porque no existe la muerte. No se requieren residencias de ancianos, porque no hay ancianos. Los habitantes del cielo gozan eternamente de la juventud porque respiran el aire etérea de la nueva creación, sin ninguna clase de contaminante. En medio de la Ciudad está el árbol de vida que lleva doce frutos, cada uno en un mes, y las hojas del árbol son para la salud de las naciones. ¿Es verdad todo eso?  Dios lo ha declarado, y Él no puede mentir.
continuará, d.v.
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NO JUZGUÉIS
“No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1).

    Aquellos que conocen poco más de la Biblia, conocen este versículo y lo usan de un modo muy caprichoso. Aun cuando se critica a una persona por su enorme maldad, estas gentes piadosamente gorgotean: “No juzguéis, para que no seáis juzgados”. En otras palabras, utilizan este versículo para evitar que se condene el mal.
    Sin embargo, aun cuando hay áreas en las que no debemos juzgar, hay otras en las que se nos manda expresamente hacerlo.
    Hay algunos ámbitos en donde no se debe juzgar. Por ejemplo, no debemos juzgar los motivos de la gente; no somos omniscientes, y no siempre podemos saber porqué hacen lo que hacen. No debemos juzgar el servicio de otro creyente; para su propio Maestro está en pie o cae. No debemos condenar a aquellos que son escrupulosos o meticulosos acerca de cosas que son neutrales moralmente;  para ellos sería malo violar sus conciencias. No debemos juzgar por las apariencias o hacer acepción de personas; lo que hay en el corazón es lo que cuenta. Y ciertamente debemos evitar un espíritu crítico y severo; una persona que habitualmente busca defectos en los demás representa una pobre publicidad para la fe cristiana.
    Pero hay otras áreas donde se nos manda juzgar. Debemos juzgar toda enseñanza para ver si está de acuerdo con las Escrituras. Tenemos que juzgar si otros son creyentes verdaderos, para no unirnos en yugo desigual. Los cristianos deben juzgar disputas entre creyentes en vez de permitir que vayan a los tribunales civiles. La iglesia local debe juzgar en casos de formas extremas de pecado y cortar de la comunión al ofensor culpable. Los de la iglesia deben juzgar qué hombres reúnen los requisitos bíblicos  para ser ancianos o diáconos.
    Dios no espera que desechemos nuestra facultad crítica o abandonemos los valores morales y espirituales. Todo lo que pide es que nos abstengamos de juzgar donde no debemos y que juzguemos justamente donde se nos manda.
William MacDonald, del libro DE DÍA EN DÍA, Editorial CLIE
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El Cristo Impecable

por Stephen Hulshizer

Introducción

Los siguientes pensamientos sobre la impecabilidad de nuestro Señor Jesucristo no son para meramente aumentar nuestro conocimiento para que conversemos mejor sobre el tema. Tampoco son sólo para habilitarnos para defender el asunto, aunque a veces es necesario y bueno hacerlo. Son presentados con el deseo de que el creyente sea firmemente establecido contra los muchos vientos de doctrina, y que aprecie más la persona de Cristo. Esto, a su vez, resultará en adoración y servicio para el Señor.
    Hay una verdad muy básica que debe ser entendida para sacar provecho de esta obra o cualquier otra acerca de la Persona de Cristo. El ataque principal de Satanás no es contra el creyente, sino contra la Persona de Jesucristo. Ese ataque ha tomado muchas formas a lo largo de las edades. Ha habido atentados contra el linaje familiar por el cual iba a venir el Libertador prometido. Habiendo fracasado en esos intentos, después surgieron atentados contra la vida del santo Hijo en Su niñez, y luego contra Jesucristo como adulto. Habiendo fallado en el propósito de impedir el cumplimiento de la obra redentora de Cristo, Satanás ahora se dedica a echar dudas sobra la Persona de Cristo y difamar Su Nombre.
    Por lo tanto es evidente que cualquiera enseñanza que disminuye la Persona de Cristo es un golpe a favor de Satanás. Tales doctrinas amenazan los fundamentos de la fe (1 Co. 3:11) y el modo que Cristo emplea para edificar Su iglesia (Mt. 16:15-18). Esta verdad se destaca principalmente en las sectas principales como los testigos de Jehová, los mormones y la falsamente llamada “ciencia cristiana”, entre otras, porque en el centro de todas esas hay enseñanza falsa acerca de la Persona de Cristo. Podemos confiar que Él edificará Su iglesia, pero esto no nos alivia de nuestra responsabilidad de usar bien la palabra de verdad (2 Ti. 2:15).
    Es importante reconocer que la enseñanza falsa acerca de Cristo no se limita a las sectas nombradas anteriormente. Puede aparecer en revistas cristianas bien conocidas, u otro material impreso, procedente de los que generalmente se consideran fieles a la Palabra de Dios. A veces puede incluso ser presentado al pueblo del Señor por uno de los Suyos que ha sido engañado y no reconoce su error. Pero independiente de los medios o el motivo, cualquier doctrina acerca de la Persona de Jesucristo que es contraria a las Escrituras conducirá, directa o indirectamente, a más error, y por lo tal hay que enfrentarla. El propósito de este estudio es considerar la impecabilidad de Jesucristo y más específicamente algunas enseñanzas recientes que niegan esta verdad. La doctrina de la impecabilidad presenta a Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre un una unión mística en una Persona. Como tal, no podía pecar durante Su tiempo en el mundo, como tampoco puede pecar ahora como Hombre en la gloria.

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EL DINERO HABLA... ¿Qué Dice?

    “El dinero habla” es simplemente una versión moderna del antiguo proverbio: “El dinero sirve para todo” (Eclesiastés 10:19). Es el lenguaje internacional. ¿Sabes algo de japonés? ¿No? Pero conoces la palabra “yen”. ¿Y hebreo? Todos reconocemos la palabra “shekel”. Lo mismo pasa con “peso”, “euro”, “lempira” “córdoba”, “escudo” y “dollar”. Los viajeros que no pueden comunicarse por medio del dialecto local, simplemente tienen que alargar sus carteras... e instantáneamente, ¡todo el mundo comprende!
    El dinero habla, pero ¿qué dice? El rey Salomón fue la persona que más dinero tenía para escucharlo hablar, y esto es lo que él oyó:
    1. El dinero no puede evitar que suceda el “gran acontecimiento” suceda. Aunque el sabio va a la muerte con los ojos abiertos y el necio se hunde en la oscuridad, el último enemigo es insobornable. “Un mismo suceso acontecerá al uno como al otro” (Eclesiastés 2:14). El dinero habla elocuentemente en la sala de juntas, es adulador en el banquete, pero mudo en el lecho de muerte.
    2. El dinero no puede acompañarnos en nuestro viaje final (1 Timoteo 6:7). Dejamos el mundo con las mismas posesiones que cuando llegamos (Eclesiastés 5:15). El dinero abre puertas, entra sin cita previa, y no tiene que esperar en colas. Es el pasaporte universal a todos los lugares menos el cielo. Y así es trágicamente posible ser sabio para este mundo pero necio para la eternidad.
    3. Cuanto más dinero tengas, más importancia parece tener. ¡Y más importante te es tenerlo! Si el dinero va tomando más y más lugar en mi vida, entonces a esta misma medida él va expulsando gozo, amor y contentamiento de mi vida. El dinero puede ser un buen siervo, ¡pero es un maestro cruel!
    El hombre que “lo tenía todo” declaró: “todo es vanidad”. Luego, ¿es malo el dinero?  No, lo necesitamos para funcionar. ¿Es malo vivir para el dinero? Es la manera más segura de convertirse en uno que vive en la pobreza espiritual. Escucha a tu dinero y verás.
    Jesucristo preguntó: “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36). ¿Quieres ser realmente rico?  “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
 
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  INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?


III
Martin y Deidre Bobgan

(viene del número anterior)
 
El psiquiatra Thomas Szasz, en su libro The Myth of Psychotherapy (“El Mito de la Psicoterapia”), dice: “Los ingredientes básicos de la psicoterapia son: religión, retórica y represión”.9 Señala que la psicoterapia no siempre incluye la represión, pero siempre  usa la religión y la retórica (conversación). Szasz declara contundentemente:

“Las relaciones humanas que nosotros ahora llamamos ‘psicoterapia’ son realmente asuntos de religión – y al llamarlas erróneamente “terapéuticas” ponemos en gran riesgo nuestro bienestar espiritual”.10

En otro lugar, refiriéndose a la psicoterapia como religión, Szasz dice:

“No es meramente una religión que presume ser ciencia, sino realmente una religión falsa que busca destruir la verdadera”.11

    Szasz también informa: “La psicoterapia es un nombre moderno que suena científico, pero antes era llamado: ‘la cura de almas’”.12 Uno de sus propósitos principales al escribir The Myth of Psychotherapy (“El Mito de la Psicoterapia”) fue:

“...demostrar cómo al declinar la religión y crecer la ciencia en el siglo XVIII, la cura de almas (pecaminosas), que antes era parte integral de la religión cristiana, fue presentada como la cura de mentes (enfermas), y vino a ser parte integral de la medicina”.13

    La cura de almas era antes un ministerio vital de la Iglesia, pero en este siglo ha sido cambiada por la cura de mentes, llamada; “psicoterapia”. La consejería bíblica ha menguado hasta la casi inexistencia.

La Psicología Transpersonal


    Aunque todas las formas de la psicoterapia son religiosas, la cuarta rama de la psicología –la transpersonal– es más abiertamente religiosa que las otras. Las psicologías transpersonales incluyen fe en lo sobrenatural – algo más allá del universo físico. Pero, la espiritualidad que ofrecen incluye las experiencias místicas del ocultismo y de las religiones orientales.
    A través de las psicoterapias transpersonales, varias formas de religión oriental han entrado en la vida occidental. El psicólogo Daniel Goleman cita a Chogyam Trungpa quien dijo: “El budismo entrará en el occidente como psicología”. Goleman señala que las religiones orientales “avanzan paulatinamente como psicologías, no como religiones”.14 Jacob Needleman escribe:

“Un número grande y creciente de psicoterapeutas están convencidos de que las religiones orientales facilitan una comprensión de la mente mucho más completa que la ciencia occidental. Al mismo tiempo, como líderes de nuevas religiones, los numerosos gurús y maestros espirituales ahora están en el occidente. Reforman y adaptan los sistemas tradicionales al lenguaje y ambiente de la psicología moderna”.15

La Psicología Más La Biblia

La Iglesia no ha podido escaparse de la influencia penetrante y dominante de la psicoterapia. Con entusiasmo ignorante, ha abrazado la pseudociencia de la psicoterapia, incorporándola como parte de la fuerza de su vida. La Iglesia ahora no sólo incluye los conceptos y enseñanzas de los psicoterapeutas en sermones y seminarios, sino que cede y entrega a los que tienen dificultades mentales y emocionales al “gran altar” de la psicoterapia.
    Muchos líderes de iglesias contienden que la Iglesia no es apta para ayudar a las personas que padecen de “depresión”, ansiedad, miedo y otros problemas parecidos. Así que, confían en los practicantes asalariados de la pseudociencia de la psicoterapia, en lugar de confiar en la Palabra de Dios y en la obra del Espíritu Santo.
    Debido a la confusión entre la ciencia y la pseudociencia, esos líderes han elevado al psicoterapeuta a una posición de autoridad en la iglesia moderna. De esta manera, cualquier ataque contra la amalgamación de psicoterapia y el cristianismo es considerado como un ataque contra la Iglesia misma.
    Aunque las iglesias han aceptado y aprobado casi universalmente el camino psicológico, hay cristianos que no lo han hecho. Jay Adams escribe:

“En mi opinión, aprobar, permitir y practicar dogmas psiquiatras y psicoanalíticos en la iglesia es tan pagano, herético y peligroso como si propagara las enseñanzas de sectas extrañas. La única diferencia vital sería que las sectas son menos peligrosas porque sus errores son más identificables”.16

    La psicoterapia es un espectro muy sutil y taimado que molesta a la Iglesia, porque es percibida como científica y beneficiosa para  ayudar al alma enferma. Pero en realidad es un sistema sucedáneo y pseudocientífico hecha de creencias religiosas.
    La Iglesia primitiva afrontaba y trataba problemas mentales-emocionales-conductuales tan complejos como los que hoy existen. Si hay diferencia, está en que los problemas en aquellos tiempos eran más difíciles que los que ahora afrontamos. Los primeros cristianos padecieron persecución, pobreza y varias aflicciones que son ajenas a la mayoría del cristianismo de nuestro siglo (especialmente en el occidente). Las catacumbas de Roma dan testimonio de la gravedad de los problemas afrontados por la Iglesia primitiva.
    Si de algo sufrimos hoy, es de la afluencia y la comodidad, las cuales nos impulsan a una mayor ocupación con nosotros mismos que hubo en otros tiempos menos afluentes. Pero la cura de los pecados del egoísmo y el ensimismamiento existía en la Iglesia primitiva, y todavía está disponible. De hecho, las soluciones bíblicas empleadas por la Iglesia primitiva son igualmente potentes hoy en día si las queremos emplear.
    La Palabra de Dios y la obra del Espíritu Santo son aplicables a todos los problemas de la vida, y no necesitan ser suprimidas ni reemplazadas por terapeutas y terapias conversacionales.
    ¿Ha abandonado la Iglesia moderna su llamado y obligación a ministrar a las personas que sufren? Si es así, es porque los cristianos creen el mito de la consejería psicológica como ciencia, cuando en realidad no es sino otra religión y otro evangelio.
    El conflicto entre el camino psicológico de consejería y el camino bíblico no es entre verdadera ciencia y verdadera religión. Es estrictamente religioso – entre muchas religiones agrupadas bajo el título: “psicoterapia” (consejería psicológica), y la única verdadera religión, la de la Biblia.
    La peor de las promesas atractivas pero falsas de la psicología cristiana es que la Biblia y la psicoterapia ofrecen mejor ayuda que sólo la Biblia. Aunque esta idea ha sido promulgada y promovida por muchos “psicoterapeutas cristianos”, no existe evidencia de investigaciones para apoyarla. Nadie jamás ha demostrado que la Biblia necesita aumentación psicológica para ser más eficaz en el trato de los problemas de la vida.
    Nadie ha demostrado que una cura de mentes cristianizada (la psicoterapia) sea de más beneficio que la cura original y no adulterada de las almas (la consejería bíblica).

continuará, d.v., en el número siguiente
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