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domingo, 31 de diciembre de 2017

EN ESTO PENSAD -- enero 2018

¿Conciertos Cristianos?

En todo el Nuevo Testamento, ¿dónde vemos un concierto cristiano? En Hechos 16:25 Pablo y Silas, heridos y encarcelados, oraban y cantaban himnos a medianoche en el calabozo, y los presos los oían, pero eso no fue un concierto. ¿Andaban los apóstoles en sus viajes misioneros con instrumentos musicales para tocar y cantar en las plazas para atraer a la gente? ¿En las listas de dones espirituales aparece “músico” o “cantante”? Es importante preguntar, porque el Nuevo Testamento es nuestro patrón para doctrina y práctica en nuestra vida personal y en la iglesia.
    Hasta la última mitad del siglo XX no se metió esa clase de música en las iglesias. Estaba en el mundo, en los bares, las discotecas, los pubs, los clubs nocturnos donde la gente podía cenar y mirar un espectáculo. En las iglesias, la congregación cantaba para la gloria del Señor. No había espectáculo. No había show. No había una actuación de unos cantando y los demás escuchando y admirando. Pero el mundo viene metiéndose en las iglesias, porque más y más de los que asisten son religiosos pero mundanos, probablemente ni siquiera convertidos. Les apetece lo del mundo. La cabra tira al monte.
    Otros consideran que para atraer a la gente del mundo hay que hacer esas cosas – tener una buena música marchosa, una actuación de cantantes profesionales, un escenario adecuado, con tarima, excelente acústica, luces, etc. Pero se equivocan, porque la iglesia no debe ser atractiva al mundo sino al Señor, pues es Su novia y no debe andar coqueteando. Los conciertos son puro invento mundano, por gente que quiere divertirse en el camino al infierno. Los del mundo quieren ser felices sin Dios. Sus diversiones no caben en la Iglesia.
    Los creyentes no necesitamos un concierto “Soulstock” para rivalizar al famoso concierto “Woodstock”, ni conjuntos “cristianos” para reemplazar los Rolling Stones. Romanos 12:2 es aplicable aquí: “No os conforméis a este siglo”. Cristo nos llama a seguirle a Él, no al mundo. ¿Qué concierto dio Él? ¡Ninguno!
    Y eso no es opinión de viejos como a algunos les gustaría clasificarlo. Hasta un creyente joven observó el problema con los conciertos, y escribió lo siguiente:

    "Desde luego que eso de hacer conciertos y recibir aplausos es totalmente ajeno a algo que glorifica a Dios. Eso es ensalzarse a sí mismo, jactarse uno de su propia voz y talento y éxito; hacer un show de uno mismo. Hasta el mundo sabe eso. No glorifica a Dios, y es puramente humano, carnal y egoísta. Un cristiano no debe hacer conciertos de música cristiana, ni buscar ni aceptar aplausos por ella. Si su intención es glorificar a Dios, buscará un método que no tenga el efecto opuesto, se supone. Dar un concierto es ponerse a uno mismo como el protagonista, y los aplausos son señal de aprobación y admiración, y gritar “Aleluya” o “Gloria a Dios” no es una frase mágica para protegerse contra gusanos (Hechos 12:23)".

- Carlos
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"El que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso". 1 Jn. 5:10
Adan y Eva son el primer ejemplo de personas que creen en Dios pero no a Dios.
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El Uso Legítimo De La Ley


"Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente" 
1 Ti. 1:8
     Como toda herramienta, tiene su uso correcto por el cual fue diseñado. Así también la Ley. Considera lo que dijo C.H. Spurgeon al respecto:

"Rebaja la Ley, y disminuyes la luz por la cual el hombre percibe su culpa. Para un pecador, esto es una pérdida muy grande, antes de una ganancia; puesto que disminuye la probabilidad de su convicción y conversión... Digo que has privado al evangelio de su arma más potente cuando depones la Ley. Has alejado su ayo, su profesor que ha de llevar a los hombres a Cristo... Nunca aceptarán la gracia a menos que tiemblen delante de la justa y santa Ley. Por lo tanto la Ley cumple un propósito imprescindible y bendito, y no debe ser quitada de su lugar y función".

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Dios Demanda Arrepentimiento


Es alarmante que haya seminarios y escuelas "bíblicas" de supuesto corte conservador pero que enseñan que el arrepentimiento era sólo para los judíos y no hay que predicarlo hoy. ¿Cuál ha sido el resultado de ese error? Probablemente nunca en la historia del cristianismo han estado tantos rebeldes religiosos en las iglesias. Falsamente profesan creer,  pero nunca se han arrepentido. Y como la cabra tira al monte, ésos no hacen otra cosa que traer problemas e intentar "legalizar" la mundanalidad en la iglesia.
    El testimonio de la Palabra de Dios está clarísimo. Sin arrepentimiento no hay conversión ni salvación:

El Rey David
Sal. 7:12  “Si no se arrepiente...”
 
Juan el bautista: 
Mt. 3:2  “Arrepentios...”

El Señor Jesucristo:  
Mr. 1:15  “Arrepentíos y creed en el evangelio”
 
Los 12 Apóstoles: 
Mr. 6:12  “predicaban que los hombres se arrepintiesen

El Apóstol Pedro:
Hch. 3:19 “Arrepentíos y convertíos”
2 P. 3:9  “...que todos procedan al arrepentimiento”

El Apóstol Pablo:
Hch. 17:30 “Dios...ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”.
Hch. 20:21 “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”.
Hch. 26:20 “y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”.

El arrepentimiento debe seguir la convicción del pecado, y ser acompañado de fe en el Señor Jesucristo como tu Señor y Salvador: Aquel que al morir en el Calvario tomó todo el juicio de Dios por tus pecados. Él murió por ti, resucitó y vive para siempre. Si arrepentido confías en Él, te perdonará y te salvará. “En ningún otro hay salvación” (Hch. 4:12).

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 El Amor de Dios

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn. 4:10).

El amor verdadero es caracterizado por el sacrificio propio. En ningún lugar es esto más evidente que con el amor de Dios (Jn. 3:16). Es un amor sin causa, en el sentido de que no hay nada en los objetos amados que causara que Dios les amara. No somos amables por naturaleza, sino más bien aborrecibles (Tit. 3:3). Sin embargo,  Él nos amó porque Él es amor, y porque Él escogió amarnos.
    Este amor de Dios es incondicional. Con esto queremos decir que el amor divino no se basa en el amor del individuo a Él. No es un amor recíproco. Nuestro amor normalmente responde al amor que otro nos manifiesta. Pero en el caso del amor de Dios, Él nos ha amado pese a la ausencia de amor y amabilidad de nuestra parte. Su amor no se condiciona sobre el amor nuestro a Él.
    El amor de Dios es inmerecido. Ya que es incondicional, no hay nada que podamos hacer para merecerlo. Muchos quieren creer que si se enderezan, si limpian o arreglan sus vidas, entonces Dios les amará porque serán más atractivos. Ésta es una enseñanza errónea y muy típica en las religiones incluso en la cristiandad.
    Para apreciar el amor de Dios debemos lograr comprender más cuál es nuestra propia gran pecaminosidad. Qué lástima que muchas personas, y entre ellas muchos creyentes, tienen un concepto muy pobre de lo pecaminoso que es el ser humano no regenerado. Se fijan en los pecados obvios de los demás, y encuentran cosas que ellos afirman: “yo nunca haría esto”, o “yo no he hecho esto”. Y así no comienzan a ver lo pecaminoso que es su propio corazón. No es tanto lo que hemos hecho, sino lo que somos por naturaleza. Somos pecadores. El pecado mora en nosotros; somos torcidos, contaminados y perversos por naturaleza (véase Mr. 7:20-23). Así que, amados, el pecado no es sólo algo que hacemos, sino el estado natural de nuestro corazón,  nuestra forma de ser, nuestra naturaleza. No somos pecadores porque pecamos, antes al contrario, pecamos porque somos pecadores. Debemos meditar en esto, porque la diferencia entra las dos formas de pensar es muy grande. Con demasiada frecuencia  no comprendemos que la carne no es mejor hoy que el día cuando nos convertimos. No sólo necesitamos perdón de nuestros pecados cometidos, sino también necesitamos ser limpiados y cambiados por dentro. La salvación hace más que perdonar unos cuantos hechos malos, porque es la conversión de la persona. Dios nos perdona, nos limpia, y nos transforma, nos da una naturaleza nueva, de modo que somos nuevas criaturas en Cristo (2 Co. 5:17).
    Así que, aquellos que conocen su propia gran pecaminosidad son los que llegan a conocer y apreciar el amor de Dios (Lc. 15:21; Ro. 5:8). Los que sienten que no merecen el amor de Dios, llegan a conocerlo y ahora pueden apreciarlo (1 Jn. 4:16). “Conservaos en el amor de Dios” (Jud. 21).
Steve Hulshizer, de la revista "Milk & Honey" (Leche y Miel), febrero 2002
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Atestados de Pecados 

El ser humano, sea adulto o niño, no es bueno ni en el fondo. En Romanos 1:29 Dios describe a la raza humana así: “estando atestados de toda injusticia...” "Atestado" significa lleno hasta no caber más. "Atestar" es hinchar, llenar una cosa apretando mucho el contenido hasta que no cabe más. Llenar hasta rebosar (Lucas 6:38). La humanidad está atestada de toda clase de pecado. Romanos 1:29-31 da un retrato detallado. Nadie se libra. Son pecados de:

1. La mente, los pensamientos, la actitud:
    avaricia          soberbios
    maldad           sin misericordia
    envidia           inventores de males
    necios            malignidades
    desleales        aborrecedores de Dios
    altivos            sin afecto natural
    implacables

2. La lengua, la boca, el hablar:
    contiendas     detractores
    engaños         injuriosos
    murmuradores

3. Los hechos:
    toda injusticia    homicidios
    fornicación        desobedientes a los padres
    perversidad
   
    ¿Te ves retratado en ese análisis divino? No son fallos, errores ni problemillas, sino PECADOS. La humanidad está tan llena, hinchada, que está a punto de reventar espiritualmente! Dios declara: 
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Romanos 3:12). Él nos ve y sabe toda nuestra maldad mejor que nosotros. Hay muchos que se creen buenos, pero es porque no se conocen a la luz de Dios. Sólo Dios es bueno, santo y justo, y Él está a punto de mandar ira por nuestros pecados. Romanos 1:32 da la sentencia divina: “los que practican tales cosas son dignos de muerte”.
    Así que, no digas que esperas recibir de Dios lo que te mereces, porque eso sería la muerte. Amigo, no eres bueno, sino fundamentalmente malo, y hay abundantes pruebas de eso en la Biblia. Estás condenado y no te puedes salvar. Pero la buena nueva es que Dios quiere y puede salvarte. Sólo Él puede rescatarte de una condición desesperadamente mala, y de tu “vana manera de vivir”. ¿Cómo? Él mandó a Su Hijo Jesucristo al mundo, para hacer un solo sacrificio por los pecados (Hebreos 10:12). Cristo llevó todos tus pecados, sufrió todo tu castigo, satisfizo la justicia divina, resucitó y ascendió vivo al cielo. Él puede salvarte ahora mismo, para siempre, si arrepentido confías en Él.
 

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La Música Hoy:  Síntoma de un Gran Problema en las Asambleas


En septiembre de 1994 la portada de una revista de las asambleas norteamericanas (“Interest”) destacó un cantante contemporáneo bien conocido en muchos círculos cristianos. La portada y los artículos presentados en la revista son indicativos del creciente interés en la música hoy en las congregaciones que profesan ser cristianas.
    En tiempo pasado, la portada hubiera destacado una foto de una asamblea nueva o quizás un obrero pionero que sacrificó mucho para predicar el evangelio de Cristo. El nombre de la revista: “Interest” – es abreviado de “Cartas de Interés de Obreros”. Pero eso se les ha olvidado. Hoy muchos cristianos saben más de artistas contemporáneos y su música que de la obra del Señor. Para muchos, esos artistas y celebridades son los nuevos gigantes de la fe.
    No toda música contemporánea es ofensiva ni inaceptable, pero mucho de ella es simplemente el mundo entrando en la iglesia bajo la etiqueta “cristiano”. El llamado “rock cristiano” y “rap cristiano” son ejemplos primarios de eso, pero hay mucha otra música que también cabe en la categoría de “mundana”. De hecho, casi todo tipo de música cristiana contemporánea es sospechosa debido a la gran ganancia económica de los que quieren llamarla un “ministerio”, cuando realmente es un negocio.
    La música tiene su lugar correcto y apropiado en la Iglesia y en la vida del creyente.  Eliminar toda música está lejos de la mente de Dios. Es importante cantar en la congregación himnos de alabanza y testimonio. Pero en algunas asambleas al comienzo de las reuniones la gente a penas canta, y el tiempo de cánticos es considerado como un periodo de gracia para los que llegan tarde. En la cena del Señor los himnos deben ser de alabanza y adoración, centrados en Cristo, y no de testimonio, invitación o consagración personal. Antes del estudido bíblico o la prédica del evangelio, los himnos bien seleccionados establecen el tono para el mensaje que viene a continuación. Pero en muchas congregaciones la pobre participación y mala forma de cantar simplemente indican falta de interés de parte del pueblo del Señor. Por otra parte, cantar bien glorifica al Señor y es un estímulo para cualquier predicador.
    También los cánticos son importantes en la vida personal del creyente. La música puede ser edificante y dar ánimo, cuando es producto de un corazón que rebosa de la bondad y gracia de Dios. Un santo sin música en su corazón es uno que falta en el gozo del Señor y Sus bendiciones (Ef. 5:18-20). Pero una cosa es cantar de corazón para el Señor, y otra es andar con auriculares puestos escuchando “los 40 principales canciones cristianos”, que simplemente imita lo que hacen los del mundo. La música no es para divertirnos.
    Esto nos conduce a ver un problema común con mucha música “cristiana” en nuestros tiempos. No ha sido compuesta para ser cantada por creyentes normales y corrientes, ni por una asamblea de creyentes. ¡La componen para ser interpretada por artistas profesionales! Está pensada como espectáculo, para diversión, para que uno con talento especial cante y los demás oigan y admiren. Muchas canciones no pueden ser cantadas por la congregación simplemente porque la música es demasiada difícil de seguir.
    Hoy muchos cristianos francamente no se dan cuenta del aspecto comercial de la “música cristiana”. Muchos jóvenes y jóvenes adultos, habiendo sido criado en ese ambiente de música contemporánea al estilo del mundo, lo consideran normal porque es lo que siempre han visto. Pero “común” y “bíblico” son cosas distintas. Miles de cristianos han viajado miles de kilómetros y pagado millones para asistir a “conciertos cristianos”. Pero muchas de esas personas no son capaces de llegar a las reuniones normales de la asamblea, ni de sentarse para escuchar un estudio bíblico que dure más de veinte minutos. ¡Se aburren!  Y gastan millones en CDs, más de lo que ofrendan para el progreso del evangelio, y tienen una colección enorme de música, pero a penas tienen un libro de edificación espiritual.
    Pese a esos grandes gastos disproporcionados, hay multitudes de bebés espirituales en las iglesias hoy. Andan con los auriculares puestos divirtiéndose con su musica, pero no crecen ni maduran porque es imposible hacer esto mediante la música. Tienen poco conocimiento de Dios, y su diesta espiritual, lenguaje, intereses, prioridades y diversiones son iguales o muy similares a los del mundo. Muchas cosas pueden contribuir a su falta de crecimiento, pero alguien bien ha dicho que somos lo que comemos. Cuando uno escucha constantemente la música que tan a menudo es escuchada hoy, con letra superficial, más romántica que bíblica, no es extraño que no crezca mucho. Su música favorita no solamente copia al mundo, sino que en algunos casos su mensaje es biblicamente incorrecto. Una dieta de esa música liviana dejará a la persona malnutrida e inmadura.
 
concierto de Marcos Vidal y Danilo Montero -- no apto para consumo de creyentes
Muchos artistas dirigen su llamado “ministerio de música” más como un negocio que otra cosa. ¿Cómo se sentirían los creyentes si los predicadores vendieran entradas y demandaran garantías de ingresos y “gastos por adelantado” antes de compremeterse a predicar? ¿Cómo sería si se pidiera cinco o diez mil dólares por “actuación” como hace un bien conocido grupo de cantantes “cristianos”? Son obvias las respuestas, sin embargo mucho evangélicos no acaban de ver cuánto comercio tienen montado los músicatraficantes. Se han metido en congregaciones como los cambistas y vendedores de aves y ovejas en el templo, a los que el Señor sacó dos veces a latigazos y con violencia y enojo.
    No hay que decir mucho acerca de la apariencia de muchos “artistas evangélicos”. Muchos de los que aparecieron en los “Christian Music Awards” – el programa de los premios de música cristiana –  parecían copias calcadas de las super-estrellas del mundo. ¡Es una escena penosa que nada tiene que ver con el cristianismo bíblico!
    Pero existe ahora un interés quizás más grande que él de la música. F. B. Meyer bien dijo acerca del declive espiritual: “una fase del declive espiritual es cuando intentan negar toda sugerencia de su existencia”. Así es también hoy con muchos respecto a la música cristiana. No ven el problema. A pesar de la preocupación expresada por hermanos maduros y veteranos, muchos defienden la misma música que contribuye a su inmadurez y superficialidad, y a menudo desprecian a los que les animan a guardar un régimen más espiritual (Pr. 9:8). Tristemente, andan adulando las virtudes de lo que les esclaviza, e insisten fuertemente que esa música es espiritualmente edificante. Pero su falta de crecimiento espiritual demuestra que lo contrario es la verdad (He. 5:14).
   
Se podría pasar mucho tiempo debatiendo la música como si fuera el problema principal hoy en la Iglesia. Pero la verdad es que ella sólo es síntoma de otro problema mayor – el de la iglesia de Laodicea – la cegüera espiritual. Una iglesia superficial y ciega profesa tenerlo todo, y no ve que necesita el consejo y discernimiento de la generación de sus ancianos. Muchos hoy piensan que la iglesia avanza y están ciegos respecto a su horrible condición. Su infatuación con la diversión musical y su falta de hacer caso a las señales de aviso indican su falta de salud espiritual.
    Una música mejor no curará a la Iglesia de esa enfermedad. La curará la confesión de su orgullo y mundanalidad, y un retorno a Dios y Su Palabra. Muy francamente, hasta que sucedan esas cosas, no tendrán éxito los intentos de persuadir a la iglesia laodiceana.

Steve Hulshizer, tradicido y adaptado del artículo en “Milk & Honey” (“Leche y Miel”) en noviembre de 1994.
 
 
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“Sólo una vida, pronto pasará,
Sólo lo hecho para Cristo durará”.

C. T. Studd

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  “Para Dios, un anciano en una asamblea significa más                que el gobernante de una nación”.

“La iglesia local es más importante para Dios y Su pueblo 

que el imperio más grande del mundo”.
William MacDonald

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EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA
Capítulo 4

 Nuestra Obligación Y Responsabilidad

Los políticos son impotentes e incapaces de lograr victoria sobre el pecado. La historia nos enseña esto. Algunos hacen sus campañas publicitarias y programas de obras sociales, declarando una guerra contra la pobreza, o contra la droga, o contra el analfabetismo, pero no contra el pecado.
    Recordemos, el problema fundamental es el pecado, y está arraigado en el corazón humano. Todos los demás son síntomas del pecado, su fruto amargo. Generalmente los políticos conceden que no pueden eliminar el pecado, pero todavía insisten que los cristianos tienen una responsabilidad humana u obligación moral a involucrarse (enredarse) en el gobierno y la política como medio de restringir la maldad. En algunos países el gobierno requiere por ley que los ciudadanos voten, aunque en la mayor parte del mundo votar es opcional.
    Pero según los activistas, votar y apoyar a los candidatos no es opcional. Insisten que es obligación, y amenazan que si no te metes, prevalecerá el mal. Uno de sus dichos frecuentemente empleado es la cita de Edmund Burke: “Para que triunfe el mal basta que los hombres de buena voluntad no hagan nada”. Con eso quieren culparnos del triunfo del mal si no nos metemos en la política, si no intentamos reformar para bien el gobierno. Tiene un fallo muy gordo, y es que supone que los creyentes separados de la política no hacemos nada. ¡Incorrecto! Y otro gran fallo es que no podemos cambiar el mundo (véase apéndice 3 del libro). Irá de mal en peor, cada vez más degenerado, hasta que venga el Señor. Así que, hacemos lo que el Señor manda, y eso es, según Mateo 28:19-20, ocuparnos de predicar el evangelio y hacer discípulos. ¡El Titanic se hunde, y hay que salvar a cuantos podamos antes del triste final!
    ¿Qué proponen ellos? Asistir a un banquete donde cobran como mil dólares o más por persona para recaudar fondos. Repartir literatura para el partido. Contribuir tu tiempo trabajando en la campaña. Poner un letrero delante de tu casa, o en el parachoques de tu automóvil. Ir puerta a puerta y animar a la gente a votar. Presentarte tú como candidato, ¡pues podrías hacer mucho bien a mayor número de personas en el gobierno que en tu congregación! Dicen: “Necesitamos a buenos cristianos en el gobierno”. ¿Tenemos los cristianos tales obligaciones? ¿Qué dicen las Escrituras?
    La Biblia nos declara con palabras llanas que como cristianos tenemos la obligación de obedecer las leyes (Ro. 13:1; 1 P. 2:13), orar por los que están en autoridad (1 Ti. 2:1-2), respetar y honrarles (Ro. 13:7; 1 P. 2:17), y pagar nuestros impuestos (Ro. 13:7). Pero no hay ni un texto bíblico que diga que tenemos una “obligación moral” de meternos en la política o en el gobierno. No hay ni siquiera uno. Por encima de esas obligaciones al gobierno, el Señor nos llama a proclamar las buenas nuevas del evangelio. Pensemos un poco en nuestras obligaciones a orar y proclamar el evangelio.
    En primer lugar, es la responsabilidad, obligación y privilegio de todo creyente ORAR como el Señor nos enseña en 1 Timoteo 2:1-2 y otros pasajes. Esta tremenda responsabilidad es a menudo descuidado por muchos que profesan creer. Para vergüenza nuestra, la reunión de oración es la reunión menos asistida de la iglesia, y no hay buena excusa para eso. Muchos simplemente no tienen interés. Otros dicen que están cansados o no tienen tiempo, pero no usan esas excusas para no votar. Preguntamos a los activistas cristianos, ¿cuán regular, consistente y fervorosas son sus vidas de oración en privado? ¿Se dedican continuamente a la reunión de oración en su congregación? Si no, deberían tener vergüenza de hablar a los demás de responsabilidades y obligaciones. Pero los activistas describen la participación en la política o el gobierno como “poner pies a sus oraciones”, o “a Dios rogando y con el mazo dando” – dichos populares pero no  bíblicos. ¿Pero cuántos activistas asisten con regularidad a la reunión de oración? E. M. Bounds escribió un libro excelente titulado: El Arsenal de la Oración. Pero aun las armas más potentes no hacen nada si no las usamos.
    En lugar de poner pies a las oraciones, pongamos rodillas. ¿Qué si también ayunamos? Dios nos manda y anima a orar, pero no a votar. Piensa en esto: podríamos hacer más en cinco minutos de rodillas orando a Dios que en cinco minutos en una cabina de votación. Como bien dijo William MacDonald: “Cambiamos el equilibro del poder a través de la oración”. Así que, ¿por qué ofrecen los activistas transporte a las reuniones políticas y centros de votación, pero no a las reuniones de oración? Si miramos la oración en la vida personal de muchos, y su asistencia y participación en los cultos de oración, sabremos por qué los que profesan ser cristianos se van a la política. Francamente, porque creen que la política da resultado, y la oración no. ¿Qué clase de cristianismo es ése?
    Segundo, creemos firmemente que es nuestra responsabilidad humana y obligación moral ir a todo el mundo y predicar el evangelio a toda persona (Mr. 16:15). Como mencionamos antes, debemos seguir el ejemplo de los primeros cristianos, que según Hechos 8:4 “iban por todas partes anunciando el evangelio”. Si realmente creemos esto, también creemos que podemos hacer más yendo a las puertas para hablar de Cristo, o repartiendo literatura evangelística, que yendo a las puertas o distribuyendo literatura a favor de un partido o candidato. ¿Para cuál campaña debemos trabajar y dedicar recursos? ¡La del evangelio!
    Sentimos tristeza y vergüenza ajena al ver a los que han sido engatusados a gastar tiempo, dinero y fuerzas en la política. Trabajan incansablemente, hablan con devoción y fervor del partido, sus proyectos, los candidatos y los votos. Lo hacen de manera tan buena que no tienen a penas tiempo para testificar para Cristo como hacían los primeros cristianos. Se han dejado enredar. ¿Cómo puede un hombre pretender ser misionero, o anciano en una iglesia, cuando se enreda en la política y el gobierno? Debe escoger entre la obra del Señor, y la del mundo, y comprometerse exclusivamente de una vez. Es aun peor cuando su propia congregación está en dificultades y necesita ayuda, o cuando consideramos la tremenda cantidad de trabajo que queda por hacer, estableciendo y edificando asambleas del pueblo de Dios en todo el mundo. La Palabra de Dios manda claramente: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33), pero los que se entregan a la política no pueden ser obedientes, por mucho que digan que sí. “Ninguno puede servir a dos señores” (Lc. 16:13).

    No daré al mundo mi corazón
    Y luego profesar Tu amor;
    No gastaré en otros mis fuerzas,
    Y entonces dedicarme a Tu servicio.

    No iré con celo y rapidez
    A hacer los mandados del mundo,
    Y luego cansado subir hacia ti,
    Con pies cansados y paso lento.
Traducido del himno “Lord, In The Fullness of My Might”, por Thomas H. Gill (1869)

    Insisten que debemos participar en la política y el gobierno para combatir el humanismo. Podemos estar de acuerdo que ningún verdadero discípulo de Cristo puede favorecer cualquier forma ni credo del humanismo. Sin embargo, es un proceder favorito de los activistas alarmar a los cristianos con reportajes y estadísticas de cómo los humanistas están tomando control del gobierno y qué pasará cuando logren esto. Proponen entonces que todos debemos movilizarnos. Los mejores preparados deben presentarse para puestos en el gobierno, y todos como mínimo deben votar a los candidatos cristianos o pro cristianos. La idea es organizar un poderoso bloque de votadores. Con esa finalidad publican informes y guías para los votadores cristianos, dando el perfíl y la posición política de cada candidato. Esto, por supuesto, sólo sucede en paises donde hay libres elecciones y el llamado “proceso democrático”. Los Estados Unidos, desgraciadamente, nos provee de multiples ejemplos del activismo cristiano equivocado. ¡No deben ser imitados por otros países! Por ejemplo, se les dijo a los profesados cristianos en la década de los 80 que deberían votarle a Reagan, porque era buen cristiano, favorecía la oración en las escuelas públicas, y se oponía al aborto. Así que, tras no cuatro sino ocho años en la Casa Blanca, ¿cuál de esos dos asuntos fue resuelto a favor de los cristianos? ¡Ninguno! Además, nadie sabía hasta después que el presidente solía someter su agenda y la de la nación a la influencia oculta de la astrología, porque su esposa Nancy echaba cartas astrales para guiarle. Es sólo un ejemplo. Otro sería el infame presidente inmoral y mentiroso Bill Clinton. Antes de la elección dijeron que era un creyente bautizado y miembro de una iglesia bautista. Después de la elección comenzaron a salir los escándalos. Abundan ejemplos de ignorancia e incredulidad en el gobierno. En otros países preguntan: “¿Realmente creen los estadounidenses que todos sus presidentes, senadores y estrellas de deporte son cristianos? ¿Son tan ingenuos y fáciles de manipular?”
    Frecuentemente se escucha publicidad para atraer el voto de la “comunidad cristiana” o “bloque evangélico” (¡quién sabe qué son esos!). Dicen que tal candidato es “un cristiano”. Algunos activistas sí parecen creer que todos los candidatos de su partido son cristianos. ¿Qué harán cuando un musulman, mormón, ateo o creyente en la nueva era representa su partido? Países como Australia, Alemania e Italia tienen partidos llamados: “Cristiano Demócrata”. Pero me desvío del tema.
    El problema principal no es las sorpresas que dan los oficiales elegidos. Es algo peor: la idea básica de luchar contra el humanismo en el gobierno empleando lo que equivale al humanismo cristiano – es decir – presentando otros hombres como la solución. El ser humano tiene ideas, esperanzas y promesas, pero ¿tiene respuestas? La historia humana da una respuesta.
    Pero siguen tocando el tambor de la responsabilidad humana, usando un argumento de reducción al absurdo. “¿Qué debemos hacer entonces, quedarnos sentados en la congregación y dejar que el mundo vaya de mal en peor?” Insisten que no podemos tomar una postura tan pasiva e ingenua frente a los problemas. Dicen que nuestra responsabilidad es votar, hacer campaña para ciertos candidatos, y aun presentarnos como candidatos, para que haya cristianos en el gobierno. Gritan: “responsabilidad humana”, y “obligación moral” con el propósito de presionarnos y movernos a participar en el proceso político. A ojos de ellos, si no lo hacemos somos ciudadanos irresponsables. Nos acusan de tomar posiciones extremistas porque nos separamos del sistema de este mundo y dedicamos nuestros esfuerzos a la propagación del evangelio.
    Dicen que padecemos de corta vista y desequilibro, que somos demasiado espirituales. En estos días de “equilibro” y lo “políticamente correcto”, llamarle a alguien extremista o desequilibrado es como si le dijeras: “hereje” o le colgaras el sambenito. Pero al leer el Nuevo Testamento, encontramos que los cristianos primitivos, en los días de los apóstoles, no se metían en partidos y gobiernos, no sólo porque no podían sino porque sus amores y prioridades eran otros. Repetimos: “...iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hch. 8:4).   
    Otro argumento de activistas es: “Si no votas, entonces luego no te quejes del gobierno”. Es otro cliché de la ciencia política, usado para meternos vergüenza y motivarnos a enredarnos. Pero respondemos que no nos quejaremos, porque es pecado quejarse, murmurar y maldecir al príncipe (Éx. 22:28). ¡Ni los que votan tienen derecho a hablar así! Oraremos y clamaremos al Señor. Haremos conocidas nuestras peticiones y quejas delante de Él. Nuestro lugar es el salón de oración, no la cabina de votación, la reunión de oración, no el mitín político. ¿Y no es curioso que los que tanto se animan en las campañas y la votación son los que más vocalizan sus quejas? Piénsalo.
    Otra táctica es el uso de ese refrán que mencionamos antes, de Edmund Burke, escritor, filósofo y político, considerado el padre del liberalismo-conservadurismo británico: “Para que triunfe el mal basta con que los hombres de buena voluntad no hagan nada”. Este dicho deja a algunos buscando una respuesta adecuada, pero no el hermano William MacDonald, que escribió lo siguiente:

    "Los que dicen “sí” a la política invariablemente citan el aforismo familiar: “Para que triunfe el mal basta con que los hombres de buena voluntad no hagan nada”. Si eso no les gana el argumento, entonces citan a José, Moisés y Daniel como ejemplos de creyentes que estaban metidos en el sistema político".
    "Aunque suena convencedor el maxim, debemos recordar que es un dicho de sabiduría humana, no revelación divina. No debemos otorgarlo la autoridad de las Escrituras. Y respecto a José y Daniel, nunca se presentaron como candidatos para una elección, sino sirvieron, como cautivos, como empleados del gobierno. Moisés fue más un tábano al gobierno que parte de él".

"La Respuesta Bíblica
    Si vamos a la Palabra buscando respuesta, ¿qué hallamos? El Señor Jesús no se involucró en la política. Realmente se encontró en relación adversa al sistema. Sus discípulos tampoco se metieron en la política. ¿Perdieron lo mejor que Dios tenía para ellos porque concentraron en el evangelio? El apóstol Pablo no participó en la política. Su fidelidad a su llamamiento y su mensaje le puso en contra de la sociedad farisaíca".
    "Jesucristo enseñó que Su reino no es de este mundo (Jn. 18:36). Dijo a sus hermanos incrédulos: “No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas” (Jn. 7:7). El apóstol Juan nos recuerda que “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Jn. 5:19). Y la política es parte del sistema del mundo".
    "Tenemos que separarnos del mundo para influirlo (2 Co. 6:17). Arquimedes dijo que podría mover el mundo si consiguiera un fulcro fuera del mundo. Debemos colocarnos fuera del sistema del mundo si queremos moverlo para Dios".
    "Pablo insistió que “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Ti. 2:4). Todo creyente está o debe estar en servicio activo. No debe dejarse distraer ni enredar por las cosas de la vida".
    "La política es corrupta. Es un sistema de concesiones y transigencias. Se toman decisiones en base a lo que es expediente, en lugar de lo que es correcto. Se basa en principios humanos, no divinos, y funciona por ellos. El finado senador Vandenburg de Michigan (EE.UU.) dijo: “La política es por naturaleza corrupta. La iglesia no debe olvidar su verdadera misión ni intentar participar en la arena de asuntos humanos donde será un competidor pobre...perderá su pureza de propósito si participa”.
    "Creemos de todo corazón que debemos ser cristianos responsables, y que ser irresponsable sería un pecado. Pero recuerda, la Biblia define esa responsabilidad, no los profesores universitarios, los filósofos, los de ciencia política ni la publicidad de una campaña. “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso” (Ro. 3:4)".

Del libro El Cristiano Y La Política, por Carlos Tomás Knott
para obtener un ejemplar del libro en español o inglés: www.editorial-berea.com

jueves, 30 de noviembre de 2017

EN ESTO PENSAD - diciembre 2017


MI RESPUESTA FRENTE A SU VENIDA
escribe John Bramhall

    Aquí hay cuatro textos, y cada uno dicho por nuestro Señor Jesucristo refiriéndose a Su segunda venida, que deben producir en nosotros una reacción como una respuesta personal a Sus palabras. 

1.  La Respuesta De Mis Pies: En Mateo 25:6 el Señor Jesús dijo: "¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!" ¿Hago yo esto? ¿Salgo a recibirle? Esto tiene que ver con mi caminar, que debe ser un caminar espiritual.  Pablo lo describe: "Y andad en amor, como también Cristo nos amó" (Ef. 5:2).  "Andad como hijos de luz" (Ef. 5:8). "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios" (Ef. 5:15). "Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra" (Col.1:10). Esto es como debemos andar, nosotros los que salimos de este mundo para recibir al Señor Jesucristo.

2.  La Respuesta De Mis Ojos: En Marcos 13:35-37 el Señor Jesús dijo: "Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa... y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad". La expresión "velad" habla de nuestros ojos espirituales, "los ojos de vuestro entendimiento" (Ef. 1:18). Es así, en nuestros pensamientos y en nuestro espíritu que debemos estar mirando y anticipando Su venida.  Hebreos 12:2 dice: "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe""Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo"  (Tit. 2:13). Es una mirada dirigida al cielo, "de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo" (Fil. 3:20). Nuestra actitud y nuestro enfoque en la vida debe mostrar que como los tesalonicenses hemos sido convertidos para "esperar de los cielos a su Hijo" (1 Ts. 1:10). Hermano, hermana, ¿estás mirando al cielo con anticipación?

3. La Respuesta De Mis Manos: En Lucas 19:13 el Señor Jesús dijo: "Negociad entre tanto que vengo".  Esto es nuestro trabajo hasta que Él venga, lo que hacemos con nuestras manos. Él espera que yo esté sirviéndole, teniendo mis manos ocupadas en servicio de devoción a Cristo. "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas" (Ecl. 9:10). En Levítico 8, la palabra "consagrar" significa literalmente "llenar las manos", y así habla de servicio consagrado. "Porque a Cristo el Señor servís" (Col. 3:24).  Somos salvados "para que sirváis al Dios vivo" (He. 9:14). El Señor viene para evaluar nuestro servicio (2 Co. 5:10; 1 Co. 3:9-15). ¿Cuál será Su análisis de lo que yo he hecho y de lo que no he hecho, y cuál será mi recompensa? (1 Co.  9:17-18). Hermanos, ¡sirvamos al Señor para Su gloria!

4.  La Respuesta De Mi Corazón: En Juan 14:3 el Señor Jesús dijo: "vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis". Esto habla a mi corazón, porque Él me dice que quiere que esté con Él en la casa del Padre, y que vendrá y me tomará a sí mismo.  Si en Su gran corazón de amor el Salvador me quiere allí con Él, ciertamente mi corazón ha de responder: "Amén; sí, ven, Señor Jesús" (Ap. 22:20).  Él no se dará por satisfecho hasta que me vea allí (Is. 53:11).  Yo tampoco estaré satisfecho hasta que llegue a Su presencia  (Sal. 17:15). Mis pies, ojos y manos pueden estar cansados en este peregrinaje, pero hermano, mi corazón dice: "VEN, SEÑOR JESÚS".  Como aquella sulamita, mi corazón dice al Señor: "Mi amado es mío, y yo suya...Vuélvete, amado mío" (Cnt. 2:16-17). "Apresúrate, amado mío" (Cnt. 8:14).
John W. Bramhall (1899-2001)
 
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“Nada nos ayuda más a entender la Biblia que el propósito de obedecerla...Nada despeja la mente como la obediencia; nada entenebrece la mente como la desobediencia. Al obedecer una verdad que ves, te preparas para obedecer otras verdades. Si desobedeces solamente una verdad que ves, entenebreces tu mente a todas las demás verdades”.                                                            R. A. Torrey
 
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¿Está mal acumular dinero?

escribe William MacDonald

En todo el Nuevo Testamento la respuesta enfática es . La Biblia no condena a nadie por ser rico. Una persona puede recibir una herencia y hacerse rico de la noche a la mañana. Pero la Biblia sí que tiene mucho que decirnos acerca de lo que hacemos con nuestras riquezas. Aquí tenemos lo que enseña la Biblia:        1. Primero, que somos mayordomos de Dios (1 Co. 4:1, 2). Lo cual quiere decir que todo lo que tenemos le pertenece a Él, y no a nosotros mismos. Nuestra responsabilidad es usar Su dinero para Su gloria. La idea de que un 90% es para que lo gastemos nosotros, mientras que el 10% restante es la porción del Señor, es un concepto erróneo de la mayordomía del Nuevo Testamento. Todo le pertenece al Señor.
    2. El segundo punto es que debemos estar contentos con sustento y abrigo. “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Ti. 6:8). Aquí la palabra "abrigo" significa una cubierta, o un techo. Puede referirse a cualquier tipo de abrigo o ropa. Entonces, el versículo dice que debemos estar satisfechos con las necesidades de la vida: comida, vestido y casa. Y al dejarnos estar bajo un techo, el Señor nos permite tener más de lo que Él tuvo cuando estuvo aquí; Él no tenía dónde recostar Su cabeza (Mt. 8:20).
    El cristiano que tiene un negocio necesitará, por supuesto, un capital fijo y un capital operativo para seguir adelante. Debe tener suficiente para conseguir materias primas, pagar a sus empleados, y abastecer las demás demandas financieras que le salgan al paso día a día. La Biblia no prohibe al cristiano que tiene un negocio el tener los fondos necesarios para operar.
    3. Lo siguiente es que debemos vivir frugalmente, evitando derrochar y malgastar los recursos que Dios nos da.  Después de que el Señor Jesús hubo alimentado a los cinco mil, les dijo a Sus discípulos que recogiesen la comida que había sobrado (Jn. 6:12). Su ejemplo nos enseña a conservar las cosas siempre que sea posible.
    Compramos muchas cosas innecesarias. Especialmente en la época de Navidad, muchos gastan una pequeña fortuna en regalos sin valor que pronto encuentran sitio en el altillo o en el trastero, donde no sirven de nada a nadie.
    Compramos cosas caras cuando otras más baratas nos servirían para lo mismo. (No siempre es verdad que el producto más barato es el mejor que comprar. Debemos sopesar el precio, la calidad, el tiempo ahorrado, etc.).
    Resistamos la tentación de comprar todo lo que queremos. Y debemos desarrollar el hábito de vivir sencilla y frugalmente por causa del Hijo del Hombre.
    4. Todo lo que sobrepase nuestra necesidades debe dedicarse a la obra del Señor (1 Ti. 6:8). ¡Recuerda! Todo le pertenece a Él. Nosotros somos Sus mayordomos. Nuestra meta es hacer avanzar Su causa en la tierra dentro de nuestras posibilidades.
    Inmediatamente aparecerá la objeción de que invertir todo aparte de la comida, la ropa y la casa para la obra del Señor es algo temerario, corto de vista, y un derroche.
    Bueno, tenemos la historia de una persona que sí que lo hizo. Era una viuda, y echó sus dos blancas en el tesoro del templo. Jesús no le reprochó. Él dijo: “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos (los ricos). Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; más ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía” (Lc. 21:3-4). Pero la mayoría de nosotros vamos toda la vida sin jamás ofrendar todo el sustento que tenemos.
    5. Se nos prohibe hacernos tesoros en la tierra. Las palabras de la Escritura son claras e inequívocas.
    “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt. 6:19-21).
    Para la mayoría de nosotros, parece que estos versículos ni siquiera están en la Biblia. Creemos que el Señor Jesús los dijo, y que son divinamente inspirados. Pero no pensamos que se apliquen a nosotros. No los obedecemos. Así que, en cuanto a nosotros, es como si el Señor nunca lo hubiese dicho.
    Pero la verdad sigue diciendo que es PECADO hacer tesoros en la tierra. Es algo directamente contrario a la Palabra de Dios. Lo que nosotros llamamos prudencia e inversión, realmente es rebelión e iniquidad.
    Y es verdad que donde esté nuestro tesoro, allí es donde también estará nuestro corazón. Una vez llevaron al Dr. Johnson a un “tour” de una casa delujo. Recorrió la mansión y el terreno bien cuidado. Entonces se volvió hacia sus amigos y dijo: “Con cosas así, sería difícil tener que morirse”.
    6. Finalmente, debemos confiar en Dios en cuanto al futuro. Dios llama a Su pueblo a una vida de fe, dependiendo de Él. Nos enseña a orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mt. 6:11). Por medio de la historia del maná, nos enseña a tener nuestros ojos hacia Él día a día para suplir nuestras necesidades (Éx. 16:14-22). Él mismo es nuestra seguridad; no debemos apoyarnos en las cañas rotas de este mundo. Confiemos en Él, hoy y mañana.
 
 
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¡Me Gusta Salir De Copas!
 
“¡AY DE LOS QUE SE LEVANTAN DE MAÑANA PARA SEGUIR LA EMBRIAGUEZ; QUE SE ESTÁN HASTA LA NOCHE, HASTA QUE EL VINO LOS ENCIENDE! Y EN SUS BANQUETES HAY ARPAS, VIHUELAS, TAMBORILES, FLAUTAS Y VINO, Y NO MIRAN LA OBRA DEL SEÑOR. POR ESO ENSANCHÓ SU INTERIOR EL SEOL, Y SIN MEDIDA EXTENDIÓ SU BOCA; Y ALLÁ DESCENDERÁ LA GLORIA DE ELLOS, Y SU MULTITUD, Y SU FAUSTO, Y EL QUE EN ÉL SE REGOCIJABA”.
                        Sagrada Biblia, Isaías 5:11-14

Los borrachos no heredarán el reino de los cielos (1 Corintios 6:10). Amigo, si deseas saber más de la Palabra de Dios, deja la juerga y busca a Dios. Levántate de mañana para leer la Biblia, y los domingos congrégate donde ella es expuesta y estudiada. En ella hallarás el camino de vida.
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LA PEREZA (II)
LA NATURALEZA DE UN PEREZOSO

El perezoso es un mamífero que mide menos de un metro de longitud. Vive en las copas de los árboles de la selva trópica de Centro y Sudamérica.

¿Por qué se le llama al perezoso "atsluwth"?
    Cuando los exploradores europeos descubrieron a ese animal, le pusieron ese nombre por la característica de esta palabra en hebreo, atsluwth, lo cual significa ser ocioso.

¿Cómo hace el perezoso honor a su nombre?
    Es la encarnación del ocio y la holgazanería. Puede gastar toda su vida en un sólo árbol. Por lo despacio que se mueve, parece que le sobra el tiempo.

¿Qué puede ganar al perezoso en una carrera del más lento?
    Nada en la familia de los mamíferos. Es el más lento de todos. En una carrera de sesenta segundos sólo avanzaría unos pocos metros. Un científico observó qué, relativamente hablando, van más rápidos los líquidos celulares de protozoo unicelular, que un perezoso tratando de escaparse de una pitón.
    Un perezoso aventurero, fue observado cierta vez, ¡e hizo un viaje de 6,4 kilómetros en sólo cuarenta y ocho días!

¿Pasaría el perezoso el examen de sueño de Dios?
    No. Dios le advierte al perezoso que salga de la cama y vaya a trabajar. Normalmente, el perezoso duerme unas quince o más horas al día. Esto incluye todo el día y casi toda la noche.

¿Qué es lo que toma ventaja sobre un perezoso dormilón?
    Polillas y algas. El pelo basto del perezoso "inmóvil" se llena de polillas. El cuerpo de la palometa “pyralid” es plano como el de la pulga, así, se mueve libremente por el pelo del perezoso. Pequeñas fisuras en cada pelo proveen un lugar de cobijo para varias especies de algas. Las algas pueden hacerse tan gruesas que el perezoso acaba teniendo la apariencia de un color azul-verdoso y desprende olor a humedad. El perezoso ignora completamente las algas.
¿Cuál es la ocupación principal del perezoso?
    Comer. El perezoso suele ser rechoncho y bien alimentado. La única razón por la que gastaría energías y se cambiaría de árbol sería por encontrar comida. Comiendo poco a poco las hojas de la selva, avanza, abriéndose así el camino.
   
¿Cómo mata la pereza al perezoso?
    Cuando la comida comienza a escasear, el perezoso tiene hambre. Se mueve lentamente y no está acostumbrado a cazar su comida. Por eso, es muy sensible a las sequías, incendios, e invasiones de insectos que destruyen sus recursos de alimentos.
    El perezoso muere de hambre si no tiene la comida a mano. Cuando el asunto consiste en proveer comida, las maneras del perezoso contrastan mucho con las de la hormiga.

¿Por qué es difícil detectar a un perezoso?
    La defensa primaria del perezoso contra los animales de rapiña es el engaño. Esto requiere horas de inmovilidad, y entonces pasa desapercibido con las hojas secas del árbol.

¿Le retarda el frío al perezoso?
    Al contrario de los demás mamíferos, la temperatura del cuerpo del perezoso varía con las temperaturas de alrededor. Puede variar más de veinticinco grados. Si la temperatura del ambiente se enfría, el perezoso se hace un ovillo para prevenir la pérdida del calor del cuerpo.

¿Cómo ven el mundo los perezosos?
    Del revés. El perezoso tiene más vértebras en el cuello que cualquier otro mamífero y puede mover la cabeza hasta ciento ochenta grados en cualquier dirección.

¿Es brillante el futuro de un perezoso?
    El archivo de los fósiles muestra que hay 10 veces más especies extintas de perezosos que especies vivas. Sólo dos de ellas son comunes hoy.
CÓMO CONQUISTAR LA PEREZA

Hay esperanza para el perezoso, basada en el hecho de que Dios le da instrucciones a él y acerca de él. También hay otros principios de la Escritura que se relacionan directamente con la pereza, desde la juventud hasta que se es adulto.

1. CONTRARRESTA LA PEREZA CON EL HAMBRE
    La cura principal que Dios usa para la pereza es el hambre. "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Ts. 3:10).
    Esto es consecuente con la necesidad que Dios estableció después que Adán y Eva pecaron. "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra..." (Gn. 3:19).
    Tiene valor el dejar a cada persona experimentar el verdadero hambre, especialmente cuando uno tiende a ser perezoso. Un punto de comienzo para conquistar la pereza sería hacer un ayuno de tres días, con el propósito de estudiar los principios de Dios y ejemplos de diligencia. (Ver Mt. 6:16-18).

2. APRENDE LOS PRINCIPIOS DE LA DILIGENCIA
    La última meta de una persona perezosa sería la diligencia. Esta es precisamente la instrucción de Dios. "Vé a la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y sé sabio" (Pr. 6:6).
    La hormiga ilustra las características básicas que le faltan a la persona perezosa - iniciativa, autodirección, respeto a las estaciones, habilidad de terminar tareas y la previsión necesaria en planear para el futuro.
    Después de estudiar a la hormiga, sería bueno leer las biografías de grandes cristianos para aprender cómo su diligencia se desarrollaba por su obediencia a la Palabra de Dios.

3. RECONOCE QUE LA PEREZA SE DESARROLLA EN  

   ETAPAS
    La pereza no está confinada a sólo unas cuantas o a un cierto tipo de personas. Cualquiera puede convertirse en su víctima. Es un desarrollo gradual que comienza sin ser advertido; y si no se le refrena, la pereza incapacitará a aquellos que le obedecen.

    • La Pereza Latente
    La pereza latente es la tendencia a rechazar en lo íntimo el requisito que Dios nos da de trabajar diligentemente. Esta tendencia requiere una obediencia instantánea a la guía del Espíritu Santo.

    • La Pereza Inicial
    La pereza inicial toma las decisiones más cómodas en la vida cotidiana. Este tipo de pereza hace necesario que otros vayan detrás tuyo recordándote, preguntándote y acuchándote para que termines los trabajos. Además de sus propias responsabilidades, tienen que gastar tiempo recordándote las tuyas.

    • La Pereza Incapacitante
    La pereza incapacitante permite pequeñas rendiciones cada día, hasta que llegan a ser su estilo de vida habitual. Esta pereza requiere estar sin comer para aclarar las metas y alcanzar objetivos.

4. APRENDER LA DISCIPLINA DE MADRUGAR
    La definición de la palabra hebrea diligentemente es “madrugar para hacer una tarea”.
    Esta disciplina ataca al corazón de cada perezoso. "Perezoso, ¿Hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?" (Pr. 6:9).
    Si es necesario, sé responsable de levantarte a una hora determinada para llamar y despertar a otros. Resiste la tentación de quedarte sólo un poco más en la cama. Ni aun aprendas cómo parar la alarma del despertador. Cuando te despiertes, ¡saca los pies fuera de la cama y levántate!
    Un modo práctico de establecer la responsabilidad de levantarse pronto es tener a alguien que te llame por teléfono, o que quedes con alguien para llamarle cuando te levantes, o planeas encontrarte con alguien para tener un tiempo devocional.

5.APRENDE A RESPETAR EL TIEMPO
    La vida es una carrera en contra del tiempo. Sólo podemos ganar la carrera si nos damos cuenta de lo siguiente:
    •
El tiempo es limitado.
    • La muerte es cierta.
    • La segunda venida de Cristo es aun más cierta.
    • El número de años productivos está establecido por Dios.
     "Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos" (Sal. 90:10).
    • Los días deben ser contados.
        "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos             al corazón sabiduría" (Sal. 90:12).
    • El tiempo requiere responsabilidad.   
    • El tiempo se nos ha confiado para la obra de Dios.
         "...La noche viene, cuando nadie puede trabajar" (Jn. 9:4).
    • El tiempo es irrecuperable, es un recurso no renovable. Una vez gastada una hora, nunca volverá.
    • El tiempo no respeta a las personas. Nadie recibe más horas.
    • No se recupera el tiempo. Toda hora malgastada se pierde para siempre.