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sábado, 31 de diciembre de 2016

EN ESTO PENSAD -- enero 2017


El Problema Del Discernimiento (II)
G. A. Lehman
 (viene del número anterior)
EL PROPÓSITO DEL DISCERNIMIENTO
 
Un pasaje relacionado con este tema se encuentra en Filipenses 1:9-10, que es parte de la oración de Pablo a favor de los filipenses: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento. Para que aprobéis lo mejor; a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo”.
    Nótese dos factores importantes en este texto, que establecen el propósito del discernimiento:
    1) “Para que aprobéis lo mejor”. Esto sólo puede ser hecho discriminando entre las cosas. Algunas cosas son malas, otras buenas, y algunas mejores (o excelentes). Como dijo un profesor de la Biblia a sus estudiantes: “hay muchos libros buenos, en fin, hay tantos que no podríais leerlos todos. Leed sólo los mejores; no teniendo tiempo para los otros. Se les impulsaba a discernir entre lo bueno, lo mejor y lo excelente.
    2) El segundo factor nos es dado en nuestro texto en la frase que dice: “que seáis sinceros e irreprensibles”. Cuando se trata sólo con hechos se trata sólo con la verdad, se evita cualquier cosa falsa. Se llega de esta manera a ser una persona sin engaño, transparente y de puro corazón; no una piedra de tropiezo. El discernimiento le capacita a evitar los impedimentos a su vida de santidad.
    Vemos un tercer propósito en Hebreos 5:13-14, “Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
    El ejercicio del discernimiento involucra el ejercicio de tomar decisiones y esto lleva a la madurez. No dejamos que nuestros niños hagan decisiones importantes, pero a la medida que crecen física, mental y moralmente, les permitimos hacer más decisiones que involucran discernimiento. Su ejercicio volitivo personal revela la extensión de su madurez. A medida que ese crecimiento progresa, podemos confiarles el conocimiento y la responsabilidad que está de acuerdo con su madurez. La falta de crecimiento resulta en inmadurez. Esta parte de la epístola a los Hebreos fue escrita precisamente a aquellos que tenían este problema.
    Otro propósito es el ejercicio del autojuicio. Cualquier juicio requiere el ejercicio del discernimiento. Así lo encontramos en 1 Corintios 11:28-29, “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí”.
    La observancia de la ordenanza de la Cena del Señor requiere que los Cristianos entiendan lo que están haciendo. Deben saber lo que significa. La falta de discernimiento del significado, lleva a la falta de autojuicio y esa falta, al juicio y castigo del Señor. La naturaleza sagrada de esta ordenanza demanda discernimiento por parte de los participantes.

LA PRÁCTICA DEL DISCERNIMIENTO

    La práctica del discernimiento requiere conocimiento. Esto involucra la acumulación de hechos, una investigación de la verdad. Este es el principio sobre el cual Dios basa Su propio juicio, pues leemos en Romanos 2:2, “ ... el juicio de Dios...es según verdad”. Pablo, al orar por los filipenses, dice: “que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia...”. Nadie puede llegar a una correcta determinación o juicio aparte de un conocimiento de los hechos verídicos, o como dijo Francis Schaffer: “verdadera verdad” o “la verdad verdadera”.
    La práctica del discernimiento requiere amor. En su oración por los filipenses, citada anteriormente, Pablo enfatiza un amor creciente y rebosante en el tratamiento de los hechos de los cuales debe consistir nuestra ciencia o conocimiento. Si el amor de Cristo nos constriñe, como dice 2 Corintios 5:14, entonces los resultados de nuestra ciencia y discernimiento glorificarán al Señor.


LOS PRINCIPIOS DEL DISCERNIMIENTO
    No podemos ejercer el discernimiento sin alguna norma como guía. Esta norma es la Palabra de Dios. Dios mismo reconoce esta norma aún para Si mismo en el Salmo 138:2 que dice: “Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas”. Otro texto vital se encuentra en Isaías 8:20, “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Cristo, en Su oración en Juan 17:17 declara: “Tu Palabra es verdad”. La norma de discernimiento espiritual es la Palabra de Dios, sin duda alguna.
    El segundo principio es ser una persona espiritual. Esto reprende a los fariseos, saduceos y a los creyentes carnales de nuestros días. Un texto pertinente acerca del hombre espiritual se encuentra en 1 Corintios 2:15, “En cambio el espiritual juzga (examina) todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie”. El examen aquí es con el propósito de discernir espiritualmente, lo cual sólo es posible en una persona espiritual. Nótese la misma idea en 1 Corintios 11:28, “...pruébese cada uno a sí mismo”. El propósito es de determinar o discernir su propia disposición o condición espiritual en relación al culto que involucra la Mesa del Señor. En la profecía Mesiánica de Isaías 11:2, el Espíritu del Señor es también llamado el Espíritu de sabiduría y de inteligencia. El mismo Santo Espíritu ahora reside en el cuerpo de cada creyente para poder controlar sus sentidos para que sean “ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He. 5:14).

LA APLICACIÓN

    Hay una necesidad desesperante de un avivamiento, de un vivir realmente piadoso. Muchos cristianos no disciernen al pecado como pecado. Su visión espiritual está empañada por un astigmatismo espiritual. Como los laodicenses (ver Ap. 3:15-17), no pueden entender ni discernir la propia condición de sus miembros. Otros se han endurecido y ya no les quedan más lágrimas. Pero la eterna Palabra de Dios se mantiene en juicio sobre nosotros. ¿Qué ha sucedido con la predicación expositiva? ¿Dónde están los truenos desde nuestros púlpitos contra el pecado de los que están en los bancos? Porque nuestros cañones se elevan por encima de las cabezas de nuestro pueblo, dirigiéndose a los políticos, los apóstatas, etc., evitando así los pecados en nuestro medio. ¿Por qué seguir? Estas condiciones se ven a las claras.
    La única respuesta es un retorno al control del Espíritu Santo y la sumisión a la Autoridad de la Palabra de Dios. Entonces, sólo entonces estará resuelto el problema del discernimiento.
    “Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (He. 5:14).

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 ¡Vengo Pronto!

“¡He aquí, vengo pronto!” (Ap. 22:7, 12, 20). “El tiempo está cerca” (Ap. 22:10). No sólo aquí sino en el resto del Nuevo Testamento en general aparecen tales expresiones. En todo lugar la prometida revelación del Señor Jesucristo es representada como algo cercano, inminente, que puede suceder en cualquier momento. La impresión hecha sobre los primeros cristianos era que Cristo vendría en cualquier hora o día. Exactamente cuándo vendrá no les fue dicho en ningún lugar. Según las palabras del Salvador, no era para ellos el saber el tiempo o las sazones que el Padre puso en Su sola potestad (Hch. 1:6-7). Debemos estar en expectación constante de Su venida en cualquier año, día y hora.
    Ciertamente no tenemos libertad para posponer ni pensar que esté lejos lo que Cristo tan solemnemente declaró estar “cerca”. Andando el tiempo en la edad de la Iglesia, y especialmente ahora, cada creyente debe esperar en cualquier momento Su venida para cumplir todo lo que está escrito en este libro [Apocalipsis]. La Biblia indica que no hay nada entre nosotros y ese día.                      
traducido y adaptado de Seiss, The Apocalypse (Apocalipsis), pág. 528

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Hasta aquí nos ayudó Jehová.

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¿Cuál es la diferencia entre un mono y usted?  
(por favor, no se ofenda)

La enseñanza acerca de la evolución ha tenido un impacto profundo en nuestra sociedad. La ingeniería genética, los abortos y la eutanasia radican en la opinión de que en la formula de la vida, realmente no hace falta un Dios.
    Por “evolución” no debemos entender sencillamente “cambio”, sino más bien la idea de que las moléculas se transformaron en un ser humano (y en todo lo demás) simplemente por un proceso natural. La teoría que afirma que de alguna manera, al azar, puede surgir vida de algo inanimado, es francamente absurda. La generación espontanea ya fue demostrada falsa hace muchos años por Redi, Pasteur, y otros. Pero este concepto ha sido entrado de nuevo, clandestinamente, por los que buscan una alternativa a Dios.
    Aun más destructiva es la idea de que la materia impersonal y sin inteligencia haya podido producir de alguna manera al hombre con su personalidad, razón, y sus conceptos de moralidad. Esta teoría es en sí autodestructiva. Darwin mismo dijo: “Conmigo siempre surge la duda horrible de que si las convicciones de la mente humana, la cual ha sido desarrollada de la mente de animales inferiores, tienen valor alguno o son realmente dignos de confianza. ¿Confiaría alguien en las convicciones de un mono, si en semejante mente hubiera convicciones?” Si su cerebro es un accidente, ¿cómo puede confiar en sus pensamientos?
    Negando que Dios existe, el hombre acaba negando su propia humanidad. La verdad, la hermosura y el amor ya no tienen sentido. La Biblia afirma: “Dice el necio en su corazón, no hay Dios” (Sal. 53:1).
    No importa cuánto intente suprimirlo, aún surge desde lo profundo de cada uno aquella protesta que le dice que no es meramente un animal ni una máquina. Usted no debe esta forma de pensar a un ameba; pues la recibió de Dios, del Dios que le creó y que le llama a acercarse a Él. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
 
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INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?
VII

Martin y Deidre Bobgan

(viene del número anterior)

El Camino Menos Transitado
El psiquiatra M. Scott Peck ha llegado a ser un conferenciante y escritor muy popular entre “cristianos”. Sus libros: People of the Lie (“El Pueblo de la Mentira”), y The Road Less Travelled (“El Camino Menos Transitado”) aparecieron en una revista evangélica popular apuntados entre los libros del año. La lista viene de la votación de escritores, líderes y teólogos evangélicos seleccionados por la revista. Un crítico de libros del New York Times escribe: “La audiencia principal del libro está en la zona del “Bible Belt” (“Cintura Bíblica” , apodo asignado a una región bíblicamente conservadora en el sureste de los Estados Unidos). Describe el libro así: “un intento ambicioso de casar la teología cristiana con los descubrimientos de Freud y Jung en el siglo XX”.24
    En una entrevista publicada en la revista Christianity Today (“El Cristianismo Hoy”), le preguntaron a Peck: “¿Qué quería Ud. decir al llamar a Cristo: ‘Salvador’?” El periodista relata su respuesta:

“A Peck le gusta Jesús el Salvador como hada madrina (término que seguramente no usa de modo frívolo), como ejemplo o maestro de cómo vivir y morir. Pero no le gusta la idea de Jesús como el que hace Expiación”.25

    La opinión de Peck acerca de la naturaleza de Dios y la del hombre no viene de la Biblia, sino de una mezcla de la psicología jungiana con el misticismo oriental. Comenta así acerca de Dios y el hombre:

“Dios quiere que lleguemos a ser Él (o ella). Estamos avanzando hacia la divinidad. Dios es la meta de la evolución. Dios origina la fuerza evolucionaria y Él también es el destino. Eso es lo que queremos decir con ‘el Alfa y la Omega, el principio y el fin’”.26

    Pero la Biblia dice lo contrario:

“Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Is. 44:6).

    No obstante, Peck continúa:

“Una cosa es creer en un Dios viejo y benigno que nos cuidará bien desde Su alta posición de poder donde nunca podremos llegar. Es totalmente otra cosa creer en un Dios cuyo deseo es que nosotros logremos Su posición, Su poder, Su sabiduría, Su identidad...”27

    Las únicas palabras que se asemejan a esta descripción son las de Lucifer en Isaías 14:13-14. En verdad Peck promete divinidad a todos los que acepten la responsabilidad de lograrla.

“No obstante, cuando creemos que es posible que el hombre llegue a ser Dios, ya no podemos descansar mucho, ni decir: ‘Bien, se terminó mi trabajo’. Debemos animarnos constantemente a adquirir más y más sabiduría, más y más eficacia. Al creer así nos habremos colocado al menos hasta la muerte en un camino de automejora y crecimiento espiritual. La responsabilidad de Dios debe ser también la nuestra”.28

    Peck entra todavía más en el laberinto del misticismo oriental y el ocultismo jungiano al decir: “Hablando claro, nuestro inconsciente es Dios. Dios en nosotros. Siempre hemos sido parte de Dios. Dios siempre ha estado con nosotros, está ahora, y siempre estará”.29
    En contraste a esto, la Biblia revela que la única manera de entrar en una relación con Dios es por medio de la fe en el Señor Jesucristo, pues Él es el único camino al Padre. Mientras uno no nace del Espíritu, mora en el reino de las tinieblas, bajo el dominio de Satanás.

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Ef. 2:1-5).

    No importa cuán amables, populares y bien intencionados sean los terapeutas “cristianos”, son poderosamente influenciados por la impía perspectiva psicológica. La psicología viene a ser la manera de interpretar las Escrituras y de aplicarlas a la vida cotidiana. Cuando uno lee la Biblia desde la perspectiva psicológica de Freud, Jung, Adler, Maslow, Rogers, y otros, su comprensión de la Biblia tiende a conformarse a las teorías de ellos. En lugar de mirar a la vida a través de la Biblia, mira a la Biblia a través de la psicología.
    Esos amalgamadores añaden la sabiduría de los hombres para suplir lo que según ellos falta en la Biblia. Toman el antiguo problema del pecado arraigado en el egoísmo, y le dan un nombre nuevo como “crisis de la mediana edad”, “síndrome del nido vacío” u otras ideas. Luego ofrecen soluciones procedentes de la masa leudada. Agregan a sus ideas psicológicas algún versículo o historia bíblica para que los cristianos las traguen. Así pretenden dar soluciones eficaces a problemas que erróneamente creen estar fuera del alcance de las Escrituras.

El Ministerio Pastoral Minado

Los consejeros psicológicos minan el ministerio de los pastores. Han desarrollado una fórmula para que los pastores remitan a ellos las ovejas del Señor: (1) Los que carecen de capacitación psicológica no son aptos para aconsejar a las personas que tienen serios problemas de vida. (2) Por eso, hay que remitirlas a los terapeutas profesionales. Estos dos pasos son indicios previsibles y patéticos de la seducción psicológica del cristianismo.
    Los pastores se han dejado intimidar por las aseveraciones de los psicólogos. Ahora temen hacer exactamente lo que Dios les manda: ministrar a las necesidades espirituales del pueblo mediante consejos bíblicos y piadosos en público y en privado. Parte de esa intimidación es hecha por otros pastores que recibieron capacitación psicológica.
    Un portavoz de la Asociación Americana de Consejeros Pastorales – un grupo de pastores con estudios en psicoterapia, dice así:

“Nuestra preocupación es que hay muchos ministros que no están preparados para la psicoterapia de sus feligreses”. 30

Esto, por supuesto, supone que los pastores no son cualificados. Entonces, la conclusión previsible a esta letanía es: “remítalos a un profesional”.
    Pero en los confines de la oficina del psicoterapeuta, es subvertido el mensaje pastoral que enfrenta el pecado en la vida del individuo. Cambian sutilmente el sentido de las palabras y frases. A la palabra pecado le sustituyen palabras de menos convicción, tales como: “fallo”, “error”, y “reacción a heridas del pasado”. Términos como “sanado” reemplazan palabras bíblicas como santificado y santo. De hecho, la palabra santo ha sido alterada para significar algo como “salud psicológica”. En manos de los que psicologizan, lo literal en las Escrituras a menudo se vuelve metafórico, y lo metafórico se vuelve literal.
    Pero no sólo aceptan esas nuevas definiciones los que pagan por oírlas de los psicoanalistas. También han llegado a ser conocidos y estandarizadas en la comunidad cristiana. Eso ha sucedido gracias a la influencia de la psicoterapia en libros, revistas y los medios cristianos de comunicación.
    ¿Es de sorprender que los pocos pastores piadosos que quedan hoy en día están perplejos respecto a su tarea de aconsejar con las Escrituras?

continuará, d.v. en el siguiente número

Para leer más artículos sobre la psicología y la psiquiatría, acude a:
www.sedin.org
http://carlosdiscipulo1.blogspot.com.es
www.thebereancall.org

Hay estudios muy buenos, bien documentados y razonados, sobre este tema en inglés. Lástima que tan poco existe en español, pero los que angloparlantes pueden aprovechar esa instrucción en Youtube:

  

lunes, 12 de diciembre de 2016

LEAMOS LA BIBLIA ENTERA EN 2017



"No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).
"porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios" (Hch. 20:27). 

      Algunas naciones hacen campañas contra el analfabetismo, y eso es bueno. Pero ahora tenemos que hacer campaña contra la falta de lectura, en las iglesias. Muchos han perdido la buena costumbre de leer. Otros nunca la han cultivado. Son capaces de pasar horas mirando la pantalla de un televisor, teléfono u ordenador, pero tras cinco minutos de lectura se aburren o se cansan.  Dios se ha revelado en Su Palabra, la Biblia. "Ocúpate en la lectura" es el consejo apostólico (1 Ti. 4:13).
 
      Si en otros tiempos no todos tenían disponible la Palabra de Dios para leer y estudiar, no es el caso con nosotros. Hoy en día, más que nunca, hay más Biblias y medios para leer la Biblia. Pero extrañamente, coincide que gran cantidad de cristianos sigue sin haber leído siquiera una vez toda la Biblia.

      ¿Cómo van a vivir de "toda palabra que sale de la boca de Dios" si no han leído toda la Biblia?  ¿Cómo sabrán "todo el consejo de Dios" si no leen?  Y el peligro es que luego en su ignorancia o conocimiento incompleto opinan sobre doctrinas y prácticas, sin saber lo que dicen. ¿Y cómo sabrán si lo que se les enseña es correcto o no, si desconocen la Biblia?

     Así que, invitamos a todo hermano y hermana a ponerse la meta de leer toda la Biblia en 2017, empezando en Génesis y siguiendo hasta terminar Apocalipsis. PERO el asunto es leer, no escuchar a otro leer, sino abrir tú la Biblia y tomar el tiempo para leer cada uno de los capítulos. ¡Es una buena inversión!  Empezando el 1 de enero, si leemos 4 capítulos diarios, terminaremos en Noviembre. Esto significa que sobran días para recuperar si perdemos algún día durante el año.

 Si estás demasiado ocupado para leer la Biblia, ¡estás demasiado ocupado! Algo falla y deberías hacer cambios y establecer prioridades. "Hay un tiempo para todo lo que se quiere" (Ecles. 3:17).

Muchos se han arrepentido y se arrepentirán de no leer la Biblia, pero nadie se arrepiente de leerla!

El salmista exclamó:
 "¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación". 
Salmo 119:97