El Candelero Quitado
Apocalipsis 2:1-7
Apocalipsis 2:1-7
¿Por Qué?
Bien podemos preguntar: “¿Por qué son a veces quitadas las iglesias locales, ya que son candeleros en un mundo de tinieblas?”
Hay ciertas cosas que no son causa de su eliminación. Los creyentes en Éfeso eran trabajadores energéticos. El Señor dijo: “Conozco tus obras”. Cuando pienso en obra, pienso en la epístola a Tito donde leemos una y otra vez acerca de las buenas obras y cómo debemos cuidar de mantenerlas. Hay mucho en aquella pequeña epístola acerca de las obras.
Fueron trabajadores incansables. El Señor habla de su arduo trabajo, y esta palabra “trabajo” significa trabajar hasta el punto de agotamiento. Significa trabajo hecho con sacrificio. Él les felicitó por esto. No les quita el candelero por su falta de trabajo. Dios dice: “la fe sin obras es muerta”. Si realmente, verdaderamente somos salvos, manifestaremos la realidad de la salvación mediante las buenas obras.
Fueron perseverantes. Varias veces habla aquí de su paciencia o perseverancia. Hebreos 12 habla de una carrera en la cual cada creyente corre. Dice que debemos despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia, para que podamos acabar la carrera que tenemos por delante. Esta carrera es un maratón largo y difícil, y Dios quiere que perseveremos. El Señor encomendó a los creyentes en Éfeso por su perseverancia.
También tuvieron discernimiento. Había algunos que profesaban ser apóstoles, pero los creyentes en Éfeso tuvieron el discernimiento para ver que eran fraudes, y los disciplinaron como tales. También soportaron la persecución y fueron felicitados por esto. Es interesante ver que hicieron estas cosas por causa del Nombre del Señor (Ap. 2:3). Siempre es bueno que los creyentes tengan al Señor delante suyo como su gran incentivo. Cuando hagan esto, entonces todo lo que hagan lo harán de corazón, como para el Señor y no los hombres, sean hermanos u otros, “por amor del nombre”. Esto es lo que hacían los efesios. El Señor no amenazó quitar su candelero por esto.
Tuvieron conocimiento. En la epístola a los Efesios tenemos la verdad de la Iglesia en la forma más sublime de todo el Nuevo Testamento. Es presentada como un edificio, una habitación de Dios por el Espíritu. Está vista como la novia de Cristo, siendo unida a su Señor en los lugares celestiales. La Iglesia también está vista como el cuerpo de Cristo. Esta epístola nos da la verdad más sublime que Dios ha revelado acerca de la Iglesia. No fue por su ignorancia que Él advirtió que iba a quitar el candelero. Fueron bien enseñados.
Fue porque dejaron su primer amor. Esto es básico. El Señor Jesús dijo a Sus discípulos en Juan 13:35, cuando estuvo a punto de dejarlos y volver al cielo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. En 1 Juan 4:19-21 leemos: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” .
En esta epístola tenemos el amor a Dios conectado con el amor a nuestros hermanos. Esto nos enseña que no podemos estar bien con Dios si no estamos bien con nuestros hermanos, y no podemos estar bien con ellos si no estamos bien con nuestro Padre celestial. Así que, Dios advirtió que iba a quitar su candelero porque había dejado su primer amor.
Los Resultados
Cuando se quita un candelero, es una pérdida al mundo alrededor. Esto es, el mundo al cual debemos ser testigos, pierde la luz que pudiéramos haber dado. Es una pérdida respecto a la luz de testimonio. Esta luz tiene que ver con cosas eternas. En Levítico 26:8 leemos que si el pueblo de Dios reverencia Su santuario y obedece Su Palabra, entonces “cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil”. Esta es la aritmética de Dios, no de los hombres. Nos enseña que al andar en comunión con el Señor y con Su pueblo, el efecto de nuestra presencia es aumentado.
Por ejemplo, si vamos a una ciudad y comenzamos a llamar a las puertas, y damos el evangelio a alguien, y nos preguntan: “¿Hay alguien más que cree así en esta ciudad?”, si podemos responder: “Sí, hay una congregación que se reúne en tal calle”, entonces hay autoridad añadida a nuestro testimonio. Si uno solo testifica no tiene tanto poder como cuando hay otros que tienen comunión con este testimonio.
Si el testimonio local del candelero es quitado, entonces el mundo pierde el impacto de un testimonio colectivo que era representado por el candelero y la luz que portaba.
Según la Ley no se debía condenar a una persona al menos que hubiera testimonio de dos o tres testigos que estuviesen de acuerdo acerca de su crimen y condenación. La expresión: “dos o tres testigos” nos recuerda el testimonio múltiple. Cuando hay más de uno, el poder y la validez del testimonio son intensificados. Si no hay iglesias locales, sino que el testimonio es sólo personal, hay menos impacto en el mundo. Cuán importante es el candelero de testimonio de cada asamblea local.
Bien podemos preguntar: “¿Por qué son a veces quitadas las iglesias locales, ya que son candeleros en un mundo de tinieblas?”
Hay ciertas cosas que no son causa de su eliminación. Los creyentes en Éfeso eran trabajadores energéticos. El Señor dijo: “Conozco tus obras”. Cuando pienso en obra, pienso en la epístola a Tito donde leemos una y otra vez acerca de las buenas obras y cómo debemos cuidar de mantenerlas. Hay mucho en aquella pequeña epístola acerca de las obras.
Fueron trabajadores incansables. El Señor habla de su arduo trabajo, y esta palabra “trabajo” significa trabajar hasta el punto de agotamiento. Significa trabajo hecho con sacrificio. Él les felicitó por esto. No les quita el candelero por su falta de trabajo. Dios dice: “la fe sin obras es muerta”. Si realmente, verdaderamente somos salvos, manifestaremos la realidad de la salvación mediante las buenas obras.
Fueron perseverantes. Varias veces habla aquí de su paciencia o perseverancia. Hebreos 12 habla de una carrera en la cual cada creyente corre. Dice que debemos despojarnos de todo peso y del pecado que nos asedia, para que podamos acabar la carrera que tenemos por delante. Esta carrera es un maratón largo y difícil, y Dios quiere que perseveremos. El Señor encomendó a los creyentes en Éfeso por su perseverancia.
También tuvieron discernimiento. Había algunos que profesaban ser apóstoles, pero los creyentes en Éfeso tuvieron el discernimiento para ver que eran fraudes, y los disciplinaron como tales. También soportaron la persecución y fueron felicitados por esto. Es interesante ver que hicieron estas cosas por causa del Nombre del Señor (Ap. 2:3). Siempre es bueno que los creyentes tengan al Señor delante suyo como su gran incentivo. Cuando hagan esto, entonces todo lo que hagan lo harán de corazón, como para el Señor y no los hombres, sean hermanos u otros, “por amor del nombre”. Esto es lo que hacían los efesios. El Señor no amenazó quitar su candelero por esto.
Tuvieron conocimiento. En la epístola a los Efesios tenemos la verdad de la Iglesia en la forma más sublime de todo el Nuevo Testamento. Es presentada como un edificio, una habitación de Dios por el Espíritu. Está vista como la novia de Cristo, siendo unida a su Señor en los lugares celestiales. La Iglesia también está vista como el cuerpo de Cristo. Esta epístola nos da la verdad más sublime que Dios ha revelado acerca de la Iglesia. No fue por su ignorancia que Él advirtió que iba a quitar el candelero. Fueron bien enseñados.
Fue porque dejaron su primer amor. Esto es básico. El Señor Jesús dijo a Sus discípulos en Juan 13:35, cuando estuvo a punto de dejarlos y volver al cielo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. En 1 Juan 4:19-21 leemos: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” .
En esta epístola tenemos el amor a Dios conectado con el amor a nuestros hermanos. Esto nos enseña que no podemos estar bien con Dios si no estamos bien con nuestros hermanos, y no podemos estar bien con ellos si no estamos bien con nuestro Padre celestial. Así que, Dios advirtió que iba a quitar su candelero porque había dejado su primer amor.
Los Resultados
Cuando se quita un candelero, es una pérdida al mundo alrededor. Esto es, el mundo al cual debemos ser testigos, pierde la luz que pudiéramos haber dado. Es una pérdida respecto a la luz de testimonio. Esta luz tiene que ver con cosas eternas. En Levítico 26:8 leemos que si el pueblo de Dios reverencia Su santuario y obedece Su Palabra, entonces “cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil”. Esta es la aritmética de Dios, no de los hombres. Nos enseña que al andar en comunión con el Señor y con Su pueblo, el efecto de nuestra presencia es aumentado.
Por ejemplo, si vamos a una ciudad y comenzamos a llamar a las puertas, y damos el evangelio a alguien, y nos preguntan: “¿Hay alguien más que cree así en esta ciudad?”, si podemos responder: “Sí, hay una congregación que se reúne en tal calle”, entonces hay autoridad añadida a nuestro testimonio. Si uno solo testifica no tiene tanto poder como cuando hay otros que tienen comunión con este testimonio.
Si el testimonio local del candelero es quitado, entonces el mundo pierde el impacto de un testimonio colectivo que era representado por el candelero y la luz que portaba.
Según la Ley no se debía condenar a una persona al menos que hubiera testimonio de dos o tres testigos que estuviesen de acuerdo acerca de su crimen y condenación. La expresión: “dos o tres testigos” nos recuerda el testimonio múltiple. Cuando hay más de uno, el poder y la validez del testimonio son intensificados. Si no hay iglesias locales, sino que el testimonio es sólo personal, hay menos impacto en el mundo. Cuán importante es el candelero de testimonio de cada asamblea local.
Frank Detrick
traducido de un número viejo de la revista “Counsel” (“Consejos”)
traducido de un número viejo de la revista “Counsel” (“Consejos”)
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LOS INFIELES
El primer infiel fue Lúcifer, quien después de altos privilegios, conocimientos y habilidades, se exaltó, se independizó, y arrastró tras sí a muchos cuando fue echado del cielo. Desde entonces la historia humana ha sido plagada con infidelidad. Adán y Eva fueron infieles a Dios y perdieron la comunión dulce con Él. La ingrata nación de Israel, como esposa infiel, se alejó de Jehová (Jer. 2:2-5).
En la obra del Señor los hijos y discípulos infieles han causado mucha tristeza, daño y confusión. Tristeza primeramente al corazón de Dios, así como a sus padres y maestros. Los hijos de Elí fueron tropiezo (1 S. 2:12-17). Los hijos de Samuel no anduvieron en sus caminos (2 S. 8:1-5), y dieron excusa a Israel a pedir un rey y rechazar a Dios. Los hijos de David y los tres hijos de Josías, entre otros, causaron problemas en el pueblo de Dios, porque no siguieron fielmente la fe y la práctica de sus padres. No honraron a sus padres, y así violaron el quinto mandamiento de Dios (Éx. 20:12).
Al justo Job le desamparó su propia esposa, y en lugar de darle apoyo le dijo: "¿Aun retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete" (Job 2:9). Esta era la idea del diablo (Job 1:11; 2:5), y es artimaña vieja suya el poner a la familia en contra del creyente fiel. Y esto es sin hablar de los "amigos de Job" que aprovecharon sus pruebas para acusarle de pecado.
Muchos discípulos se volvieron atrás de seguir al Señor Jesucristo porque consideraron duras Sus palabras (Jn. 6:60-66). No soportaron más la tensión y el conflicto de seguir a Aquel que estaba siendo espiado y criticado continuamente por los líderes religiosos. Desde entonces más de un supuesto discípulo se ha vuelto atrás después de un tiempo, considerando demasiado duro el camino que antes seguía (Lc. 9:57-62). Se cansan de hacer bien.
Demas había sido"colaborador" del apóstol Pablo (Flm. 24), pero luego le abandonó (2 Ti. 4:10), porque amaba al mundo. El camino de consagración, entrega y sufrimiento marcado por Pablo era demasiado difícil para Demas. Muchos hoy en día también se llamarían "discípulos" si no se les demanda que abandonden al mundo, ah, pero si tienen que escoger entre dos, ¡qué fuerte es la atracción del mundo!
El gran apóstol Pablo dice: "En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon" (2 Ti. 4:16). David lamenta así: "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar" (Sal.41:9). La infidelidad, ingratitud, traición y el abandono de hermanos y supuestos amigos causa dolor a los siervos de Dios.
Así que, ser hijo, amigo o discípulo infiel no es nada nuevo, pero sigue causando tristeza y dolor al Señor y a otros. Al diablo le gusta causar este dolor especial del abandono o la traición, como con Judas Iscariote, que fue uno de los doce. Los que una vez fueron enseñados, pero se alejan y bajo el lema de "independencia" comienzan a cambiar y dejan de vivir como fueron enseñados, pecan contra luz, y tendrán que rendir cuentas a Dios por su apartamiento y por el daño que causan. La compañía de los infieles no es nada codiciable.
Pero, ¡cuán buenos los que son como Josué, fiel discípulo de Moisés, Timoteo y Tito, fieles discípulos de Pablo, que dan ánimo al corazón. Escribiendo a los filipenses, Pablo llama a uno: "compañero fiel" (4:3), y qué bendición es contar con hermanos así. A Timoteo Pablo escribe: "Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor" (2 Ti. 3:10-11). Aunque haya que sufrir, vale la pena ser fiel. Recordemos el consejo del Señor a la iglesia en Esmirna: "Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida". Seamos fieles, porque Dios es fiel, y le agrada la fidelidad.
LOS INFIELES
El primer infiel fue Lúcifer, quien después de altos privilegios, conocimientos y habilidades, se exaltó, se independizó, y arrastró tras sí a muchos cuando fue echado del cielo. Desde entonces la historia humana ha sido plagada con infidelidad. Adán y Eva fueron infieles a Dios y perdieron la comunión dulce con Él. La ingrata nación de Israel, como esposa infiel, se alejó de Jehová (Jer. 2:2-5).
En la obra del Señor los hijos y discípulos infieles han causado mucha tristeza, daño y confusión. Tristeza primeramente al corazón de Dios, así como a sus padres y maestros. Los hijos de Elí fueron tropiezo (1 S. 2:12-17). Los hijos de Samuel no anduvieron en sus caminos (2 S. 8:1-5), y dieron excusa a Israel a pedir un rey y rechazar a Dios. Los hijos de David y los tres hijos de Josías, entre otros, causaron problemas en el pueblo de Dios, porque no siguieron fielmente la fe y la práctica de sus padres. No honraron a sus padres, y así violaron el quinto mandamiento de Dios (Éx. 20:12).
Al justo Job le desamparó su propia esposa, y en lugar de darle apoyo le dijo: "¿Aun retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete" (Job 2:9). Esta era la idea del diablo (Job 1:11; 2:5), y es artimaña vieja suya el poner a la familia en contra del creyente fiel. Y esto es sin hablar de los "amigos de Job" que aprovecharon sus pruebas para acusarle de pecado.
Muchos discípulos se volvieron atrás de seguir al Señor Jesucristo porque consideraron duras Sus palabras (Jn. 6:60-66). No soportaron más la tensión y el conflicto de seguir a Aquel que estaba siendo espiado y criticado continuamente por los líderes religiosos. Desde entonces más de un supuesto discípulo se ha vuelto atrás después de un tiempo, considerando demasiado duro el camino que antes seguía (Lc. 9:57-62). Se cansan de hacer bien.
Demas había sido"colaborador" del apóstol Pablo (Flm. 24), pero luego le abandonó (2 Ti. 4:10), porque amaba al mundo. El camino de consagración, entrega y sufrimiento marcado por Pablo era demasiado difícil para Demas. Muchos hoy en día también se llamarían "discípulos" si no se les demanda que abandonden al mundo, ah, pero si tienen que escoger entre dos, ¡qué fuerte es la atracción del mundo!
El gran apóstol Pablo dice: "En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon" (2 Ti. 4:16). David lamenta así: "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar" (Sal.41:9). La infidelidad, ingratitud, traición y el abandono de hermanos y supuestos amigos causa dolor a los siervos de Dios.
Así que, ser hijo, amigo o discípulo infiel no es nada nuevo, pero sigue causando tristeza y dolor al Señor y a otros. Al diablo le gusta causar este dolor especial del abandono o la traición, como con Judas Iscariote, que fue uno de los doce. Los que una vez fueron enseñados, pero se alejan y bajo el lema de "independencia" comienzan a cambiar y dejan de vivir como fueron enseñados, pecan contra luz, y tendrán que rendir cuentas a Dios por su apartamiento y por el daño que causan. La compañía de los infieles no es nada codiciable.
Pero, ¡cuán buenos los que son como Josué, fiel discípulo de Moisés, Timoteo y Tito, fieles discípulos de Pablo, que dan ánimo al corazón. Escribiendo a los filipenses, Pablo llama a uno: "compañero fiel" (4:3), y qué bendición es contar con hermanos así. A Timoteo Pablo escribe: "Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor" (2 Ti. 3:10-11). Aunque haya que sufrir, vale la pena ser fiel. Recordemos el consejo del Señor a la iglesia en Esmirna: "Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida". Seamos fieles, porque Dios es fiel, y le agrada la fidelidad.
Carlos Tomás Knott
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Una calurosa bienvenida cristiana te espera entre los hermanos de la
ASAMBLEA BÍBLICA "BETEL"
Calle Torreblanca, nº6 (detrás de la muralla Macarena), 41003 Sevilla
Correspondencia: Apartado 1313, 41080 Sevilla, España
Internet: http://asambleabetel.blogspot.com
Horario de cultos semanales:
domingo: 11:00 mañana Cena del Señor y Exposición Bíblica
7:00 tarde (8:00 en verano) Predicación
jueves: 8:00 tarde Oración y Reflexión de la Palabra
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones". Hechos 2:42
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ATENCIÓN RELIGIOSOS:
DIOS DIO DIEZ MANDAMIENTOS,
NO DIEZ SUGERENCIAS,
Y EL SEGUNDO DE ELLOS ES:
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domingo: 11:00 mañana Cena del Señor y Exposición Bíblica
7:00 tarde (8:00 en verano) Predicación
jueves: 8:00 tarde Oración y Reflexión de la Palabra
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones". Hechos 2:42
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ATENCIÓN RELIGIOSOS:
DIOS DIO DIEZ MANDAMIENTOS,
NO DIEZ SUGERENCIAS,
Y EL SEGUNDO DE ELLOS ES:
"No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás..."
Éxodo 20:4-5
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de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás..."
Éxodo 20:4-5
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¡NOS SORPRENDE!
Sorprende ver cómo la gente carnavalea, todo el año, sin olvidar sus efemérides mundanas, aunque celebrarlas suponga un gran sacrificio (1 Jn. 2:15-17).
Sorprende ver y oír cómo por ejemplo en Carta Blanca, hay cristianos nominales, teóricos, frente a budistas, musulmanes y ateos, que parecieran tener una paz radiante, y donde Dios no sea necesario. Cristianos mimetizados por una razonable y pegajosa filosofía acomodaticia, tradicional, que se trueca en la subjetividad, en testimonio dulzarrón y sentimentaloide...
Sorprende ver a cristianos felices (?) que vuelan por libre SIN IGLESIA; y por tanto sin obediencia a la Palabra de Dios, que mariposean de local en local (¿de iglesia en iglesia?); impotentes de permanecer “en su propia asamblea”, tal como lo sugiere el sentido común y la Palabra de Dios, contando conque se predique en ella el Verdadero Evangelio (He. 10:25).
Obrar de otra manera es no entender o tal vez no querer entender las cosas del Espíritu (1 Co. 2:14 y siguientes).
SEÑOR:
Nos sorprende Tu Amor y Tu Paciencia para con nosotros. De verdad que nos sentimos pequeños e inútiles... y te necesitamos. Gracias Señor por Tu bondad y por Tu permanente disponibilidad.
tomado del boletín del Centro Cristiano Evangélico, C/Organista Plasencia, 21, Valencia, España, marzo 1993
Sorprende ver y oír cómo por ejemplo en Carta Blanca, hay cristianos nominales, teóricos, frente a budistas, musulmanes y ateos, que parecieran tener una paz radiante, y donde Dios no sea necesario. Cristianos mimetizados por una razonable y pegajosa filosofía acomodaticia, tradicional, que se trueca en la subjetividad, en testimonio dulzarrón y sentimentaloide...
Sorprende ver a cristianos felices (?) que vuelan por libre SIN IGLESIA; y por tanto sin obediencia a la Palabra de Dios, que mariposean de local en local (¿de iglesia en iglesia?); impotentes de permanecer “en su propia asamblea”, tal como lo sugiere el sentido común y la Palabra de Dios, contando conque se predique en ella el Verdadero Evangelio (He. 10:25).
Obrar de otra manera es no entender o tal vez no querer entender las cosas del Espíritu (1 Co. 2:14 y siguientes).
SEÑOR:
Nos sorprende Tu Amor y Tu Paciencia para con nosotros. De verdad que nos sentimos pequeños e inútiles... y te necesitamos. Gracias Señor por Tu bondad y por Tu permanente disponibilidad.
tomado del boletín del Centro Cristiano Evangélico, C/Organista Plasencia, 21, Valencia, España, marzo 1993
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¡LOS POLLOS NO LO SABÍAN!
Viajaba en la carretera cuando de repente veía plumas flotando en elaire delante mío. Poco después encontré la causa de esto, al alcanzar un camión grande y lleno de jaulas de pollos. Adelanté el camión y pensé: “estos pobres pollos no saben que van almatadero”. Parecía que casi disfrutaban el paseo, pobrecitos, pero dentro de pocas horas estarían muertos, limpios, empaquetados y llevados al mercado para vender alos consumidores. ¡No sabían que estaban en el camino de la muerte!
Muchas personas son como aquellos pollos. Disfrutan el paseo que dan por la vida, pero no saben a dónde van, especialmente después de la muerte. Amigo lector, ¿sabes a dónde vas?
Lee la Biblia y verás a dónde irás a parar. La tele no te lo va a decir, ni el cine, ni muchísimas personas, porque ellas, como aquellos pollos, no saben a dónde van. Pero la Biblia te dirá la verdad. Quizá por esto muchas personas no la leen, porque tienen miedo de saber la verdad. Además, este Libro Divino te dirá cómo puedes obtener el perdón de tus pecados, tener paz y gozo ahora,y estar seguro de ir al cielo cuando mueras. Comienza leyendo el Evangelio según S. Juan.
Allí el Señor Jesucristo dice así: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (S. Jn. 10:28). En otra parte del Nuevo Testamento el apóstol S. Juan escribió así: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios,para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Jn. 5:13).
Mi consejo: ¡Espabila, amigo, y no seas como esos pobres pollos!
adaptado de la revista Milk & Honey ("Leche y Miel"), octubre 2002, con permisoMuchas personas son como aquellos pollos. Disfrutan el paseo que dan por la vida, pero no saben a dónde van, especialmente después de la muerte. Amigo lector, ¿sabes a dónde vas?
Lee la Biblia y verás a dónde irás a parar. La tele no te lo va a decir, ni el cine, ni muchísimas personas, porque ellas, como aquellos pollos, no saben a dónde van. Pero la Biblia te dirá la verdad. Quizá por esto muchas personas no la leen, porque tienen miedo de saber la verdad. Además, este Libro Divino te dirá cómo puedes obtener el perdón de tus pecados, tener paz y gozo ahora,y estar seguro de ir al cielo cuando mueras. Comienza leyendo el Evangelio según S. Juan.
Allí el Señor Jesucristo dice así: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (S. Jn. 10:28). En otra parte del Nuevo Testamento el apóstol S. Juan escribió así: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios,para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Jn. 5:13).
Mi consejo: ¡Espabila, amigo, y no seas como esos pobres pollos!
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