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lunes, 31 de julio de 2017

EN ESTO PENSAD -- agosto 2017

EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA
Los Ciudadanos del Cielo y los Reinos de Este Mundo

Introducción
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Ti. 2:4).

Es de suponer que después de leer un versículo como éste, no haría falta más comentario acerca de la política o muchos otros asuntos. Comienza con la palabra “ninguno”, que no admite excepciónes, ni para los que digan que el Señor les llamó a la política, porque después de declarar “ninguno”, el Señor no cambiará, y nadie será una excepción. Sin embargo, a la luz del aumento de actividad política de parte de profesados cristianos, parece necesario exponer más específicamente éste y otros textos relacionados a nuestro tema.
    En primer lugar, todo verdadero cristiano es un soldado y siervo del Señor, lo sepa o no. El cristianismo es un pueblo militante, espiritualmente hablando. Y le guste o no, cada creyente está metido en una guerra espiritual, en base a su pertenencia al Señor Jesucristo y el reino de los cielos. Nuestro texto declara una razón principal por la que muchos ni siquiera aparecen en la lucha, y otros combaten ineficazmente y no pueden pelear “la buena batalla de la fe” (1 Ti. 6:12). Es porque se enredan en las cosas de la vida, y una pero no la única de esas cosas es la política.
    El sistema de este mundo (gr. kosmos), "organizado y encabezado por el diablo, dedicado al propósito de mantener a los hombres felices sin Dios"1, tienta a los cristianos, colgando delante suyo varios cebos de enredamiento. La política simplemente es uno de esos señuelos y enredos. Es importante recordar que el cebo parece bien, y esconde el anzuelo, porque la idea es atraer y atrapar. El señuelo es lo que se ve, pero la red está escondida y lista para tirar, como Proverbios 1:17  advierte: “en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave”. John Walvoord escribió en su libro The Millennial Kingdom (“El Reino Milenario”):
 
“El movimiento protestante, sin embargo, no pudo extraerse totalmente de la influencia romana...la tendencia a crear organizaciones y los intentos a meterse en la arena de la política pronto se pusieron de manifiesto” (págs. 96-97).

    Satanás, el príncipe de este mundo, está feliz cuando consigue enredar o desviar a un creyente, porque eso significa un soldado eficaz menos, y un testimonio más apagado. Pero al Señor que nos llamó a ser soldados y pelear la buena batalla de la fe, nunca le complacen esas situaciones. Y eso es importante porque nuestro texto habla de agradar al Señor. Claramente, si deseamos agradar al Señor, hay que evitar los enredos en las cosas de esta vida. Entonces, ¿por qué quisiera un cristiano meterse en algo tan mundano y corrupto como la política?
    Como en la obra de John Bunyan, El Progreso del Peregrino, hay muchos enemigos, trampas, desvíos y enredos en el camino del peregrino, así es también para nosotros. La diferencia es que ahora el diablo ha tenido varios siglos más para desarrollar sus artimañas y estrategias de engaño. Gran parte del engaño es que el engañado no se dé cuenta, sino que piense que está bien. El que se mete en la política creyendo que hace bien ha sido engañado. Puede sentir y opinar que no, pero eso no cambia la verdad.
1 Definición dada por William MacDonald

 del libro El Cristiano Y La Política, por Carlos Tomás Knott

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"Nunca se han mezclado los cristianos en el gobierno del mundo excepto para deshonra del Señor y para la propia vergüenza de ellos".
William Kelly
citado por William MacDonald en El Mandamiento Olvidado: Sed Santos

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 La Doctrina Bíblica de la Separación

Una enseñanza que a penas se escucha hoy es acerca de la separación. Aparece en muchos lugares en la Biblia, pero no en los púlpitos ni en la práctica. Empieza en Génesis, y termina en Apocalipsis 18:4 cuando Dios manda:  “Salid de ella, pueblo mío”. El camino de comunión con Dios y bendición es el de la separación. No es popular, ni políticamente correcto, pero es espiritualmente correcto.
    En Génesis 12:1 Abram fue llamado a salir de su tierra y su parentela. Los lazos culturales y familiares pueden impedir la obediencia y el crecimiento espiritual. Dios quiere primer lugar en nuestra vida. Pero Abram salió con su padre, y paró en Harán hasta que muriera. Por eso Génesis 12:1 comienza con "pero", marcando la diferencia entre lo que Dios mandó y lo que él hizo. Otro desenlace viene en Génesis 13:9 cuando Abraham se separa por fin de Lot, diciendo: “te ruego que te apartes de mí”.
    Luego en Génesis 19:12-14  Lot, tras una serie de decisiones malas, tuvo que separarse de Sodoma. “Salid de este lugar” dijo Lot a sus yernos (v. 14), pero los ángeles tuvieron que asirle de la mano, sacarle y ponerle fuera  diciendo: "escapa por tu vida” (v. 17). Como Lot, hay creyentes que no quieren dejar al mundo, y parece que sólo lo harán si un ángel les toma la mano.
    José el patriarca, en Génesis 39:7-12 intentaba evitar a la mujer de Potifar que le acosaba en su lugar de trabajo. Al final no le quedó más remedio que salir corriendo: “huyó y salió”. Mejor eso que pecar. Hay personas y lugares que debemos evitar.
    En Números 16:23-26, en la rebelión de Coré, Israel fue mandado y advertido:  “apartaos de en derredor”, porque el juicio de Dios iba a caer sobre esa compañía soberbia. Debemos separarnos de los desobedientes y altivos, y no asociar con ellos.
    Observamos que en Levítico 13:45-46 Dios mandó la separación respecto a los leprosos. El leproso “habitará solo, fuera del campamento será su morada”. Hoy algunos dirían que eso no es amor, pero se equivocan. Había que amar al resto de la congregación y no contaminar ni contagiarla.
    Antes de que Israel entrara en la tierra prometida, Dios mandó clara y tajantemente que guardase la separación de las naciones alrededor suyo. Deuteronomio 18:9 dice: “No aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones” (véase Jer. 10:2-3). No quería entonces ni quiere ahora un pueblo como el mundo.
    En el Salmo 1 el salmista marca pauta diciendo: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado". ¿Qué es eso sino la separación? Se privan de bendición los que descuidan esa enseñanza.
    El libro de Proverbios contiene muchos consejos de padre a hijos acerca de la separación. En 1:15 leemos: "Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas". Otro ejemplo está en 4:14-15, "No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa". Enseñemos a nuestros hijos y jovenes la separación, y pongamos ejemplo.
    En Isaías 48:20, Jeremías 50:8, 51:6 y 45  Dios mandó a los de Israel que estaban en Babilonia: “huid...salid”. Daniel no estaba codeándose con los babilonios en la fiesta de Belsasar. No iba a las fiestas para "relacionarse" con ellos. Cuando apareció la escritura sobre la pared, y hubo temor, sabían dónde buscarlo y así leemos: "Llámese, pues, ahora a Daniel" (Dn. 5:12).  
    En Juan 7:7 el Señor Jesucristo reprochó a Sus medio hermanos diciendo: "No puede el mundo aborreceros a vosotros". No se habían separado. El mundo ama a lo suyo (Jn. 15:19).
    Romanos 12:2  manda a los creyentes separarse del mundo en práctica y pensamiento: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento". Sólo así podemos comprobar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Dios no bendice al mundo ni a los que lo siguen.
    En 1 Corintios 5:11 y 13 aprendemos que hay que separarse de los que llamándose hermanos, cometan los pecados ahí nombrado: “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”. No nos manda a la tolerancia, sino a la separación.
    2 Corintios 6:14-7:1 llama a los creyentes separarse “de toda contaminación de carne y espíritu”, y promete comunión y bendición a los que se limpian y se separan. Descuidando eso, muchos se privan de comunión y bendición. Dios no aprueba los yugos desiguales.
    En 1 Timoteo 5:22 Pablo manda al joven siervo del Señor: “consérvate puro”. Hay que guardar las asociaciones y amistades, recordando la separación del Salmo 1:1.
    1 Juan 2:15-17     manda a todo creyente separarse del mundo en su corazón, sus afectos e intereses. Es ahí donde radica nuestro problema.
    Hermanos, no podemos seguir a Cristo y al mundo. No nos engañemos. “¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?” (Am. 3:3).
Carlos   
 
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 EL LIBRO DEL MES
 
Reina-Valera: 
¡Digna de Confianza!
por Domingo Fernández

  Desde que vio la luz en 1569, hasta el presente, puede afirmarse que la Reina-Valera es la reina de las versiones. Su lenguaje no ha sido igualado por ninguna otra versión en español. Y su fidelidad a los textos originales no ha sido superada.
   Marcelino Menéndez y Pelayo, el más grande crítico literario que ha producido España en toda su historia ha rendido tributo de reconocimiento y admiración a la Reina-Valera.
   El autor muestra el valor de la Reina-Valera y expone cómo los liberales y ecuménicos atentan contra ella e intentan reemplazarla.
precio: 4,50 euros
 
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¿Desahuciado?
 
“En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas” Lucas 7:21

¿Qué si un médico te examinara y te dijera la noticia de que estás enfermo y desahuciado? ¿Cuál sería tu reacción? ¡Pues la verdad es que estás como enfermo espiritualmente, y desahuciado! Aunque no lo sabías, naciste con un trastorno congénito – el pecado – y es fatal, terminal. He aquí el análisis divino: “Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga” (Isaías 1:5-6).
    Romanos 3:23 también informa del diagnóstico: “por cuanto todos pecaron”, y en 6:23 da el pronóstico: “la paga del pecado es muerte”. Amigo, estás en una condición humanamente incurable, y fatal. Tienes el corazón cargado de pecado. No es una enfermedad, pero la enfermedad lo ilustra. Si lees Romanos 1:29-32 verás los resultados del escaneo divino, el análisis de tu condición así como la de todos los demás:
    “estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”.
    Se ha extendido y está en toda tu persona: pensamientos, sentimientos, deseos, hechos y palabras. No hay médico, medicina, dieta, filosofía o religión que pueda curar esa plaga. Pero lo extraño es, Dios ya ha provisto el único remedio, y está al alcance de todos.
    El Señor Jesucristo es tu única esperanza. Si te arrepientes y clamas a Él con fe, Él te salvará en esta misma hora. Sólo Él tiene poder para curarte de tu pecado y su efecto mortal. Sal de dudas. Sal de la negación. Reconoce tu condición y necesidad, y clama al Señor. ¡Él te salvará!
    ¡El tiempo es corto, y si no cambias, el pecado controla tu destino. ¡Te condena para siempre! Pero si confías en el Señor Jesucristo, Él te perdona y limpia, te da vida nueva y cambia tu destino. No esperes más. Hazlo ahora mismo.
 
Pierde el hombre su vigor, se marchita cual la flor,
Desvanece cual vapor, ¡Busca a Dios!
Como el río de prisa va hasta entrar en el gran mar,
Vas así a la eternidad; ¡Busca a Dios!
Busca a Dios, busca a Dios;
Entretanto tengas tiempo, ¡Busca a Dios!
Si te atreves a esperar, Dios la puerta cerrará;
Te dirá: “Es tarde ya”, ¡Busca a Dios!
 
 
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Los Cristianos Y La Nación

R. E. Harlow

Muchos suponen que los Estados Unidos es, o era y debe ser una nación cristiana. Es cierto que Dios ha bendecido Su Palabra en ese país más que en muchos otros. Es posible que el arrebatamiento de verdaderos creyentes reduzca considerablemente la población de este país norteamericana.
    El problema es: ¿Cuánto de mi vida como siervo de Jesucristo puede ser dedicada a mejorar este mundo? He sido comprado por precio, entonces, ¿tengo libertad para usar mi cuerpo como me plazca, o seguir lo que prescriben y mandan nuestros países y cultura? ¿Tengo la opción de dedicar mis dones y talentos recibidos del Salvador a objetivos que los hombres consideran dignos, siendo ellos rechazadores de Cristo? ¿Me liberó mi Salvador para que haga lo que me parece? ¿Puedo ir donde elija? ¿Puedo decir cualquiera cosa que piense?
    ¿Qué dijo Él? Mucho. En Su tiempo en el mundo enseñó muchas cosas; las más importantes están registradas para nosotros en los cuatro Evangelios. Desde el Cielo envió al Espíritu Santo de Dios para guiarnos en el camino correcto. Esto resultó en 21 epístolas inspiradas.
    El Señor nos dejó en el mundo, pero, como Él, no somos del mundo. “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Jn. 2:15). El mundo pasa, y las cosas verdaderas son invisibles y eternas. El Espíritu de Dios nos quiere transformados, no conformados al mundo. Hubo un tiempo cuando imitábamos las costumbres malas del mundo. Ya no más. “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles” (1 P. 4:3).
    Nuestro Redentor y Señor no fue vago cuando nos mandó ir a todo el mundo y predicar las Buenas Nuevas. Tenemos Su autoridad suprema para ir y hacer discípulos a todas las naciones. Somos sus testigos en Jerusalén y hasta los fines del mundo.
    En ningún lugar en el Antiguo ni el Nuevo Testamento hay un mandamiento o sugerencia de que debamos dedicar nuestros esfuerzos a mejorar este mundo.
    Hace algunos años, la primera dama de los Estados Unidos patrocinó una campaña a nivel nacional, llamada: “Embellecer a América”. Un locutor de radio lo expresó así: “Tire a la basura algo hermoso hoy. Ayude a mejorar nuestros vertederos y basureros”. Haría falta más que toda la energía de todos los santos para limpiar al mundo antes de la venida de Cristo. Es decir: imposible.
    Cuando Él lo haga, todo estará bien. Habrá un rey justo controlando con una vara de hierro. “Príncipes presidirán en juicio” (Is. 32:1). Habrá salud, longevidad, prosperidad y paz global. Todo eso y mucho más es el plan y la prerogativa de Cristo. ¿Debemos adelantar o eclipsar al Señor e intentar comenzar el Milenio (en un país) antes del tiempo indicado? Quizás podríamos permitir el derroche porque nos entusiasma tanto la idea de mejorar al mundo, y justificarlo si lográramos lo que el Señor dictó. Pero, por supuesto, en realidad lo opuesto es la verdad.
    Hay muchos males que corregir en nuestra sociedad: la promiscuidad, el SIDA, la pornografía y la corrupción. ¿Intentaríamos extender el evangelio a través de legislación prohibiendo los abortos o las drogas ilícitas? ¿Esto haría a la gente estar más abierta a la Palabra de Dios? Muchos padres deploran la idea de criar a sus hijos en un ambiente así. Yo siento lo mismo. Pero puedes tener un impacto en tus hijos para toda la vida. Con la ayuda de Dios, pueden ser fortalecidos para estar firmes para el Señor en las peores circunstancias.
    Hoy en América hay una campaña fuerte para unir a los evangélicos y católicos para confrontar la depravación social. (¿Por qué no incluir también a los musulmanes, hindúes y budistas?)
    En los tiempos de la iglesia primitiva había profusión de males sociales. ¿Qué dijo el Espíritu Santo acerca de ellos? La esclavitud: Los cristianos deben tratar a sus siervos como hermanos. La promiscuidad: Los cristianos deben abstenerse de toda especie del mal. El racismo: Deben recibir a todo verdadero creyente. La idolatría: Salid de en medio de ellos y apartaos. Corrupción oficial: “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto” (Ro. 13:7).
    Pero, ¿en algún lugar leemos esto? “Unámonos a los que, como nosotros, creen sinceramente en el Ser supremo. Junto con los sacerdotes de Jupiter en Roma, podremos hacer una manifestación fuerte delante del Foro. Claudio César será obligado a firmar un edicto liberando a todos los esclavos...” ¡Quizás en la epístola de Demas que amaba este mundo!
    La iglesia católica romana especializa en la caridad. La epístola a Tiatira (Ap. 2:18-29) habla de sus “obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (v. 19). Pero el Señor tenía cosas contra ellos. Toleraban a esa mujer Jezabel, una auto proclamada profetisa. Enseñaba a los siervos del Señor a practicar la inmoralidad sexual y rendir culto a los ídolos. Había tenido tiempo para arrepentirse, pero no quería, así que el juicio se avecinaba.
    Dos líderes evangélicos que patronizaron el plan de la cooperación con Roma, ahora han publicado artículos para justificar su recomendación. Mucho de lo que dicen es bueno y persuasivo. El error fundamental es el intento equivocado de mejorar nuestra sociedad. Dicen que debemos “confrontar al mundo no cristiano a través del activismo político” y “educar nuevamente nuestras comunidades secularizadas”. Nos llaman a actuar en un “campo de batalla cultural” y dicen que es “vital para la salud de la sociedad”. El propósito es “defender y sostener los valores morales en la sociedad”.
    La mejor manera de mejorar una sociedad es mejorar a los individuos. Es corto el tiempo que nos queda, demos de todo corazón todo nuestro ser a la tarea global de proclamar a Cristo. La tarea de recuperar o mejorar la sociedad es imposible y no bíblica. El Señor Jesús merece todos nuestros esfuerzos, todo nuestro ser. Algunos pueden ir, muchos pueden ofrendar, y todos pueden orar.

traducido del artículo en la revista “Missions”, marzo 1995


 

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