¿Somos Todos Hijos De Dios?
Parte I
Es un dicho popular en algunos grupos religiosos. Suena bien, muy tolerante y abierto. Lo siento, pero es un error, no es la verdad.
¿Cómo sabemos esto, y cómo podemos contestar a los que hablan así? Pues ya que hablamos de Dios, vamos a consultar la Biblia. Ahí veremos que una cosa es ser criatura de Dios, y otra es ser hijo. El Señor Jesucristo dijo a Nicodemo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:6). Luego declaró: “Dios es Espíritu” (Jn. 4:24). Cristo nunca dijo que todos somos hijos de Dios. Antes al contrario, insistió: “Os es necesario nacer de nuevo” (Jn. 3:7). Piensa en lo que significa esta declaración. Si todos fueran hijos de Dios, no sería necesario nacer de nuevo.
Por nuestro nacimiento físico somos hijos de nuestros padres, descendientes de Adán, y somos de la carne. Adán pecó y trajo pecado y muerte a todos sus descendientes (Ro. 5:12; 1 Co. 15:22). Este es su legado:
“En Adán todos mueren”. Para tener perdón, vida eterna y comunión con Dios, es necesario estar “en Cristo”, y esto solo es por el nuevo nacimiento. La iglesia y nuestros padres no pueden hacernos hijos de Dios. Ni los sacramentos, ni las oraciones que nuestros padres, los pastores u otros nos guían a hacer, ni las lágrimas ni otras experiencias emocionales, ni el bautismo ni otras cosas pueden hacernos hijos de Dios. Pero hay muchos religiosos, incluso evangélicos, que solamente son “de la carne” porque nunca han nacido de nuevo. “La mona, aunque se vista de seda, mona es y mona se queda”.
Romanos 3:9-18 describe la condición natural de todo ser humano en términos que dejan claro que no somos todos hijos de Dios, ¡ni muchísimo menos!
“...todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”.
Ningún ser humano es hijo de Dios por su primer nacimiento, sino hijo de Adán, lleno de pecado y digno de muerte. El nuevo nacimiento es necesario, dice Jesucristo, para llegar a ser hijos de Dios – para tener vida espiritual. Hay muchos niños en el mundo, pero no son mis hijos, pues no los engendré. Del mismo modo hay muchos seres humanos en el mundo, pero no son hijos de Dios porque Él no los engendró – solo han nacido de la carne. En este asunto así como en muchos otros, lo importante no es lo que pensamos, sino lo que dice Dios. “¿Qué dice la Escritura?” (Ro. 4:3).
continuará en el siguiente número
Carlos Tomás Knott
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La Importancia de la Asamblea
y Nuestro Compromiso con Ella
por David Rodgers
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hch. 20:28).
“Rebaño” es traducido de la palabra griega “poimnion”, diminutiva de "poimne". Aquí el sentido es “un rebaño pequeño”, en contraste con Juan 10:16, “mía poimne” – “un rebaño”, la Iglesia en su totalidad.
El apóstol Pedro también ocupa este término en 1 Pedro 5:2-3. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”.
En Hechos 20:28 el apóstol Pablo habla acerca de la actividad de los ancianos. Su esfera de servicio es dentro de una iglesia local, una asamblea que se congrega en el Nombre del Señor Jesucristo en una localidad determinada aquí en la tierra. El primer punto en la importancia de la asamblea es que el Señor “la ganó por su propia sangre”. Es interesante que se aplica a la asamblea. El gran punto hoy es: ¿Qué valor asignamos nosotros a la asamblea? ¿La valoramos como Él la valora? En toda la historia, ¡nunca nadie ha pagado un precio mayor por adquisición alguna!
No exageramos al decir:
“La entidad corporativa de mayor importancia en el mundo es la asamblea, la iglesia local”. “Entidad corporativa” es una agrupación de personas. Hay corporaciones de gran importancia en nuestro país (Chile):
· El Grupo Angelini, de Anacleto Angelini. Su fortuna neta avaluada en unos $2.500 millones
· COPEC, con 45% de la venta de combustibles en el país
· CELCO celulosa, con inversiones recientes de $2.600 millones en las plantas en Valdivia y el Río Itata, que solo entre enero y marzo del 2004 tuvo ganancia de $109 millones.
· Empresas pesqueras, etc.
· Agrosuper – de comienzos humildes hace 50 años.
· En 2004, facturación de $830 millones
· enormes plantas nuevas, miles de trabajadores, transformando pueblos enteros.
· Codelco, grupo Luksic, Paulmann, etc. todos de gran importancia en el ambiente económico aquí...
PERO PARA DIOS,
“La entidad corporativa de mayor importancia en el mundo es la asamblea, la iglesia local”.
Esto mismo es aplicable a cualquiera otra entidad corporativa, o colectividad humana, como agrupaciones sociales, partidos políticos, círculos del gobierno, etc. No quiero decir que no sean legítimos y necesarios en el ambiente terrenal. La historia de los países consiste mayormente en eventos y sucesos de actuación humana en esas áreas. Pero, si Dios fuese el autor, es bien probable que la historia tendría otro enfoque, y remarcaría otros hitos y personajes. Sin duda, comentaría la difusión del evangelio, y la respuesta de la gente; ejemplos de esto se ven en “Los Hechos de los Apóstoles” y en Apocalipsis 2 y 3. Hablaría de los esfuerzos de los evangelistas en su obra misionera, los testimonios establecidos, y su relativa fidelidad al Señor. La historia de un país se enfocaría en su respuesta para con Dios. Su futuro depende de lo mismo.
Es vital que nosotros como creyentes no nos equivoquemos, viviendo con la perspectiva del mundo y no de Dios. Si nuestro enfoque no coincide con él del Señor, perderemos nuestras vidas en su utilidad potencial para los propósitos eternos de Dios. En cambio, si nuestro enfoque y afán están en la misma línea de los intereses de Dios en Su Hijo, y en el pueblo unido a Él, comprado con Su sangre, podemos estar absolutamente seguros que nuestra vida tendrá gran valor y relevancia ahora y por la eternidad.
Hermano, hermana, te invito a invertir tu vida, con sus mejores energías, amor y sacrificio, en procurar la prosperidad y el bienestar de la asamblea, la iglesia local de la cual formas parte. Qué aquel objetivo sea tu mayor afán y ocupación. Te aseguro que tu vida valdrá la pena, y cosechará grandes frutos y ganancia espiritual en todo sentido – en tu propia familia, en tu persona, y en toda persona que haya en tu contorno. Dios será tu ayudador, y estarás en comunión con Él. Tu decisión en este sentido honra a Dios, puesto que Él merece tal elección. El Señor Jesucristo dijo:
“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mt. 10:37-39).
David Rodgers y su esposa Ruth Ann son misioneros
¿Qué hace nuestro buen Pastor? Va siempre delante y constantemente cuida de Sus ovejas. Su cuidado incluye alimentar, dar reposo, guiar, proteger y restaurar. Su vara y callado nos infunden aliento. Nos guía en sendas de justicia. Esto quiere decir que nos conduce según la voluntad de Dios, no la nuestra propia. Con fe y amor hagamos caso de Su voz, y agradecidos sigamos al Señor Jesucristo, nuestro buen y divino Pastor.
La palometa 3-4 días
La cucaracha 26 días
El caracol común 2-3 años
La canaria 10-15 años
La paloma 10-20 años
El león 35 años
El oso 50 años
El loro 100 años
El elefante 200 años
El ser humano para siempre
¿Estás preparado para la gran eternidad?
Claro que los seres humanos mueren también, pero no como los animales, Dios nos ha creado con espíritu, alma y cuerpo. Después de morirse, las personas todavía existen, y para siempre estarán en uno de dos lugares. Su destino no es afectado por ritos y sacramentos, sino por su reacción durante la vida al evangelio de Jesucristo.
Amigo, no vienes de la evolución, ni eres un animal. De tu vida, tus hechos, palabras, actitudes y pensamientos darás cuenta a Dios. Fíjate en lo que Dios dice: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Para ti hay algo después de morir.
Los animales no serán juzgados, pero tú sí. ¿Cómo será ese juicio? Dios te lo declara en la Biblia. “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). “Los que practican tales cosas son dignos de muerte” (Romanos 1:32). “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). Estos pasajes hablan de más de la muerte física, porque Apocalipsis 20:11-15 dice que el lago de fuego es la segunda muerte. Ahí está la paga eterna del pecado.
Si quieres gozar de vida y bendición después de la muerte, en lugar de castigo y dolor, debes arrepentirte de tus pecados y confiar en el Señor Jesucristo. Cristo murió por nosotros, por ti, y llevó el castigo de tus pecados. Por eso solo Él puede prometer: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26). Prepárate para la gran eternidad.
¡Eternidad, que nunca mueres!
Oh dime: ¿Dónde yo iré?
¿Qué suerte allí yo encontraré?
Feliz o triste, ¿cuál será?
¡La eternidad se acerca ya!
La psicoherejía sigue viva, tanto en el mundo como en la iglesia, a pesar de la falta de apoyo bíblico y científico. La comunidad cristiana ha llegado a confiar en las teorías psicológicas creadas con el fin de entender y mejorar la condición humana, a pesar de presentar un mosaico variopinto de aproximadamente 450 teorías distintas y a menudo conflictivas, y que no cumplen sus promesas.
Debido al conflicto innato entre los sistemas psicológicos de terapias y las doctrinas de las Escrituras, los cristianos sospechaban de la terapia psicológica hasta que hombres como Clyde Narramore, Henry Brandt, Frank Minirth, Paul Meier, James Dobson, Larry Crabb y Robert McGee la presentaron de modo más agradable al paladar, asegurando a los que confiaban en ellos que, cuando las ideas seculares quedan filtradas por las Escrituras, pueden ser de ayuda y aun pueden ser esenciales.
Los que venden las teorías y terapias psicológicas de aconsejar a los cristianos las mezclan con las Escrituras de modo que hacen que la Biblia se conforme al sistema psicológico preferido. Cuando los dispensadores de consejería profesional emplean la psicología, generalmente son eclécticos, esto es, que toman de una variedad de modelos y metodologías y luego los mezclan con las Escrituras. Es evidente su práctica de torcer las Escrituras, cuando individuos sin carrera psicológica enseñan y predican estos conceptos sin saber que sus afirmaciones llevan veneno de la psicología y la sabiduría del mundo. Por ejemplo, muchos cristianos hoy creen en la importancia de la autoestima, y esto es resultado del énfasis que la psicología ha hecho en el tema.
Respecto a cómo comprender quiénes somos y cómo cambiar, la iglesia hoy se ha quedado entre dos opiniones. Quiere lo mejor de dos mundos, así como los israelitas querían la ayuda de Baal y también la de Jehová. El profeta Elías exhortó así al pueblo de Dios: “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él” (1 R. 18:21).
La adoración idolátrica originó en las opiniones de meros humanos y los ídolos fueron tallados por manos humanas. Del mismo modo los sistemas psicológicos de consejería se basan en las opiniones humanas y las terapias son talladas por manos humanas. Espiritualmente hablando, la iglesia está en tan mal estado como lo estuvo Israel. La razón por la que las encuestas apuntan tan poca diferencia entre la moralidad de los cristianos y los no cristianos es porque los cristianos han metido al mundo en la iglesia. Mucho de lo que ha entrado es obvio, pero insistimos que una de las intrusiones mundanas más dañinas es la incorporación de ideas y técnicas psicológicas.
Hay artículos en los periódicos que promueven la mezcla de psicología y religión. Por ejemplo, un artículo en Tulsa World (Oklahoma) informa que el director médico del programa Rapha en Tulsa dijo que: “la psicología puede equiparnos con herramientas para ayudar a los valores cristianos... también dijo que cree que todas las buenas ideas tienen una procedencia divina, y que los cristianos pueden tomar lo que les sirva de cualquier fuente, incluso de una que es agresivamente secular” (Dana Sterling, Tulsa World, 19 noviembre, 1996). Pero, si “todas las buenas ideas tienen una procedencia divina” y “los cristianos pueden tomar lo que les sirva de cualquier fuente”, ¿por qué no tomar las “buenas ideas” de los hindúes, budistas, musulmanes, zoroastreanos y otras religiones? Hacemos la pregunta porque las teorías detrás de la consejería psicológica (psicología clínica) son más religiosas que científicas. Tratan las mismas cuestiones que la Biblia, y los mismos temas que otras religiones. Aun así, la psicología clínica no tiene una base sólida de verdad. En lugar de esto, ahora existen aproximadamente unos 450 sistemas distintos, competitivos y a menudo conflictos de terapia psicológica, y ninguno de ellos muestra más eficacia que sus semejantes (para más información acerca de Rapha, ver “Rapha: ¿La Llave De Oro A La Salud Mental, o Psicoherejía?”, en PsychoHeresy Awareness Letter, Vol. 2, No. 2).
Los psicólogos regularmente emplean a los pastores para ayudarles a conseguir clientes. Se presentan a los pastores y les convencen de que sus estudios psicológicos les capacitan para dar la mejor clase de ayuda a la gente que padece de los problemas de la vida. Un experto en terapia envió cartas a todos los pastores de su zona, junto con un vale para una “evaluación gratis” para que lo usara al enviarle “individuos, parejas o familias”. Además de aconsejar a “pacientes”, este psicólogo licenciado dirige a grupos de hombres que “tratan los problemas particulares de varones, cuestiones de carácter y problemas secretos”, y declara que lo que él hace lleva a los “Guardadores de Promesas” (Promise Keepers) a un nivel nuevo y mejor. Y para no excluir a nadie de sus ofertas psicológicas, también conduce a un “grupo de apoyo para clérigos”.
Las iglesias, los seminarios y otras organizaciones “cristianas” abrazan locamente las teorías y las terapias psicológicas que se originaron en el mundo. Más y más los institutos evangélicos y los seminarios añaden escuelas de estudios avanzados en psicología para adiestrar y licenciar a “psicólogos cristianos”. La publicidad de estos programas revela cómo de modo total se casan con la psicología. Por ejemplo, un instituto de renombre entre evangélicos hace su publicidad con una cruz y el símbolo de la letra griega “psi” (Ψ) que representa la psicología (Wheaton College Graduate School). Debajo del símbolo pone: “símbolos para un nuevo siglo en psicología”. La escuela ofrece doctorado (Psy.D.) y “master” (M.A.) en psicología clínica. La publicidad declara: “comprometidos con las Escrituras y la integración de la teoría psicología con la fe cristiana”. Esto es psicoherejía descarada, promovida y enseñada por Wheaton. Lo mismo es verdad en cuanto a Rosemead Graduate School of Psycology, Fuller Seminary, y muchos otros institutos y seminarios “cristianos”. Evidentemente están orgullosos de su integración del mundo con la fe cristiana, y están convencidos de la necesidad de la psicología, aunque no da la talla del criterio de una ciencia y por lo tanto debe ser etiquetada con “la falsamente llamada ciencia” (1 Ti. 6:20).
Es hora de que los líderes de las iglesias y los demás cristianos examinen la evidencia de las investigaciones. Hay varios libros que revelan la falsa profesión científica y la ineficacia de varios tipos de psicología que han sido promovidos y vendidos por los que se llaman “psicólogos cristianos” o “consejeros”, y por otros que incorporan estas teorías en sus enseñanzas, predicaciones y libros.
Hemos escrito varios libros de este calibre, como por ejemplo: “PsychoHeresy: The Psychological Seduction of Christianity” (“Psicoherejía: La Seducción Psicológica del Cristianismo”). También existen otros libros en el mercado secular que proveen resultados sólidos de investigación y demuestran por qué la iglesia debe divorciarse del camino psicológico. Un título reciente es: “Manufacturing Victims” (“La Manufactura de Víctimas”) por la Dra. T. Dineen, que demuestra claramente que los proveedores de terapia psicológica crean a sus propios víctimas. Comentamos además que ciertos programas cristianos de radio, en conexión con centros de tratamiento psicológico, han trabajado mucho en la tarea de fabricar víctimas, de hacer a los cristianos creer que son víctimas y que necesitan terapia. Hemos escrito acerca de una de estas personas que casi fue destruida escuchando el programa de radio de la Clínica Minirth-Meier que le cambiaba en víctima (ver PsychoHeresy Awareness Letter, Vol. 3, No. 5).
Dineen conoce la profesión psicológica por su experiencia de veinte años en medio de ella. Al contrario de muchos de los que practican terapias, Dineen conoce las investigaciones y los datos que tratan la eficacia de la psicoterapia. A lo largo de los años fue viendo más y más problemas con la profesión y al final cerró su consulta y dejó de practicar. En su libro provee bastantes datos de investigación científica como para desanimar a cualquiera de querer combinar la psicología con el cristianismo. También expone muchos de los métodos que son empleados en terapia para crear víctimas. Creemos que cada líder cristiano debe leer su libro: “Manufacturing Victims” (“La Manufactura de Víctimas”).
Otro libro que abre los ojos es “House of Cards: Psychology and Psychotherapy Built on Myth” (“Casa de Cartas: La Psicología y la Psicoterapia: Edificadas Sobre Mitos”), por el Dr. Robyn M. Dawes. El Dr. Dawes es un investigador y profesor ampliamente conocido de la Universidad Carnegie-Mellon. Su libro derrumba todas las pretensiones de las teorías y terapias psicológicas de consejería, y clasifica definitivamente la psicología clínica como pseudo-ciencia.
Mientras que los “cristianos” sigan mirando a los dioses de la psicología para ayudarles a sentirse mejor y cambiar sus vidas, se privan de la verdadera vida cristiana y el crecimiento cristiano. Dios obra por medio de Su Palabra, el Espíritu Santo, y el cuerpo de Cristo para conformar a los creyentes a la imagen de Cristo. Según los creyentes se rindan a Él en sus luchas y problemas, Él hace una obra mucho más grande en ellos.
En lugar de fortalecer la carne como la terapia psicológica tiende a hacer, Dios llama a los creyentes a tomar su cruz cada día, caminar en el Espíritu, y vivir por el poder de la vida de Cristo en ellos. En su libro: “The Crisis In Psychiatry and Religion” (“La Crisis En Psiquiatría y Religión”), O. Hobart Mower hace la pregunta: “¿Los evangélicos han vendido su primogenitura por un potaje psicológico?” ¡Sí, esto es exactamente lo que el cristianismo psicológico ha hecho! ¿No es hora de confesar este pecado horrible, tirar el potaje psicológico y volver al Señor y a todo lo que Él nos da en el Nuevo Nacimiento?
http://www.pshchoheresy-aware.org
traducción por Carlos Tomás Knott
La Psicología: ¿Ciencia o Religión?, por Martin Bobgan
El Fin de la Psicología Cristiana, por Martin Bobgan
¿Psicología?, por Carlos Tomás Knott
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