APACENTAD LA GREY DE DIOS
(Parte III)
EL ESPÍRITU EN QUE DEBE HACERSE LA OBRA (1 P. 5:2)
“Cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente”
Podemos entender la reticencia de un hombre respecto al servicio como anciano, por un número de razones. Primeramente, los requisitos para el carácter del obispo son exigientes. El apóstol Pablo apunta 16 cualidades “necesarias” en un perfil que reta a cualquier hombre que aspira al liderazgo cristiano (1 Ti. 3:1-7). En segundo lugar, el tiempo requerido para hacer la obra correctamente le dejará menos tiempo para su familia o para relajarse. Y en tercer lugar, guiar al pueblo de Dios puede ser emocionalmente costoso: la preocupación, los desvelos, el cansancio y el desánimo, y a veces la crítica y murmuración son la porción del anciano.
A los que son reticentes debido al sacrificio que requiere, Pedro diría: “Acordaos de que el Señor sacrificó Su vida por Sus ovejas, y ahora Él os llama a pastorearlas, cuidarlas y poner sus intereses antes que los vuestros, como Él hizo. Así que ¡hacedlo! y ¡hacedlo voluntariamente!”
LA MOTIVACIÓN DETRÁS DEL COMPROMISO (1 P. 5:2)
“no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto”
La Biblia dice dos cosas acerca del dinero para personas que están en el servicio de Dios:
1) El que sirve al Señor debe ser remunerado económicamente por el trabajo que hace, de modo que sus necesidades materiales sean suplidas (1 Co. 9:7-11, 14; 1 Ti. 5:17-18).
2) El siervo de Dios debe vivir su vida enfocado en la importancia y el valor de su obra para el Maestro, sin ánimo de lucro ni provecho material (1 Ti. 3:3), y sin siquiera sombra de impropiedad en asuntos económicos.
LA MANERA EN QUE UN ANCIANO DEBE COMPORTARSE (1 P. 5:3)
“no como teniendo señorío...sino siendo ejemplos de la grey”
Un anciano es un líder en la iglesia, pero no es un señor. El que es señor tiene gente debajo suyo, pero el que es anciano considera a los creyentes como entregados a su cuidado.
Un señor protege su gloria, pero un anciano piadoso busca glorificar a Cristo.
Un señor le dice a la gente lo que tiene que hacer, pero un anciano debe enseñar al pueblo qué hacer, porque en todo aspecto de su vida se le requiere ser “ejemplo de la grey.”
Un anciano debe poder decir a los suyos:
“Miradme y veréis cómo debéis vivir, porque Cristo está en el centro de todo lo que hago".
"Venid a mi casa y veréis cómo un hombre debe comportarse con su esposa e hijos".
"Venid conmigo al trabajo y veréis que Jesucristo es el Señor de mi trabajo y negocios".
"Considerad mi comportamiento en la iglesia. Soy un líder pero es obvio a todos que no codicio el poder ni la autoridad, sino que soy vuestro siervo".
"No busco posición. Mi preocupación es ayudaros a descubrir y ocupar la posición que el Señor tiene para vosotros en la vida de nuestra asamblea".
"No deseo alabanza. Más bien prefiero animaros a ser lo mejor que podáis para Dios, y que sepáis que sois importantes y de valor en la comunión de la iglesia”.
LA RECOMPENSA DE UN TRABAJO BIEN HECHO (1 P. 5:4)
“Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.
El Príncipe de los pastores viene, y Su recompensa para todos Sus fieles pastores es una corona de gloria. Esta corona no disminuirá ni se envejecerá; será eternamente la misma – no como las iglesias en que han servido los ancianos. Las iglesias cambian continuamente. Los miembros jóvenes se hacen mayores y se trasladan a otros lugares. El Señor llama a los creyentes viejos a Su hogar, al rebaño celestial. Algunos hermanos salen de la asamblea y van a otra donde esperan ser más felices. Otros salen y simplemente vagan. Este movimiento continuo de las personas puede causar tristeza a los ancianos. ¡Pero no hay tristeza en la corona! Ella no se marcha, ni envejece, ni cambia. Será eternamente igual.
“Lo que destaca de la ceremonia de recompensa”, podría decir Pedro, “es que recibirás la corona directamente de la mano del Señor. Pero, mis hermanos, cuando Él os la dé, pienso que vuestros ojos no mirarán la corona, sino las manos con las cicatrices del Calvario todavía visibles, y os postraréis delante Suyo en adoración, no porque Él es el Príncipe de los Pastores, sino porque Él es el Buen Pastor que dio Su vida”.
“Y continuando allí arrodillados delante de Él, la corona estará en la sombra de la cruz, y os alegraréis por cualquier pequeño sacrificio que hubiereis hecho en Su servicio. Y cuando Él diga: “Bien hecho”, vuestro gozo será completo, porque entonces sabréis que vuestra vida de fiel servicio ha dado placer a Aquel que todo lo dio por vosotros”.
concluidoJohn McQuoid era misionero en Etiopía, y ahora es editor de la revista misionera: "Echoes of Service" en el Reino Unido. Él y su esposa Edith viven en Larne, Irlanda del Norte.
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Las Promesas y el Carácter de Dios
A. W. Tozer
Cuando leo en mi Biblia, veo esta promesa: "Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad [Dios], Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". ¡Esa es una promesa que Dios nos hace! Leo también las palabras de Jesús: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Jn. 14:13). ¡Esa es una promesa de parte de Dios! Pero, ¿cuán buenas son las promesas? Tan buenas como sea el carácter del que las hace. ¿Cuán bueno es? ¡Ah! Ahí está nuestra confianza. La fe dice: "¡Dios es Dios!" Él es el Dios santo que no puede mentir, el Dios que es infinitamente rico y que puede cumplir todas sus promesas. Él es el Dios que es infinitamente íntegro y honrado que nunca ha engañado a nadie. Es el Dios que es infinitamente verdadero; las promesas son tan buenas y verdaderas como el Dios que las hizo.
¿En qué, pues, nos equivocamos nosotros? ¿Que sucede con la confianza? Nos comportamos con Él de forma inacptable, tratamos de usarlo como una escapatoria del infierno. Lo usamos para que nos ayude cuando nuestro niño está enfermo, y después seguimos viviendo a nuestra manera. Luego tratamos de aumentar nuestra fe leyendo más promesas en la Biblia. ¿Pero eso funciona? Le puedo decir con seguridad que eso no va a funcionar. Tenemos que estar interesados en la persona y en el carácter de Dios, no en las promesas. Por medio de las promesas conocemos lo que Dios ha preparado para nosotros, nos enteramos de lo que podemos reclamar como nuestra herencia, aprendemos cómo debemos orar. Pero la fe misma debe descansar en el carácter de Dios.
¿Es difícil ver esto? ¿Por qué no hacemos hincapié en ello en nuestros círculos evangélicos? ¿Por qué tenemos temor de declarar a las personas en nuestras iglesias que deben conocer a Dios? ¿Por qué no les decimos que deben ir más allá de hacer de Dios un bote salvavidas para su rescate o una escalera para escapar de un edificio en llamas? ¿Cómo podemos ayudar a nuestro pueblo a superar la idea de que Dios existe para ayudarle a manejar su negocio o pilotar su aeroplano?
Dios no es un mozo de estación de ferrocarril para cargar con sus maletas y servirle a usted. Dios es Dios. Es el creador de los cielos y de la tierra. Él sostiene el mundo con sus manos y pesa el polvo de la tierra en balanza. Extiende el firmamento como un manto. Él es el Dios grande y todopoderoso. Él no es su siervo. Es su Padre y usted es su hijo. Él se sienta en el cielo y usted está en la tierra.
A. W. Tozer, de su libro Fe Más Allá De La Razón, Portavoz, págs. 37-38
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“¡NO!” al Ocultismo
“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas...” (Dt. 18:10-12)
Sólo Dios sabe el futuro. Además, el Señor nos prohíbe consultar acerca del futuro a cualquier otra cosa o persona excepto la Biblia. Los que amamos al Señor podemos confiar en Él en cuanto al futuro. Él nunca nos desamparará. Sus misericordias son nuevas cada mañana (Lam. 3:23). Esto significa que Él siempre te amará y buscará tu bien. Nunca se equivocará, nunca te hará mal, nunca te abandonará. Lee el Salmo 23, Juan 14:1-3 y Apocalipsis 21:1-22:5 y verás el futuro que te espera como creyente.
Los del mundo muchas veces curiosean en cosas como cantaba Lola Flores: “Salud, dinero y amor”. Pero si eres creyente y discípulo del Señor Jesucristo, no te corresponde el leer los horóscopos (ni aun por curiosidad), consultar las cartas de Tarot, jugar con “oija”, escuchar los programas de radio acerca de cosas como “la cuarta dimensión”, ir a curanderos, consultar a los adivinos, involucrarte en el yoga o la meditación transcendental, ni usar las estampas, los amuletos o talismanes (aunque sean los adornos de moda). Si te preguntan de qué signo eres, diles que ninguno porque eres creyente en el Señor Jesucristo. Efesios 5:11-12 exhorta: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto”. No debes leer, mirar ni escuchar a todo esto que se ofrece hoy para saber el futuro, aconsejar o guiar la vida. Es el camino del mundo, de las tinieblas, y va contra las claras instrucciones y prohibiciones divinas (Lv. 20:6,8; Dt. 4:17-19, 23-24; Dt. 13:1-4; 18:20-21; Is. 8:19. 20, 22; Ez. 13:6-9; 18-23). El Señor quiere y merece ser el único objeto de tu confianza. Nadie te ama como Él, ni puede guiarte y cuidarte como Él.
No hay una forma inofensiva de celebrar "Halloween" el 31 de octubre, porque es una fiesta pagana, de ocultismo, de brujería y satanismo. Si quieres agradar al Señor y serle fiel, apártate de todo esto porque es abominación.
Hermano, hermana, lo tuyo es la Biblia, porque en ella Dios te habla. Tú le hablas en oración, y Él te habla a través de Su Palabra. Léela, conócela toda, domínala y sabrás todo lo que te hace falta. Deja lo oculto para los que no tienen la luz. Gózate con lo que Dios te ha dado: ¡Su Palabra! “Lampara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Sal. 119:105).
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¿ES BÍBLICO EL SISTEMA UNIPASTORAL?
(Parte II)
Tristes Consecuencias (continuado del número anterior)
(3) Deja poco o nada de lugar para ejercitar los dones espirituales en las reuniones de la iglesia, aparte de los del pastor.
(4) Conduce a las iglesias a ser edificadas en la carne, con cosas como programas especiales y promociones, y la personalidad del pastor debe reemplazar los dones espirituales del cuerpo.
(5) Produce un extendido desánimo en los pastores, porque están tratando formalmente de ocupar una posición y hacer un trabajo que no es bíblico.
(6) Niega a los pastores la comunión en el ministerio que tan desesperadamente necesitan. Normalmente la diferencia en la visión espiritual y la responsabilidad del ministerio entre el pastor y la congregación es tan grande que su única comunión significativa es con otros pastores, que no son colaboradores en el mismo campo, sino que tienen los suyos propios por los que preocuparse.
(7) Tiende a negar la presidencia del Espíritu Santo en la iglesia. Aunque puede que el pastor busque de verdad la mente del Espíritu, su percepción está nublada por su propia personalidad, deseos, etc. Cuánto mejor es, cuando hay que formular planes o tomar decisiones, para los ancianos como grupo, como los que representan el gobierno de Dios en la iglesia, ayunar y orar hasta que el Espíritu Santo obre en ellos para que tengan unanimidad, como en Hechos 13:1-3.
(8) Como toda la responsabilidad del ministerio de la iglesia se le ha dado a un solo hombre, y como es cierto que ningún hombre tiene todos los dones, los pastores (y los misioneros) se ven forzados a usar mucho de su tiempo llevando a cabo un ministerio en el que no han sido espiritualmente preparados por el Espíritu de Dios. La lástima es que si no lo hacen ellos, este ministerio se queda sin hacer.
(9) Crea una situación en la que una persona, el pastor, puede cambiar una iglesia sana doctrinalmente en una iglesia herética de la noche a la mañana. Teniendo varios ancianos, aunque no se asegura la inmunización absoluta en cuanto a los errores doctrinales, sí que se provee de un fuerte control contra la enseñanza herética.
(10) Conduce a una escasez paralizante de obreros cristianos nacionales en muchas áreas de misión, por la presunción de que estos obreros deben ser preparados profesionalmente e importados de fuera de la iglesia. ¿Dónde está la confianza en que Dios ya ha provisto al cuerpo con los dones de liderazgo necesarios?
(11) Pone excesiva presión en la esposa e hijos del pastor, ya que estos se encuentran forzados a vivir en un ambiente de “pecera” como la familia “del predicador”.
Éstas no son más que una muestra de las consecuencias de admitir creencias y prácticas no bíblicas respecto al ministerio.
Algunas Objeciones Contestadas
Objeción 1: El trabajo correcto del pastor no es asumir todo el ministerio de la iglesia, sino movilizar y equipar a los santos para hacer la obra del ministerio. Por lo tanto, la mayoría de los problemas que ha mencionado son resultados, no del sistema unipastoral por sí mismo, sino del abuso de este sistema.
Respuesta: Ya que el sistema unipastoral no está en la Escritura, y está universalmente rodeado por estos problemas, los que lo defienden deberían reconocer que el sistema en sí es un error, y no tiene ni apoyo ni garantía en la Escritura. El concepto de una iglesia guiada por un pastor (o misionero) que moviliza a los santos para la obra del ministerio suena muy atractivo, pero la experiencia de miles de pastores frustrados testifica que esto simplemente no funciona. Hay una percepción profundamente arraigada en las mentes de la congregación de que la obra cristiana es para un grupo especial. El vacío del clero es el gran inmovilizador de los santos. Cualquiera que trata de abolir este vacío es condenado al fracaso mientras se agarra a un sistema en el que un hombre, preparado y acreditado profesionalmente, es visto como “el predicador” o “el siervo (único) de Dios”. A propósito, los que se adhieren al concepto del pastor normalmente tienen una noción muy limitada de lo que incluye la “obra del ministerio”. Por ejemplo, aun el pastor que está equipando a los santos con un énfasis en su ministerio, llamará normalmente a un compañero del clero – no a alguien de la congregación – para ocupar el púlpito mientras él no está.
Objeción 2: Lo mejor que produciría lo que ha sugerido sería un liderazgo incompetente en la iglesia, y lo peor una mutilación doctrinal.
Respuesta: Ésta es una acusación seria porque implica que el Espíritu Santo es incompetente al colocar los dones del liderazgo correctamente dentro del cuerpo de la iglesia. ¿Es la educación de un seminario lo que cualifica a un hombre para el liderazgo de la iglesia, o los dones del Espíritu? A menudo hemos sido culpables de dar servicio de labios a lo segundo, poniendo mayor peso sobre lo primero.
Objeción 3: La palabra “sobreveedor” (obispo) aparece en singular en 1 Timoteo 3:2 y en Tito 1:7 donde las cualidades del oficio son descritas. Esto sugiere por lo menos la posibilidad de que “sobreveedor” sea el oficio de un hombre.
Respuesta: Es el uso más natural del lenguaje el emplear el singular cuando se están describiendo las cualidades de un oficio. Por ejemplo, puedo decir: “Un miembro del Parlamento o Congreso, (o aun, el miembro del Parlamento o Congreso) debe ser un hombre de integridad y honor, etc”, sin la mínima implicación de que haya un único miembro del Parlamento o Congreso, o que haya una limitación de uno por provincia. Recalcar el uso perfectamente explicable que hace Pablo del singular, ignorando la evidencia arrolladora del resto del Nuevo Testamento, sería una extraña exégesis. Una mirada más de cerca a Tito 1:5-7 descarta toda posibilidad de que Pablo fuera partidario del sistema unipastoral. ¿Cómo puede el uso de “sobreveedor” en singular en el versículo 7 tener la posible implicación de que cada congregación debe tener un solo sobreveedor, cuando dos versículos antes Pablo ha introducido el tema recordándole a Tito sus instrucciones para que “establecieses ancianos (plural) en cada ciudad”? A mi parecer, esto es conclusivo.
Objeción 4: ¿No estaban las “Epístolas Pastorales” dirigidas a individuos por separado?
Respuesta: Esta objeción está basada en el común concepto erróneo de que Timoteo y Tito eran “pastores” u obispos de iglesias locales. Esto, simplemente no es verdad. Veamos una cita del Zondervan Pictorial Bible Dictionary: “Aunque estas cartas sí que suministran instrucciones que merecen la pena para los pastores, no era a pastores a quienes estaban dirigidas en el sentido moderno del término. Más bien, estaban dirigidas a los enviados especiales de Pablo, para cumplir misiones específicas y a quienes se les confiaban tareas concretas según las necesidades del momento”.
continuará, d.v., en el siguiente número
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