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domingo, 30 de diciembre de 2018

EN ESTO PENSAD -- enero 2019

EL TACTO

William MacDonald

“Sed pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” Mateo 10:16

Un elemento importante de la sabiduría práctica es el tacto. El cristiano debe aprender a ser discreto. Esto significa que debe desarrollar una delicada sensibilidad en respecto a qué hacer y decir para evitar ofender y cimentar buenas relaciones. La persona discreta se pone en el lugar del otro y se pregunta: “¿Cómo me gustaría que me lo dijeran o hicieran a mí?” Busca ser diplomático, considerado, bondadoso y perspicaz.
    Desafortunadamente la fe cristiana ha tenido en sus filas un número considerable de personas faltas de tacto. Un ejemplo clásico es un peluquero cristiano que trabajaba en un pequeño pueblo del oeste. Un día entró en la peluquería un desafortunado cliente, y pidió que le afeitase. El peluquero lo sentó, le ató al cuello el peinador, e inclinó la silla hacia atrás. En el techo el cliente vio escritas las palabras: “¿Dónde pasarás la eternidad?” El peluquero le enjabonó generosamente la cara; entonces, mientras afilaba la navaja, comenzó su testimonio evangelístico con la pregunta: “¿Está usted preparado para encontrarse con Dios?” El cliente salió disparado de la silla, con el peinador, espuma y todo, y nunca se volvió a oír de él desde entonces.
    Una vez, un celoso estudiante salió una noche para evangelizar. Caminando por una calle oscura vio en las sombras a una joven caminando delante de él. Al tratar de alcanzarla, ella comenzó a correr. Ansioso, corrió tras ella. Cuando ella dobló el paso, él hizo lo mismo. Finalmente ella corrió hacia el portal de una casa, aterrorizada, y buscando nerviosamente las llaves en su bolso. Cuando vio que él corría hacia el porche, quedó tan paralizada de terror que no pudo ni gritar. Él entonces, sonriendo, le entregó un folleto y se fue feliz por haber alcanzado a otro pecador con el evangelio.
    Se necesita mucho tacto cuando se visita a un enfermo. En nada le ayuda que digamos: “¡Qué pálida estás!” o contarle historias y anécdotas negativas como: “Conocí a una persona que tenía esta enfermedad y murió”. Esto es muy típico, y todos se disculpan diciendo que sólo querían ayudar, pero, ¿quién quiere esa clase de compañía o consuelo?
    Hemos de ser discretos cuando visitamos a los afligidos. No debemos ser como el texano que le dijo a la viuda de un político asesinado: “¡Y pensar que tuvo que suceder en Texas!”
    Dios bendiga a aquellos santos escogidos que siempre saben cómo decir la palabra apropiada y bondadosa. Y que Dios nos enseñe al resto a cómo ser diplomáticos y discretos en vez de gente que va tropezando y pisando a los demás por su falta de tacto.

De Día en Día, CLIE, lectura del 18 de noviembre

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 Sacad La Inmundicia

En 2 Crónicas 29:5 el rey Ezequías, llegando a reinar, ordenó la abertura y limpieza del templo que su padre Acaz había contaminado y cerrado. La orden fue: “Sacad del santuario la inmundicia”. No pidió que Dios la sacara, pues no es responsabilidad de Dios sino de los hombres – los sacerdotes y levitas. El comienzo del avivamiento bajo Ezequías fue la santificación y la limpieza de los sacerdotes, los levitas y el templo. Sólo así hubo bendición. Hermanos, ¿pretendemos tener avivamiento y bendición sin esto? Somos sacerdotes de Dios, y la iglesia (1 Co. 3:16) y nuestros cuerpos son Su templo (1 Co. 6:19). Cuando hemos permitido el pecado, la mundanalidad, la inmundicia dentro del templo, Dios no puede bendecirnos. Hay que santificarnos, separarnos para agradar exclusivamente a Dios, y limpiar tanto la iglesia como nuestras propias vidas. "Sacad del santuario la inmundicia" es la orden. 1 Juan 3:3 indica nuestro deber: "se purifica a sí mismo". Pensemos en lo que hemos permitido en nuestras vidas personales, en nuestras casas, y en la asamblea que no agrada a Dios. Seamos sensibles, y saquemos la inmundicia, para que haya avivamiento. Sólo así habrá bendición.

Carlos
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Josías: “Hizo Lo Recto” 


Texto: 2 Reyes 22:1-2

Podríamos resumir la vida de Josías con estas tres palabras: “hizo lo recto” – y que así sea el resumen de la vida de cada uno de nosotros. Manasés, el abuelo de Josías, era un rey malísimo como 2 Reyes 21:1-18 relata. Y su hijo Amón, padre de Josías, también era malo, cortado del mismo patrón que su padre, y Dios le quitó la vida después de dos años de reinar. Así llegó Josías al trono con sólo ocho años de edad. Entonces, lo bueno de toda esta historia es lo que hizo Josías. No fue como su padre ni su abuelo. El énfasis puesto por las palabras: “hizo lo recto” señala lo que Dios ve, y lo que quiere de cada uno de nosotros. Somos responsables por nuestras decisiones y hechos delante de Dios, y no podemos echar la culpa a otros. En nuestros tiempos no hay muchos fieles, y entre los jóvenes solteros y matrimonios jóvenes parece que hay menos – porque no tienen convicción ni valor para guardar sin cambiar lo que han sido enseñados. Son más como Manasés, hijo malo de un rey bueno, que cuando murió Ezequías y Manasés llegó al poder, empezaba a cambiar todo. Y después de muerto el buen rey Josías, sus propios hijos hicieron la misma mala jugada y cambiaron todo. En lugar de guardar fielmente lo que un padre piadoso había establecido y hecho para el Señor, éstos querían las cosas más contemporáneas, y así son muchos hoy en día. Hermanos jóvenes, si queréis ser fieles al Señor, debéis buscar la amistad y el compañerismo de los mayores que vosotros que son fieles, y no andar sólo con los de vuestra edad. Como Josué estuvo con Moisés, como los doce estuvieron con el Señor, como Timoteo y Tito y otros estuvieron con Pablo, así podemos aprender y aprovechar para bien la comunión de los que han andado más tiempo en los caminos del Señor. Los grupos de jóvenes y campamentos de jóvenes no os ofrecen esta clase de instrucción y ejemplo que vemos en la Biblia, y además hoy en día muchos se ocupan más de diversiones que de otra cosa.
    Para empezar, si uno tiene padres fieles y que aman al Señor, sin ir más lejos debe empezar allí mismo, cultivar su amistad e imitar el buen ejemplo que tiene a mano. Pero como hemos visto en la Biblia, los hijos de padres piadosos desperdician la oportunidad que Dios les da y que otros jóvenes no tienen. Pablo dijo de Timoteo: “como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio” (Fil. 2:22). Pocos son los hijos que honran a sus padres sirviendo con ellos, y pocos son los jóvenes que sirven bajo el mando de uno de otra generación, pero Pablo dice que es uno de los méritos de Timoteo. Así que, hay la posibilidad de buscar la comunión e instrucción de otros fieles hermanos con años de experiencia que están sirviendo al Señor, estudiando y enseñando Su Palabra. Evitad a los que aunque estén en la iglesia, están metidos en el mundo y andan como los del mundo, porque estos no os van a ayudar a crecer y madurar en las cosas de Dios.
    Hoy en muchas partes del mundo se trata de destruir la familia, y por leyes o sociología enseñar otra vida y otras actitudes a las de sus padres, y romper su influencia. Tristemente, muchos padres se han ocupado de la comodidad y la colocación de sus hijos más que de su condición espiritual. Y en otros casos, como el de Manasés, teniendo el buen ejemplo delante, lo despreciaron y se fueron por otro camino. Manasés no anduvo en el camino de Jehová, y por esto no fue digno de imitar. Los que escogen un camino así manifiestan amor propio y desprecio por el buen camino.
    Lo inverso pasó con Josías, porque a pesar de abuelo y padre impíos, él fue sensible e hizo caso de la Palabra del Señor. “Hizo lo recto”. ¡Es una descripción hermosa! No sólo supo lo recto, sino que lo hizo. ¿Qué hacemos con lo que sabemos? Muchos han visto, escuchado y sabido lo recto, pero luego no lo hacen. No así con Josías. “Hizo lo recto”, sí, lo repito esperando que haga mella en nuestra vida. Y el Señor está dispuesto a bendecir a cualquier joven u otro que tome en serio Su Palabra, se humille y se quebrante delante de ella para obedecerla, como hizo Josías. Dios promete honrar a los que le honren, y Josías es un ejemplo de esto, pero Dios también quiere ver la piedad de Josías en nosotros. Gracias a Dios por los que le aconsejaron así con sus ocho añitos, y gracias a Dios porque Josías, cuando se hizo hombre joven de quince años, veinte años y más, no abandonó la devoción y rectitud y piedad que había aprendido, sino que se mantuvo firme, cosa que no muchos jóvenes hacen. Se enredan en el mundo, se hacen inútiles para las cosas de Dios, y no practican la piedad que se les enseñó. ¡Qué triste es esto, especialmente cuando pudieron haber sido como Josías que “hizo lo recto”.
    El secreto de ser uno que hace lo recto ante los ojos de Jehová está en los versículos 18-20. Fue manso y humilde, respondió con temor reverente y contrición. Rasgó sus vestidos y lloró. No se ofendió ni echó la culpa a otros sino se mostró triste y quebrantado delante del Señor. Dios siempre puede usar a personas así. Él da gracia a los humildes pero resiste a los soberbios. Mis hermanos, el temor de Dios y la humildad nos conducen a hacer lo recto. Observad que esto lo puede hacer un joven, y tendrá así un gran futuro bendito. Y todos los que oyen la Palabra de Dios tenemos la oportunidad de escoger el camino correcto. Que Dios nos ayude a imitar este buen ejemplo de este joven piadoso que hizo lo recto. No sigamos la senda fácil y popular de la mayoría. ¿Será el resumen de nuestra vida como el de la vida de Josías? Hagamos lo recto ante Dios – porque para esto Él nos ha dado vida. 


Lucas Batalla
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Ponte la meta de leer toda la Biblia, de tapa a tapa, en el 2019.  Sólo son 4 capítulos al día, por ej. 2 por la mañana
 y otros 2 por la tarde. ¡Ánimo! 
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 ¡HURTADO!

"Músico dejó su vionchelo en el porche de su casa y cuando volvió había desaparecido".
Así contaba el medio noticiario en mayo del 2004. Lo traumático era que el violinchelo no era cualquiera, pues fue elaborado por las manos del famoso artesano Antonio Stradivarius hace unos 320 años. Se estima su valor actual en 3,5 millones de dólares (€ 2,9 millones). Tanto el músico como el dueño, la asociación Filarmónica de Los Ángeles estaban destrozados por la pérdida de tan valioso instrumento.
    El violenchelo era del año 1684 y uno de solo 60 hechos por Stradivarius en su taller en Cremona, Italia. Por 30 años fue propiedad de la Asoc. Filarmónica, hasta el día que fue hurtado. Pero la historia no termina allí, pues tres días después una enfermera halló el instrumento al lado de un basurero a unos 2 km. del lugar del hurto. Encantada con el instrumento, pidio la ayuda de un hombre vagabundo para cargarlo en su auto. Sin saber que valía tanto, ella quería que un amigo lo convirtiera en un estante para sus CDs. Su idea era abrir la tapa para guardar los CDs adentro. Sin embargo, todos sus planes cambiaron al ver en las noticias una descripción del instrumento hurtado junto con una recompensa de $50.000 por su recuperación. No tardó en entregarlo. Difícil sería para nosotros apreciar el gozo y alivio sentido por el músico y los dueños del recuperado tesoro.
    De manera similar una creación única, de valor inestimable, fue hurtada de un huerto hace 6.000 años. Hechos por Dios en Su misma imagen, para Su gozo y gloria, el hombre es indudablemente la creación más valiosa de Dios, ya que dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imágen, conforme a nuestra semejanza...Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:26-27).
    Codiciada por Satanás, esta valiosa creación de Dios fue sometida a una serie de maniobras malignas para al final caer en posesión del maligno. Adán y Eva pecaron y cayeron en manos de Satanás - súbditos en su malvado reino. ¡Qué desastre cuando se perdió así el ser humano! ¡Cuánto no ha sufrido a través de la historia por ese hurto! Las Escrituras dicen que el hombre vive "conforme al príncipe de la potesdad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efesios 2:2).
    ¿Habrá esperanza? ¿Puede el hombre escaparse del reino de las tinieblas? ¡La Biblia dice que sí!" No por rescate de dinero, ni otra medida humana, sino por la muerte del Hijo unigénito de Dios. El Creador del universo se humanó en la persona de Jesucristo, para pagar nuestro rescate en sangre propia en la cruz del Calvario. Pagó por nuestros pecados - con Su muerte - para que pudiéramos ser perdonados y restaurados a la comunión con Dios. He aquí tu Creador colgado en cruenta cruz por amor a ti. "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). La manera de volver a ser posesión de Dios es mediante el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo. Dios pagó toda tu redención amigo, y espera ahora tu respuesta de fe a esa buena nueva. 
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El Cambio Del Sacerdocio

El Catolicismo Romano no podría existir sin un sacerdocio especial. Son necesarios los sacerdotes romanos para la celebración de los sacramentos que la Iglesia ha establecido. Por ejemplo, hacen falta para celebrar la Eucaristía. Roma insiste que la Misa es el sacrificio incruento de Cristo. Por eso necesita el sacerdote para el milagro de cambiar el pan en cuerpo verdadero de Cristo y el vino en Su verdadera sangre. Los sacerdotes también administran el sacramento de la confesión, al escuchar las confesiones de los feligreses y absolverles sus pecados. Basta estos ejemplos para demostrar cuán necesario el sacerdote es al sistema que Roma estableció. Aquí no hablamos del sacerdocio general de todos los creyentes, sino más bien del oficio y la vocación especial de los que toman las órdenes santas y administran los sacramentos.
    Los capítulos 5 y 7 de Hebreos tienen mucho que decir acerca del tema del sacerdocio, no el sacerdocio general de todos los creyentes, sino el sacerdocio especial, como mediador entre Dios y los hombres, con respecto al perdón de los pecados. El escritor de la epístola, bajo inspiración, tiene la tarea de guiar a sus lectores a dejar atrás un sacerdocio humano que Dios ya no aceptaba, y abrazar con todas sus benditas implicaciones el sacerdocio que Dios había establecido en lugar de aquel primero. La mente hebrea no había conocido otro sacerdocio que el de la casa de Aarón, a raíz del cual fue establecido claramente por Dios en Éxodo, Levítico y luego también en Números en la ocasión de la rebelión de Coré, quien quería para sí el sacerdocio, pero que fue rechazado y castigado por Dios con una muerte horrenda. Dado este fundamento histórico y bíblico del sacerdocio de Aarón, era considerable la tarea de convencer a los judíos a abandonar ese sacerdocio a favor de algo nuevo.
    Observemos en nuestra lectura de Hebreos 5 y 7 que Dios no estableció otro sacerdocio humano para tomar el lugar de Aarón, sino que puso en su lugar a Cristo: “Sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (5:6). Al reflexionar sobre el significado de este sacerdocio nuevo, perfectamente eficaz, inalterable y eterno, uno se da cuenta de que el sacerdocio establecido por Roma es algo falsificado y sin apoyo bíblico. Si miramos la historia de los sacerdotes de la tribu de Leví y la casa de Aarón, vemos claramente dictado por Dios en la Sagrada Escritura que ellos y sólo ellos debían ocupar este oficio, y cuáles eran los deberes de su ministerio. Si en el Nuevo Testamento Dios estableciera a una nueva clase de hombres para oficiar y mediar, ¿no estaría igualmente clara la exposición bíblica acerca de quiénes podrían serlo y qué responsabilidades tendrían? ¿Por qué semejante laguna en el Nuevo Testamento respecto a los profesados “sacerdotes” católico romanos? ¿Por qué tiene la Iglesia Católica que ir fuera de la Biblia en busca de instrucciones acerca de ellos? ¿No será porque Dios no lo mandó, sino que Roma se lo inventó, y también tiene que inventar todo lo demás respecto a su ordenación y ministerio?
    Hebreos 5:1-4 relata acerca de los requisitos y los propósitos de los sumo sacerdotes humanos. En primer lugar, todo sumo sacerdote era: “tomado de entre los hombres”, esto es divinamente tomado y designado. El versículo 4 afirma: “Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”.  De entrada vemos que el sacerdocio no es una vocación, no puede uno elegir ser sacerdote como oficio o carrera, proseguir sus estudios, aprobar sus exámenes, tomar sus votos, ser ordenado y comenzar a oficiar y gozar de los privilegios de sacerdote. Este modelo es del mundo, pero no de Dios.
    Segundo, en Hebreos 5:1 vemos que el sumo sacerdote es constituido: “a favor de los hombres, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados”. Esto es lo que los sacerdotes católico romanos pretenden hacer. Y verdad es que los seres humanos necesitamos a alguien que nos represente delante de Dios como mediador. Pero ese “alguien” no es el Papa, ni el resto de la curia romana, ni los santos, ni los ángeles, ni María. Cuando Dios quitó el sacerdocio de la casa de Aarón y la tribu de Leví, no lo reemplazó con otro sacerdocio humano, igualmente débil e ineficaz (He. 7:18). Puso en lugar de aquellos sacerdotes a uno que es perfecto, y cuyo oficio no termina nunca. “Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (He. 7:21). En el orden de Melquisedec sólo hay uno ahora, y es el Señor Jesucristo mismo, quien vive “según el poder de una vida indestructible” (He. 7:16). El Señor Jesús cumple los dos requisitos básicos, de (1) comunión con los hombres y (2) autoridad de Dios. Cuando se encarnó, se identificó con nosotros: “estando en la condición de hombre” (Fil. 2:8). Y el Espíritu Santo cita en Hebreos 5:5-6 dos textos del Antiguo Testamento que demuestran que Jesucristo tenía (y tiene) autoridad de Dios: Salmo 2:7 y Salmo 110:4. En Su estilo magistral, porque es el Espíritu Santo y no la Iglesia Católica quien tiene el Magisterio, el Espíritu se sirve del Antiguo Testamento, la única Sagrada Escritura reconocida por los judíos, para enseñar que Jesucristo tiene esta autoridad. “Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (He. 5:5-6). El versículo 10 lo afirma otra vez: “y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec”. ¿Más claro? ¡Agua!
    ¡Cuánto nos gustaría, y cuánto le gustaría al Señor Jesucristo, que nuestros amigos católico romanos se dieran cuenta del gran engaño y la usurpación que su sistema religioso ha hecho. ¿Dónde ha declarado Dios tan clara e inconfundiblemente que el Papa es el sumo sacerdote, el “sumo pontífice”, el “vicario”, que sirve de puente y portavoz entre Dios y los hombres? En ningún lugar en la Biblia. Fuera de ella Roma puede citar las fuentes que quiera, pero dentro de la Biblia es donde Dios habla y expone para nosotros Su santa voluntad. El sacerdocio levítico y de Aarón fue “abrogado” (He. 7:18), pero no para hacer lugar a otra clase especial de sacerdotes humanos oficiando en la cuestión del perdón de los pecados. “Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre” (He. 7:28).
    ¡Sería una redundancia ridícula si ahora, con semejante mediador y sumo sacerdote como tenemos en el Señor Jesús, nos pusiéramos a ordenar de nuevo a unos hombres, meros seres humanos, con su debilidad mortal (He. 7:23)! ¿Un mediador entre el Mediador y los hombres? ¡Qué razonamiento más torcido! “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:5). Amigo lector, ¿es Jesucristo suficiente para ti? Si no lo es, entonces realmente no has llegado a comprender y creer en el Jesucristo del evangelio, ni tienes vida eterna. Pero cuando uno viene a Cristo, recibe perdón completo y obtiene en Él un perfecto y eterno mediador, ¿qué le pueden ofrecer unos débiles sacerdotes que sólo han sido constituidos por Roma? Absolutamente nada.
    Dios declara qué clase de sacerdote nos conviene ahora, en lugar de Aarón y los de su casa: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos, que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (He. 7:26-27). ¡Como sacerdote nadie menos que Jesucristo nos conviene! ¡Y por declaración divina (no romana), es así, gracias a Dios! “Tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario” (He. 8:1-2) y es el Señor Jesús. ¡Él intercede por nosotros! ¡Él ha ofrecido ya una vez para siempre un sólo sacrificio, tan eficaz y sublime que ya ha terminado con la cuestión de los pecados de todos los que creen en Él. ¿Cómo lo sabemos? ¡Porque en lugar de quedarse en la cruz (como representa el crucifijo), o en la tumba, resucitó, vive y está sentado a la diestra de Dios! ¿Acaso hay intercesor o ministro mejor que él? Si dijéramos que sí, sería una blasfemia. Dios cambió el sacerdocio, pero puso a Jesucristo para siempre, y no a los hombres ordenados por Roma.

Carlos Tomás Knott


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¿EL MUNDO O LA BIBLIA?

¡No podemos nadar y guardar la ropa! Hay que escoger. Nadie con doblez de corazón agrada al Señor ni así puede hacer nada para servir en el reino de Dios. La doblez es para los del mundo (Sal. 12:2). Los que quieren servir a Dios tienen que ser "sin doblez" (1 Ti. 2:8). Los buenos soldados en Israel no tenían doblez (1 Cr. 12:33). "El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos" (Stg. 1:8).
En una conferencia de jóvenes adultos pregunté cuántos podían nombrar por lo menos a tres jugadores del Real Madrid o del Barcelona. Muchos levantaron las manos indicando que sí. Entonces pregunté cuántos podrían decir los nombres de los doce apóstoles del Señor. Nadie levantó la mano. Esto demuestra los valores revertidos y confundidos que afligen a las iglesias hoy, y no sólo son los jóvenes, sino otros mayores que dan mal ejemplo. ¡Es lamentable que tantos conocen bien a los pijos vanagloriosos e inmorales jugadores profesionales que ninguna importancia tienen en el reino de Dios y el cielo, y desconocen a los apóstoles que serán para siempre recordados en la Palabra de Dios y en los doce cimientos de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:4)! "Purificad vuestros corazones!" (Stg. 4:8)
     Me temo que para nuestra vergüenza lo mismo pasaría con los cantantes y los actores, los políticos y sus partidos, y muchas otras cosas vanas que serán olvidadas por toda la eternidad.
       Hermanos jóvenes, Pablo exhortó al joven Timoteo: "Ejercítate para la piedad" (1 Ti. 4:7), y esto incluye el uso de la mente, la memoria, y con qué cosas nos ocupamos. ¿No es hora de dedicarnos a conocer e imitar a los santos y fieles de la Biblia?

 ¿Los Conoces? ¿Los Aprecias?

¿Podrías nombrarlos de memoria? ¿Podrías decir algo acerca de cada uno? Aquí tenemos un buen trabajo con que ocupar nuestra mente este año.


La Genealogía de Adán a Noé

     Adán, Set,  Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc,
    Matusalén, Lamec, Noé

Los 12 Hijos De Israel
    Rubén, Judá, Simeón, Leví, Dan, Neftalí, Gad, Isacar, Aser, Zabulón, José, Benjamín

Las Tribus De Israel
    Rubén, Judá, Simeón, (Leví), Dan, Neftalí, Gad, Isacar, Aser, Zabulón, Efraín, Manasés, Benjamín

Los 12 Apóstoles
    Pedro, Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Natanael, Jacobo de Alfeo, Leví, Tomás, Simón, Judas de Jacobo, Judas Iscariote.
    luego Matías, y Pablo

Los 16 Profetas Escritores
    Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías

Los Fieles de Hebreos 11
    Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, padres de Moisés, Moisés, Rahab, Gedeón, Barak, Sansón, Jefté, David, Samuel, los profetas, “y otros”
 
*  Son puestos como ejemplos de cómo vivir por fe y agradar a Dios, para que les imitemos. ¿Cómo haremos esto si no estudiamos sus vidas para aprender las lecciones?

Los Jueces
    Otoniel, Aod, Samgar, Deborah y Barak, Gedeón, Abimelec (usurpador),Tola, Jair, Jefté, Ibzán, Elón, Abdón, Sansón, Samuel

Las 7 Iglesias de Asia en Apocalipsis 2-3
    Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, Laodicea 

¡Más!
¿Qué sabes de Melquisedec? ¿En qué libros es mencionado? ¿Qué hizo? ¿Cuál es su importancia?

¿Qué sabes de la vaca alazana? ¿En qué libro está? ¿Cuál es su importancia?

¿Qué sabes de los cinco tipos de sacrificios en Levítico y su relación con Jesucristo?

¿Qué sabes del Tabernáculo y su mobiliario y qué relación tienen con Jesucristo?

¿Cuáles son los tres grupos de siete juicios del libro de Apocalipsis?

¿Puedes explicar cuál es la diferencia entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo?

¿Puedes nombrar algunos de los salmos mesiánicos?

¿Puedes escribir un breve resumen de cada libro de la Biblia?

Renunciemos y olvidémonos de las cosas pasajeras y vanas de este mundo, y ocupemos nuestra mente con el conocimiento de Dios y Su Palabra. "¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación" (Sal. 119:97).

Hebreos 6:12  
"a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas".  

Romanos 12:2  
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".  

 

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 Ni Hombres En Faldas
Ni Mujeres En Pantalones


Deuteronomio 22:5 dice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”. Este texto es criticado y descartado por muchos evangélicos, porque hoy día las mujeres quieren llevar pantalones. ¿No es curioso que los varones no quieren llevar faldas a las reuniones, pero las mujeres quieren vestir pantalones? En el mundo hacen lo que quieren, pero los cristianos tienen que justificarse. Una razón comunmente dada es que el texto viene en la ley, y el cristiano no está bajo la ley de Moisés.
    Quisiera apuntar primero que no podemos descartar dos tercios de la Biblia simplemente porque no estamos bajo el pacto de la ley. Dos textos en el Nuevo Testamento enseñan el valor del Antiguo Testamento para el creyente. “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Ro. 15:4). El Antiguo Testamento es para nuestra enseñanza.  El otro texto es 1 Corintios 10:6, “Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron”. Y el versículo 11, “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. Si leemos del 1 al 12 del capítulo 10 vemos que todas estas cosas pasaron a Israel bajo la ley, y están escritas para enseñar y amonestarnos, aunque ni somos Israel ni estamos bajo el pacto de la ley. Dios todavía no quiere que hagamos las cosas que Israel hizo en este texto.
    Y aunque no estamos bajo la ley, el apóstol Pablo afirma su valor: “la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Ro. 7:12). Viene de Dios, y nos enseña acerca de Sus pensamientos y gustos. Cuando Deuteronomio 22:5 dice: “porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”, habla de algo que desagrada a Dios, y le es repugnante. No sólo respecto a la forma de vestir, sino hay muchas otras cosas. Es interesante estudiar la Biblia con concordancia para ver lo que Dios abomina y lo que le agrada. Por ejemplo, Deuteronomio 7:25 declara que las esculturas de los dioses (ídolos) es abominación a Dios (véase Dt. 17:3-4). Proverbios 12:22 dice que “los labios mentirosos son abominación a Jehová”. En Proverbios 6:16-19 hay siete cosas que Dios abomina. Apocalipsis 21:8 pronuncia maldición sobre los abominables. Los gustos de Dios no cambian porque Él es inmutable. “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta” (Nm. 23:19).
    Hay varios casos en el Nuevo Testamento del uso de la ley para enseñar prácticas para la iglesia. Uno es 1 Corintios 9:7-10 leemos: “¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto”. Esto viene de Deuteronomio 25:4. Pablo, el apóstol que escribió Romanos y Gálatas, utiliza la ley para enseñar que debemos apoyar económicamente a los siervos de Dios. “Por nosotros se escribió” dice el Espíritu Santo.
    Otro es 1 Corintios 9:13, que habla todavía de las ofrendas para los siervos de Dios. “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?” Esta cita viene de Deuteronomio 18:1 acerca de los sacerdotes y levitas. Pero en la ley hay instrucción para nosotros. 1 Corintios 9:14 confirma que el Señor aplica este precepto en nuestros tiempos.
    En 1 Corintios 14:34 recibimos instrucción acerca del silencio de la mujer creyente en la congregación: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice”. Otra vez se refiere a la ley como base para la enseñanza, en este caso, la sujeción de la mujer y su silencio en la asamblea. Problamente “ley” se refiere a la división llamada “la ley” – los cinco libros de Moisés – donde por ejemplo en Génesis 3:16 Dios dijo: “y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.
    Volviendo a Deuteronomio 22:5, no podemos descartarlo simplemente porque está en la ley, ya que hemos demostrado el valor de la ley para enseñarnos aun en la edad de la gracia. ¿Se equivocó el salmista al escribir lo siguiente en el Salmo 19:7-11?

    “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
    El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
    Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
    El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
    El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
    Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
    Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
    Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
    Tu siervo es además amonestado con ellos;
    En guardarlos hay grande galardón”.


 

    El problema que tenemos con la ley no es intelectual, ni teológica, sino espiritual. Romanos 7:14 dice: sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.  Romanos 8:7,  los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”.  
    Así que, hermanos, aunque es cierto que no estamos bajo el pacto de la ley, ni para salvación ni para la vida cristiana, todavía ella tiene cosas que enseñarnos acerca de los pensamientos y la voluntad de Dios, y son aplicables en nuestros tiempos. No debemos invocar “la gracia” para hacer lo que a Dios es abominación. “No uséis la libertad como ocasión para la carne” (Gá. 5:13), es un consejo sabio y sano, porque la carne no quiere ni puede sujetarse a Dios ni agradarle.
     Hacemos saber a todo hermano/hermana en comunión que es importante vestir piadosamente en las reuniones de la asamblea, y fuera de las reuniones, como obediencia a Dios y como parte del testimonio santo.

El Mundo O La Palabra

    La moda de vestir pantalón las mujeres es parte de la agenda del mundo, y no agrada a Dios. Romanos 12:1-2 nos instruye a presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable, y no ser conformados a este siglo, sino transformados. El sacrificio del cuerpo incluye la forma de vestir: ropa decorosa, con pudor y modestia, y sin adornos externos (1 Ti. 2:9-10; 1 P. 3:3-6). No es decoroso que una mujer lleve ropa de varón.
    El cambio en la forma de vestir de las mujeres es como otros cambios que el mundo impone. La moda “unisex” intenta borrar distinciones entre hombres y mujeres – la vestimenta y el pelo. 1 Corintios 11:14 declara que es vergonzoso que el varón deje crecer su cabello. Pero 1 Corintios enseña: “a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso” (literalmente en griego: doxa, “gloria” o “glorioso”).
     El feminismo  quiere a las mujeres fuera de casa, trabajando en las empresas, y ocupando los mismos puestos que los hombres. La cuestión NO es si ellas son capaces, sino si Dios lo quiere así. Él indica que sean: “Cuidadosas de su casa” (Tit. 2:5; véase Pr. 31:10-31). Nuestro culto o servicio racional (inteligente) a Dios es que nos dejemos guiar por Su Palabra y hagamos todo para la gloria de Dios. Se oye decir: “Pero esto se lleva en el mundo hoy”. La idea es que las cosas han cambiado y debemos ponernos al día y no ser anticuados.
          Hermanos, es verdad que el mundo ha cambiado y ya no da importancia a estas cosas, pero a Dios sí son importantes. ¿Queremos ser amigos de Dios o amigos del mundo? Hay presión constante en la sociedad a llevar la moda y ser como las demás personas – que no conocen a Dios ni les interesa agradarle. Pero los creyentes ya no pertenecemos al mundo. Debemos morirnos a la opinión del mundo. No debemos conformarnos, sino ser transformados (griego: metamorfosis), para comprobar la buena voluntad de Dios.

No Somos Nuestros

    No somos nuestros, pues hemos sido comprados por precio (1 Co. 6:20), y debemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, los cuales son de Dios. En este texto vemos que a Dios le importa lo interno y lo externo. Él es Señor no sólo de nuestro corazón sino también de nuestro vestuario.
    Si en la Palabra de Dios vemos lo que agrada a Dios,y lo que le desagrada, entonces sabemos qué hacer. Consideremos también el poder del ejemplo, y nuestro testimonio a los demás. Porque con el buen ejemplo podemos influir para bien, pero con el mal ejemplo podemos ser estímulo para la desobediencia de otros.
    Cristo dijo: “El que me ama, mi palabra guardará” (Jn. 14:23). Si queremos amistad con Cristo, si Él realmente nos importa, debemos hacer las cosas que le agradan. El amor no nos permite hacer lo que nos parece. “El amor de Cristo nos constriñe” (2 Co. 5:14). El amor propio y el amor al mundo nos contaminan y desvían.
    Santiago 1:21 nos amonesta a recibir con mansedumbre la Palabra implantada. No discutir – recibir y hacer. El versículo 22 nos llama a ser hacedores de la Palabra, no tan solamente oídores. La bienaventuraza es para los que miran atentamente y hacen lo que la Palabra de Dios dice (v. 25).  Se aplican aquí también las palabras de Cristo: “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (Jn. 13:17).                 
 Carlos Tomás Knott

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