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lunes, 1 de julio de 2013

EN ESTO PENSAD -- julio 2013

Tres Ideas Equivocadas Acerca De La Iglesia

T. E. Wilson

Hay tres ideas equivocadas acerca de la Iglesia, que deben aclararse.

      En primer lugar, la Iglesia que es el cuerpo de Cristo, como enseña el apóstol Pablo, no se halla en el Antiguo Testamento. Es algo enteramente nuevo, revelado por primera vez en el Nuevo Testamento y expresado como ese gran misterio (Ef. 3). Es verdad que hay allí figuras e ilustraciones de la Iglesia. En Efesios 5 Pablo usa a Adán y Eva como figuras de Cristo y Su Iglesia. La fiesta de Pentecostés en Levítico 23:15-22, con la ofrenda mecida de los dos panes con levadura, ilustra ciertamente la Iglesia del tiempo presente. Pero esa doctrina estaba escondida en Dios en tiempos antiguos, hasta que fue revelada en el Nuevo Testamento.
En segundo lugar, hay una clara distinción entre la esperanza de Israel y la de la Iglesia. Las promesas y los pactos hechos por Jehová con Israel acerca de la tierra y el reino eran principalmente de carácter terrenal, y se cumplirán literalmente. En cambio, la esperanza de la Iglesia es celestial, y completamente distinta a la de Israel. El cristianismo no es una secta ni rama de Israel ni del judaísmo, sino un cuerpo nuevo, con una posición y una esperanza nuevas.
En tercer lugar, hay una distinción bien definida entre el reino y la Iglesia. El reino es más amplio que la Iglesia. La diferencia entre el reino del cielo y la Iglesia fue aclarada en el Evangelio según Mateo. Él retrata el reino del cielo en las siete parábolas del capítulo 13, y la Iglesia en los capítulos 16 y 18. El reino existía antes del comienzo de la Iglesia, y continuará después de completarse la Iglesia. La Iglesia está en el reino, pero es distinto al reino.
El obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad (2 Ti. 2:15), tendrá en cuenta estas distinciones.

T. E. Wilson, nació en Belfast, Irlanda del Norte, en 1902. A los 21 años de edad salió para servir al Señor en Angola, y allí se quedó durante 40 años. Este artículo es un extracto de su libro Mystery Doctrines of the New Testament (Doctrinas y Misterios del Nuevo Testamento), pág. 26.

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¿Qué Es La Apostasía, 
y Quiénes Son Los Apóstatas?

“APOSTASÍA. Significa “volverse atrás”, “recaer”  (gr.) ... “Esta misma palabra se usa en Tesalonicenses (2 Ts. 2:3), donde se enseña que el día del Señor no puede venir hasta que no venga “la apostasía” o abandono del cristianismo en relación con la manifestación del hombre de pecado.
“Con respeto a apostasía individual, se trata en pasajes como Hebreos (3:12; 10:26, 28), y en la Epístola de Judas. Hay también advertencias de que este tipo de apostasía se irá generalizando al ir finalizando la presente dispensación (1 Ti. 4:1-3). Una apostasía implica necesariamente una posición de la que se puede caer, una profesión hecha que se abandona de una manera deliberada. No se trata de un cristiano que caiga en algún pecado, sino de un abandono definido del cristianismo por parte de un profesante no convertido, que no ha experimentado la regeneración de la conversión. Las Escrituras no ofrecen ninguna esperanza para tal estado”.
Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, por Vila y Escuain, pág. 68

“Un apóstata es alguien que ha oído las grandes verdades de la fe cristiana, se ha convencido intelectualmente de que Jesús es el Cristo, e incluso ha hecho profesión de cristianismo, aunque nunca ha sido verdaderamente salvo. Después de haber gustado las buenas cosas del cristianismo, renuncia totalmente a ellas y repudia al Señor Jesucristo. En Hebreos 6 aprendemos que este pecado es conducente a muerte. Los que cometen este pecado no tienen vía de escape, por cuanto han actuado “crucificando de nuevo para sí mismos al hijo de Dios y exponiéndole a la pública ignominia” (He. 6:6).”
William MacDonald, Comentario al Nuevo Testamento, págs. 1348-1349

La falsa profesión de fe es la sementera de la apostasía. Los cristianos superficiales de hoy están espiritualmente muertos, que se fingen vivos o por un tiempo imitan a los vivos. Pero están engañados acerca de sí mismos. Cualquier día podría abandonar la fe y al hacer esto corren el peligro de volverse apóstatas, es decir, enemigos de la cruz. Amigo, examínate a ti mismo, si estás en la fe. ¿Qué evidencias hay en tu vida de que realmente has nacido de nuevo y eres una nueva criatura? ¿Realmente tienes la vida de Dios o eres sólo un evangélico religioso que juegas a iglesia e imitas a los vivos? “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Jn. 5:12).

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NO SÓLO DE PAN

“No sólo de pan vivirá el hombre”   (Lc. 4:4)
“Jesús les dijo, Yo soy el pan de vida” (Jn. 6:35)

Nuestros antepasados vivieron sin azúcar hasta el siglo XIII, sin fuegos de carbón hasta el siglo XIV, sin patatas hasta el siglo XVI, sin té ni café hasta el siglo XVII y sin electricidad hasta el siglo XIX. Aunque el ser humano puede vivir sin esas comodidades, y muchas otras cosas, hay algo que es muy necesario. Es el Señor Jesucristo. Si uno vive sin Cristo  –el pan de vida–  y así muere, no sólo será espiritualmente malnutrido en la vida, sino que entrará en la eternidad desprovisto de perdón y vida eterna, e irá a la condenación eterna. ¡Hay algo más importante que pan! El pan llena el estómago por poco tiempo, pero Jesucristo cambia la vida para siempre.

Arnot P. McIntee, adaptado de una lectura suya en el calendario “Choice Gleanings”, 2013.

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LAS IGLESIAS TAMBIÉN 
DEBEN ARREPENTIRSE

"¿No es la triste verdad que hoy en muchos lugares casi no se conoce la disciplina en la casa de Dios? ¿A los adúlteros, borrachos, avaros, ladrones, blasfemos y personas profanas se les permite seguir como miembros de iglesias cristianas? Contaminan la asamblea de los santos al participar de la comunión indignamente sin que nadie les impida. ¿No es esa una de las razones principales porqué es cada vez más difícil alcanzar a los inconversos con el evangelio? A nadie le es excusa válida para rechazar a Cristo, sin embargo ¿no es así que en todo lugar los hipócritas son tropezadero en el camino de los inconversos? Hay gran necesidad de llamar también a las iglesias al arrepentimiento y no sólo a los del mundo".
H. A. Ironside, traducido de las págs. 56 -57 de su libro Unless You Repent ("Si No Te Arrepientes"), Gospel Folio Press, 1994.

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CONSEJO EVANGELÍSTICO: 
NO TRATEMOS LIGERAMENTE EL PECADO Y EL JUICIO DIVINO

H. A. Ironside escribió: "Decirle a un hombre que no reconoce su condición perdida que puede ser salvo por la fe en Cristo no tiene sentido para él, aunque es la bendita verdad. Es como echarle un anillo salvavidas a uno que no cree que está a punto de hundirse. Cuando vea el peligro, apreciará la oferta de rescate".   
(Unless You Repent, citado arriba, pág. 34).

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NO HAY FUTURO PARA LOS QUE 
NO ESTÁN EN COMUNIÓN

Pierden algo esencial los que meramente mantienen su tiempo devocional diario y que flotan casualmente de iglesia en iglesia, “tapeando” y “degustando” a capricho suyo, sin integrarse ni involucrarse en ninguna congregación. Nunca se desarrollarán ni madurarán correctamente como creyentes. Están faltando en áreas esenciales de comunicación y relación con sus hermanos cristianos... Debemos reconocer que si Dios nos ha engendrado, entonces hemos nacido en una familia nueva, la familia de Dios. No hay ningún futuro para el cristiano individual que está asilado de la iglesia”.
Michael Griffiths, God’s Forgetful Pilgrims (“Los Peregrinos Olvidadizos de Dios”).

Estar en comunión no es un permiso para venir y tomar la Cena del Señor, sino es unirse, identificarse con la iglesia, asistir a todas sus reuniones, compartir, ayudar y colaborar con los hermanos. Los que no hacen esto, a no ser por enfermedad u otra razón válida, manifiestan que no están realmente en comunión y deben arreglar sus prioridades y amores (Ap. 2:4).

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FUMAR MATA

Vi el aviso por primera vez, en la mano de una mujer que fumaba. Me quedé casi atónito, porque en su mano estaba el aviso bien claro, pero seguía fumando. ¿No sabía leer? ¿Acaso tenía deseo de matarse? Tal vez no lo tomaba en serio. Pero lo que estaba claro era que si se moría de una de las muchas aflicciones causadas por el tabaco, no tendría excusa. Fue avisada del peligro y las consecuencias.
Pero, por dañino y peligroso que sea fumar, hay algo peor que el cigarro. Sus consecuencias son peores, y además, es humanamente imposible de dejar. Es el pecado. Amigo, el pecado mata. La Biblia dice: "El alma que pecare, ésa morirá" (Ezequiel 18:4) y "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). EL PECADO MATA. No sólo se trata de la muerte física, sino de la muerte espiritual, la segunda muerte en el lago de fuego (lea Apocalipsis 20:11-15). El aviso es claro y acertado. Si lo ignoras, sufrirás eternamente.
La filosofía, la psicología y la religión no pueden quitar el pecado.Sólo el Señor Jesucristo puede librarte del pecado y sus terribles consecuencias. ¿Cómo? El apóstol Pedro escribió acerca de Jesucristo: "quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero" (1 Pedro 2:24).  Así que, arrepiéntate de tu pecado y acude al Señor Jesucristo para que te dé perdón y una vida nueva y limpia. Sólo así te salvarás del pecado letal.

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LA INFLUENCIA DE LA FAMILIA 
EN LA IGLESIA

Parte II

por Robert Gessner

2

La Esposa Fuera De Su Lugar

La esposa de Adán ilustra el resultado peligroso de asumir la mujer el liderazgo sobre su marido. Eva es la única mujer que entró en el mundo como esposa. Ella no llegó a ser una esposa muchos años después de su llegada, sino al contrario, comenzó su vida como la esposa de Adán porque con este propósito Dios le creó. Al leer Génesis 3, nos entristece aprender que ella, como la primera esposa, no cumplió la responsabilidad que Dios le dio. En lugar de ser ayuda idónea a su marido, ella tomó el liderazgo en sus manos y actuó unilateralmente, sin consultar a Dios ni a su marido. Contestó a la serpiente en lugar de deferir a su marido, y aun invitó a Adán a comer de la fruta prohibida (Gn. 3:6). “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Ti. 2:11-14).
Aunque Adán permitió que su mujer le aconsejara en ese momento, él no fue exonerado de su responsabilidad. Cuando Pablo escribe en Romanos 5 acerca del primer pecado, claramente asigna la culpa a Adán. “...Como el pecado entró en el mundo por un hombre” (Ro. 5:12). “Porque el marido es cabeza de la mujer” (Ef. 5:23), y por lo tanto, es responsable por los hechos de ella. Es un pensamiento serio que toda esposa debe considerar.
En el orden hermoso y perfecto de Dios, Él otorgó a la mujer el papel de apoyar y servir a su marido, como ayuda idónea. “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor” (Col. 3:18). Si creemos sinceramente las enseñanzas de nuestro Señor, reconoceremos que la mujer tiene el papel más dichoso, porque “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” (Mt. 20:26).
Por múltiples razones, en muchos hogares cristianos hoy día la esposa ha asumido el liderazgo, directa o indirectamente, como matriarca o como manipuladora, en lo cotidiano y también en decisiones espirituales. Haciendo esto, ella está fuera de su sitio, porque debería ceder a su marido el liderazgo y seguirle, en lugar de tomarlo ella.
Ahora bien, surge la pregunta, ¿qué le sucede a la esposa fuera de su sitio cuando entra en la asamblea? Obviamente, ella encuentra que su papel es muy difícil, simplemente porque no lo está practicando en su propio hogar. “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1 Co. 14:34-35). He aquí una gran dificultad. ¿Cómo puede preguntar en casa a su marido, si ella ha tomado el liderazgo en casa? ¿Cómo puede animar a su esposo a tomar responsabilidades públicas en la iglesia si no le anima a hacerlo en el hogar ni se somete, ni le sigue allí?
En las iglesias en países occidentales, es triste ver tantos casos de las mujeres que toman el liderazgo, y cada vez más los hombres se sientan en silencio, o ni siquiera asisten a las reuniones. Debemos orar fervientemente pidiendo que esta rebelión contra el orden de Dios no tome lugar en nuestra asamblea local. La esposa virtuosa y espiritual que verdaderamente desea lo mejor de Dios en su vida, puede contribuir al mantenimiento del orden de Dios en la asamblea. Lo puede y debe hacer animando a su marido de muchas maneras, para que él ponga el hombro ayudando  en la asamblea y tomando su debida responsabilidad. Es interesante observar que la mayoría de los varones activos en una asamblea tienen una esposa que les apoya y les anima. Ella sabiamente desea seguir y apoyar, no figurar ni controlar.
Hay otra forma en que una esposa puede ser una ventaja tremenda para una asamblea. Puede exhortar “a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” (Tit. 2:4-5). A veces a los ancianos de la asamblea les resulta o incómodo o difícil recordarle a una hermana  cosas como por ejemplo, que debería respetar a su marido, que sea más responsable con sus hijos, o que lleve un velo, que se vista con más pudor, u otras cosas. Es de mucha ayuda cuando una mujer piadosa enseña y exhorta así a la hermana, y lo puede hacer en su propia casa o en una visita o conversación personal. Generalmente hablando, la insubordinación de las hermanas jóvenes en la asamblea la han aprendido del ejemplo de otras hermanas de más edad. Mediante nuestro ejemplo de piedad, ayudemos a la asamblea a crecer.

continuará, d.v. en el siguiente número

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LA MUJER VIRTUOSA

 10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
 11 El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias.
 12 Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.
 13 Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos.
 14 Es como nave de mercader; trae su pan de lejos.
 15 Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas.
 16 Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos.
 17 Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos.
 18 Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche.
 19 Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca.
 20 Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso.
 21 No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
 22 Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido.
 23 Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
 24 Hace telas, y vende, y da cintas al mercader.
 25 Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir.
 26 Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.
 27 Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
 28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba:
 29 Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.
 30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
 31 Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos. 

Proverbios 31:10-31



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