EL GRAN MISTERIO DE LA PIEDAD
William MacDonald
William MacDonald
"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne” 1 Timoteo 3:16
El misterio es grande, no por
que sea enigmático sino porque es asombroso. El misterio es la verdad extraordinaria que Dios fue manifestado en carne.
Significa, por ejemplo, que el Eterno nació en un mundo donde hay tiempo, y vivió en una esfera de calendarios y relojes.
Aquel que es Omnipresente y capaz de estar en todos los lugares al mismo tiempo, se confinó a Sí mismo a un sólo lugar: Belén, Nazaret, Capernaum o Jerusalén.
Es maravilloso pensar que el Dios Grande, que llena el cielo y la tierra se comprimiera en un cuerpo humano. Cuando los hombres le miraban podían decir con precisión: “En Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad”.
El misterio nos recuerda que el Creador visitó este insignificante planeta llamado Tierra. Siendo tan sólo una partícula de polvo cósmico, en comparación con el resto del universo, no obstante, pasó por alto el resto para llegar aquí. ¡Del palacio del cielo a un establo, a un pesebre!
El Omnipotente se convirtió en un indefenso Bebé. No es exagerado decir que Aquel a quién María sostenía en sus brazos también sostenía a María, porque Él es el Sustentador así como el Hacedor.
El Omnisciente es la fuente de toda sabiduría y conocimiento y a pesar de esto, leemos acerca de Él que, siendo Niño, crecía en sabiduría y conocimiento. Es casi increíble pensar que el Dueño de todo llegaba como alguien inoportuno a sus propias posesiones. No hubo lugar para Él en el mesón. El mundo no le conoció, los Suyos no le recibieron.
El Amo llegó al mundo como un Siervo. El Señor de la gloria veló Su gloria en un cuerpo de carne. El Señor de la vida vino al mundo a morir. El Santo se internó en una jungla de pecado. Aquel que es infinitamente alto llegó a ser íntimamente cercano. El Objeto de la delicia del Padre y de la adoración angélica se encontró hambriento, sediento y cansado, junto al pozo de Jacob, durmió en una barca en Galilea y vagó “como un extranjero sin hogar en el mundo que Sus manos habían hecho”. Vino del lujo a la pobreza, sin tener siquiera un lugar donde reclinar Su cabeza. Trabajó como carpintero. Jamás durmió en un colchón. Nunca tuvo agua corriente caliente y fría u otras comodidades que nosotros damos por sentado.
¡Y todo fue por ti y por mí! ¡Oh ven, adorémosle!
Significa, por ejemplo, que el Eterno nació en un mundo donde hay tiempo, y vivió en una esfera de calendarios y relojes.
Aquel que es Omnipresente y capaz de estar en todos los lugares al mismo tiempo, se confinó a Sí mismo a un sólo lugar: Belén, Nazaret, Capernaum o Jerusalén.
Es maravilloso pensar que el Dios Grande, que llena el cielo y la tierra se comprimiera en un cuerpo humano. Cuando los hombres le miraban podían decir con precisión: “En Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad”.
El misterio nos recuerda que el Creador visitó este insignificante planeta llamado Tierra. Siendo tan sólo una partícula de polvo cósmico, en comparación con el resto del universo, no obstante, pasó por alto el resto para llegar aquí. ¡Del palacio del cielo a un establo, a un pesebre!
El Omnipotente se convirtió en un indefenso Bebé. No es exagerado decir que Aquel a quién María sostenía en sus brazos también sostenía a María, porque Él es el Sustentador así como el Hacedor.
El Omnisciente es la fuente de toda sabiduría y conocimiento y a pesar de esto, leemos acerca de Él que, siendo Niño, crecía en sabiduría y conocimiento. Es casi increíble pensar que el Dueño de todo llegaba como alguien inoportuno a sus propias posesiones. No hubo lugar para Él en el mesón. El mundo no le conoció, los Suyos no le recibieron.
El Amo llegó al mundo como un Siervo. El Señor de la gloria veló Su gloria en un cuerpo de carne. El Señor de la vida vino al mundo a morir. El Santo se internó en una jungla de pecado. Aquel que es infinitamente alto llegó a ser íntimamente cercano. El Objeto de la delicia del Padre y de la adoración angélica se encontró hambriento, sediento y cansado, junto al pozo de Jacob, durmió en una barca en Galilea y vagó “como un extranjero sin hogar en el mundo que Sus manos habían hecho”. Vino del lujo a la pobreza, sin tener siquiera un lugar donde reclinar Su cabeza. Trabajó como carpintero. Jamás durmió en un colchón. Nunca tuvo agua corriente caliente y fría u otras comodidades que nosotros damos por sentado.
¡Y todo fue por ti y por mí! ¡Oh ven, adorémosle!
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¿POR QUÉ AHORA?
¿Por qué hablar en estas fechas del nacimiento de Jesucristo? Adam Clarke, teólogo británico y erudito bíblico en el Vol. 5 de su obra: Commentary on the Bible ("Comentario Bíblico"), hace unas apreciaciones muy interesantes respecto a la fecha del nacimiento de Cristo:
"…Era una antigua costumbre de los judíos de esos días, enviar afuera sus ovejas a los campos y desiertos cerca del 'Passover' (inicio de la primavera) … “durante el tiempo que estaban afuera, los pastores vigilaban las ovejas noche y día. Cuando caían las primeras tempranas lluvias, en el mes de Marchesvan, correspondiente a parte de nuestro octubre y noviembre (comienza a mediados de octubre), encontramos que las ovejas eran mantenidas. Y, como estos pastores no llevaban a sus hogares sus rebaños, presumimos en el argumento de que octubre aún no había comenzado, y que, consecuentemente, nuestro Señor no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos; no podría haber nacido después de septiembre, ya que los rebaños permanecían afuera en los campos por la noche”…
Según Clarke, los pastores de Israel acostumbraban a traer sus rebaños desde las laderas de las montañas y campos y las guardaban hacia mitad de octubre, ya que en estas fechas empezaban las frecuentes lluvias y seguían los fríos del invierno.
Diciembre es la fecha establecida por la Iglesia Católica Romana, siguiendeo costumbres paganas, y las festividades carecen de fundamento en el Nuevo Testamento, pues no forman parte de la doctrina y práctica de la iglesia primitiva. No es correcto enseñar esa práctica ni dar mal ejemplo a otros.
"…Era una antigua costumbre de los judíos de esos días, enviar afuera sus ovejas a los campos y desiertos cerca del 'Passover' (inicio de la primavera) … “durante el tiempo que estaban afuera, los pastores vigilaban las ovejas noche y día. Cuando caían las primeras tempranas lluvias, en el mes de Marchesvan, correspondiente a parte de nuestro octubre y noviembre (comienza a mediados de octubre), encontramos que las ovejas eran mantenidas. Y, como estos pastores no llevaban a sus hogares sus rebaños, presumimos en el argumento de que octubre aún no había comenzado, y que, consecuentemente, nuestro Señor no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos; no podría haber nacido después de septiembre, ya que los rebaños permanecían afuera en los campos por la noche”…
Según Clarke, los pastores de Israel acostumbraban a traer sus rebaños desde las laderas de las montañas y campos y las guardaban hacia mitad de octubre, ya que en estas fechas empezaban las frecuentes lluvias y seguían los fríos del invierno.
Diciembre es la fecha establecida por la Iglesia Católica Romana, siguiendeo costumbres paganas, y las festividades carecen de fundamento en el Nuevo Testamento, pues no forman parte de la doctrina y práctica de la iglesia primitiva. No es correcto enseñar esa práctica ni dar mal ejemplo a otros.
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La Metástasis de la Psicología
Hoy la psicología está en muchas iglesias, universidades "cristianas" y escuelas teológicas que ofrecen licenciatura en "Consejería". (por ej., en EE.UU., Master's College and Seminary en Sta. Clarita, California; el Instituto Bíblico Moody en Chicago; Dallas Seminario Bíblico en Dallas, Texas; Emmaus Bible College en Dubuque, Iowa; Bob Jones University en Carolina del Sur, y más).
Hemos demorado en quitar la psicología de la iglesia, y ahora sufrimos la metástasis de ella. Metástasis significa: cambio de lugar - www.sanitas.es explica: "Cuando el cáncer se propaga desde la parte del cuerpo donde comenzó (sitio primario) a otras partes del cuerpo se le llama metástasis. La metástasis puede ocurrir cuando las células se desprenden de un tumor canceroso y viajan a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo o los vasos linfáticos... Las células cancerosas que se trasladan a través de los vasos sanguíneos o linfáticos se pueden propagar a otros órganos o tejidos en partes distantes del cuerpo". Esto ha sucedido en la iglesia. La psicología no fue extirpada, y las "células cancerosas" se han extendido a todas partes. Ahora son mucho más difíciles de eliminar.
Hemos demorado en quitar la psicología de la iglesia, y ahora sufrimos la metástasis de ella. Metástasis significa: cambio de lugar - www.sanitas.es explica: "Cuando el cáncer se propaga desde la parte del cuerpo donde comenzó (sitio primario) a otras partes del cuerpo se le llama metástasis. La metástasis puede ocurrir cuando las células se desprenden de un tumor canceroso y viajan a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo o los vasos linfáticos... Las células cancerosas que se trasladan a través de los vasos sanguíneos o linfáticos se pueden propagar a otros órganos o tejidos en partes distantes del cuerpo". Esto ha sucedido en la iglesia. La psicología no fue extirpada, y las "células cancerosas" se han extendido a todas partes. Ahora son mucho más difíciles de eliminar.
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El Lugar Clave De La Biblia
El Salmo 1:2 identifica el lugar que ocupa la Palabra de Dios en la vida del creyente: “...está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”. En otro lugar el salmista exclamó: “Oh cuánto amo yo tu ley, todo el día es ella mi meditación” (Sal. 119:97). En nuestros tiempos pocos podrín decir esto. Muchas personas hoy están continuamente ocupadas con teléfonos, televisores, música, etc. Amigo, permíteme preguntar: ¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en tu vida?
En Mateo 4:4 el Señor, durante Su tentación, declara que el hombre vivirá de toda palabra que sale de la boca de Dios. Como seguidores Suyos, necesitamos la Palabra de Dios para combatir la tentación. Resistimos al diablo con ella diciendo: “Escrito está” como hizo nuestro Señor.
El Salmo 119:9 declara que obedeciendo a la Palabra de Dios limpiamos nuestro camino. El versículo 11 dice: “en mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”.
En el Salmo 119:89 aprendemos que la Palabra de Dios permanece para siempre en los cielos. No se caduca, ni se invalida con el paso de tiempo. A los que dicen: “los tiempos han cambiado” debemos responder que la Palabra permanece para siempre (1 P. 1:23). Ningún otro libro es así.
Pasando al Salmo 119:105 vemos que con ella Dios guía nuestros pasos e ilumina nuestro camino. Él que sabe más y ve más lejos que nosotros, nos guía por Su Palabra. Ningún consejera ni guía hay como la Biblia.
En Juan 17:17 el Señor dice: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Dios nos santifica por Su Palabra, no por ceremonias y experiencias. Poca Biblia, poca santificación.
2 Corintios 3:18 indica que somos transformados y renovados por la Palabra de Dios (Ro. 12:2). En ella aprendemos la voluntad de Dios, que es buena, perfecta y agradable.
1 Pedro 2:2-3 enseña que crecemos mediante la Palabra de Dios. Por eso debemos desearla, buscarla y alimentarnos de ella todos los días. Job dijo: “Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Es de más valor que nuestra comida, sin embargo, muchos comen tres o cuatro veces al día, y a penas pasan diez minutos una vez en la Palabra. ¡Seamos más como Job! Sigamos el consejo dado a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Jos. 1:8).
Pasando al Salmo 119:105 vemos que con ella Dios guía nuestros pasos e ilumina nuestro camino. Él que sabe más y ve más lejos que nosotros, nos guía por Su Palabra. Ningún consejera ni guía hay como la Biblia.
En Juan 17:17 el Señor dice: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Dios nos santifica por Su Palabra, no por ceremonias y experiencias. Poca Biblia, poca santificación.
2 Corintios 3:18 indica que somos transformados y renovados por la Palabra de Dios (Ro. 12:2). En ella aprendemos la voluntad de Dios, que es buena, perfecta y agradable.
1 Pedro 2:2-3 enseña que crecemos mediante la Palabra de Dios. Por eso debemos desearla, buscarla y alimentarnos de ella todos los días. Job dijo: “Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Es de más valor que nuestra comida, sin embargo, muchos comen tres o cuatro veces al día, y a penas pasan diez minutos una vez en la Palabra. ¡Seamos más como Job! Sigamos el consejo dado a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Jos. 1:8).
Carlos
En Tu Palabra, oh Padre Dios, ¡Que bella luz se ve! Bendita celestial porción, gozada por la fe.
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EL LIBRO DEL MES
¿Psicología?, por Carlos Tomás Knott
¿Qué derecho tiene la psicología a hacerse pasar por ciencia y medicina y meterse en las iglesias? La Biblia manda a los creyentes: "examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21). De manera sencilla, bíblica y documentada el autor nos lleva a cumplir ese deber. Presenta la raíz y procedencia de la psicología, y descubre las falacias de ella y sus seguidores.
¿Qué derecho tiene la psicología a hacerse pasar por ciencia y medicina y meterse en las iglesias? La Biblia manda a los creyentes: "examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21). De manera sencilla, bíblica y documentada el autor nos lleva a cumplir ese deber. Presenta la raíz y procedencia de la psicología, y descubre las falacias de ella y sus seguidores.
precio: 5 euros
www.editorial-berea.com
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El Infierno
¡El infierno! La prisión del desespero,
Voy a mostrarte algunas cosas que no encontrarás allí:
No habrá flores que se abran a los lados del Infierno,
Ni bellezas naturales a las que aquí tanto amamos,
No hay consuelos hogareños, músicas ni canciones,
No hallarás gozo amistoso entre aquellas multitudes;
Ni chiquillos que alegren la pesada y larga noche;
Ni una cariñosa sonrisa en la región de las noches;
No hay gracia, no hay perdón, misericordia y compasión.
Tampoco hay agua, ¡oh Dios! ¡qué terrible lugar!
Los remordimientos del perdido nadie puede explicar,
Ni un momento de alivio,
¡No hay descanso en el Infierno!
¡El infierno! La prisión del desespero,
Te mostraré algunas cosas que allí estarán:
Fuego y azufre sabemos que hay,
Pues Dios en Su Palabra nos dice así,
Memoria, remordimiento, dolor y sufrimiento,
Llanto y gemido, mas todo en vano;
Blasfemos, maldicientes, aborrecedores de Dios,
Los que a Cristo rechazaron mientras en la tierra andaban;
Asesinos, jugadores, borrachos y mentirosos,
Tendrán en el lago de fuego su parte;
El sucio, el vil, el cruel y mezquino,
¡Qué horrorosa multitud será vista en el Infierno!
Sí, más que lo que cualquier humano sobre la tierra pueda
describir,
¡Son los tormentos y desgracias del Infierno eterno!
autor desconocido
Estimado amigo, el infierno no es un cuento, ni un mito inventado por Dante ni otros de la Edad Media para asustar y controlar a la gente. Es la segunda muerte, la paga del pecado, y ciertamente tu destino personal a menos que te arrepientas y confíes en el Señor Jesucristo.
Ninguna iglesia, filosofía ni buena obra puede salvarte, sino sólo Jesucristo, pues Él murió pagando por ti la paga del pecado que es muerte. Confía en Él y serás salvo del infierno.
Ninguna iglesia, filosofía ni buena obra puede salvarte, sino sólo Jesucristo, pues Él murió pagando por ti la paga del pecado que es muerte. Confía en Él y serás salvo del infierno.
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INFORME ESPECIAL
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?
II
Martin y Deidre Bobgan
Sobre La Psicología: ¿Ciencia o Religión?
II
Martin y Deidre Bobgan
(viene del número anterior)
¿Es La Psicología Una Ciencia?
El pueblo de Dios busca sabiduría y conocimiento tanto de la revelación de las Escrituras como del mundo físico. Pablo argumenta que todos somos responsables delante de Dios, porque la creación da evidencia de Su existencia:
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro. 1:20).
También el rey David declaró: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1).
El estudio científico es una manera válida de entender la obra de Dios, y puede ser muy útil en muchos aspectos de la vida. La verdadera ciencia desarrolla teorías en base a lo que es observado. Examina cada teoría con pruebas rigurosas para ver si cuadra con la realidad. El método científico funciona bien observando y anotando datos físicos y sacando conclusiones que confirman o invalidan una teoría.
A mediados del siglo XIX, algunos expertos (filósofos, realmente) deseaban estudiar la naturaleza humana con la esperanza de aplicar el método científico para observar, anotar y tratar la conducta humana. Creían que si pudieran estudiar científicamente a las personas, luego podrían entender más precisamente su comportamiento actual, predecir su comportamiento futuro y alterarlo mediante una intervención científica.
La psicología y su rama activa de la psicoterapia ciertamente han querido adoptar para sí una postura científica. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente científica, no cumplen los requisitos.
La Asociación Americana de Psicología intentó evaluar el estado de la psicología. Designó a Sigmund Koch para planificar y dirigir un estudio subvencionado por la Fundación Nacional de Ciencia. Ese estudio empleó a ochenta eruditos eminentes para evaluar los datos, las teorías y los métodos de la psicología. Publicaron los resultados en siete tomos titulados: Psychology: A Study of Science (“La Psicología: Un Estudio de la Ciencia”). Koch describe el engaño de pensar en la psicología como ciencia:
“La esperanza de una ciencia psicológica les llegó a ser indistinguible de la realidad. Toda la historia posterior de la psicología puede verse como un intento ritualista a imitar las formas de la ciencia para sostener la delusión de ser científica”.1
Koch también dice:
“A lo largo de la historia de la psicología como ‘ciencia’, los conocimientos concretos que ha depositado son uniformemente negativos”.2
Posiblemente podrían ser científicas las declaraciones psicológicas que describen la conducta humana o reportan los resultados de ciertas investigaciones. Pero si dejamos de describir la conducta humana y comenzamos a explicarlo, especialmente si intentamos cambiarlo, vamos de la ciencia a la opinión.
Cuando cambiamos de describir a prescribir, vamos de la objetividad a la opinión. Y si presentamos como verdades o datos científicos las opiniones acerca del comportamiento, eso es mera pseudociencia (“falsa ciencia”). Descansa sobre premisas falsas (opiniones, conjeturas, explicaciones subjetivas), y conduce a conclusiones falsas.
Un diccionario define así la pseudociencia: “un sistema de teorías, presunciones y métodos erróneos que son considerados científicos”.3 Incluye el uso de la etiqueta científico para proteger y promover creencias, prácticas y afirmaciones vagas, contradictorias, exageradas o infalsables.
Un aspecto de la psicología que está plagado de pseudociencia es la psicoterapia. Si la psicoterapia hubiera triunfado como ciencia, tendríamos un consenso en esa disciplina respecto a los problemas mentales-emocionales-conductuales y cómo tratarlos. Al contrario, la psicoterapia está llena de teorías y técnicas contradictorias, las cuales comunican confusión en lugar de algo parecido al orden científico.
La psicoterapia se propaga usando muchas explicaciones conflictivas acerca del hombre y su conducta. El psicólogo Roger Mills, en su artículo: “Psychology Goes Insane, Botches Role In Science” (“La Psicología se Enloquece y Fracasa como Ciencia”), dice:
“El campo de la psicología hoy es literalmente un caos. Existen tantos métodos, técnicas y teorías como investigadores y terapeutas. Personalmente he visto a terapeutas convencer a sus clientes que todos sus problemas vienen de sus madres, las estrellas, su composición bio-química, su dieta, su estilo de vida e incluso el ‘karma’ de sus vidas anteriores”.4
Existen más de 250 sistemas distintos de psicoterapia, y cada uno profesa ser superior a los otros. Es difícil considerar esas opiniones tan diversas y subjetivas como científicas o aun factuales. Los fundamentos reales de la psicoterapia no están en la ciencia, sino en varias vistas filosóficas del mundo, especialmente el determinismo, el humanismo secular, el conductismo, el existencialismo e incluso el evolucionismo. El psiquiatra investigador E. Fuller Torrey habla sin pelos en la lengua al decir:
“Las técnicas empleadas por los psiquiatras en el occidente, con pocas excepciones están exactamente al mismo nivel científico que las técnicas empleadas por los hechiceros”.5
La Psicología Como Religión
Durante siglos los filósofos, teólogos, miembros de sectas y practicantes del ocultismo han buscado explicar el por qué del comportamiento de las personas y cómo pueden cambiar. Esas explicaciones forman la base de la psicología moderna. Pero el problema es que la psicología se dirige a los mismos áreas de interés que las Escrituras ya trataron.
Puesto que la Palabra de Dios enseña cómo vivir, todas las ideas acerca del por qué de la conducta y cómo cambiarla deben considerarse de naturaleza religiosa. Donde la Biblia profesa ser divinamente inspirada, la psicología alega tener apoyo científico. No obstante, en lo referente a la conducta, las actitudes, los morales y valores, se trata no de ciencia sino de religión – ya sea la fe cristiana o cualquiera de un número de otras religiones, incluso el humanismo secular.
Richard Feynman, ganador del premio Nobel, al considerar al profesado estado científico de la psicoterapia, aclara: “el psicoanálisis no es una ciencia”, y que “quizás se parece más a la hechicería”.6
El mismo Carl G. Jung (1875-1961, discípulo de Freud) escribió:
“Las religiones son sistemas para sanar las enfermedades psíquicas... Por eso los pacientes fuerzan al psicoterapeuta a actuar como un sacerdote, y esperan y demandan que él les libre de toda su angustia. Por eso, los psicoterapeutas debemos ocuparnos con problemas que, estrictamente hablando, pertenecen al teólogo”.7
Nota que Jung dijo “las religiones” y no “el cristianismo”. Él había repudiado el cristianismo y exploraba otras formas de experiencia religiosa, incluso el ocultismo. Sin desechar la naturaleza religiosa del ser humano, Jung rechazó al Dios de la Biblia y asumió para sí el papel de un sacerdote. Consideraba a todas las religiones, incluso el cristianismo, como mitologías colectivas. No creía que fuesen reales en esencia, pero que sí podrían afectar la personalidad humana, y así servirían para solucionar problemas humanos.
A diferencia de Jung, Sigmund Freud redujo toda creencia religiosa al estado de ilusión y la llamó: “la neurosis obsesiva de la humanidad”.8 Consideraba la religión como ilusoria y por eso perjudicial y causa de problemas mentales.
Las opiniones de Freud y Jung aciertan respecto a las religiones del mundo, pero además son anticristianas. Freud niega al cristianismo y Jung lo reduce a una mitología.
Los dos repudiaron al Dios de la Biblia, y lideraron a sus seguidores en la búsqueda de explicaciones alternativas de la humanidad, y soluciones alternativas a los problemas de la vida. Se entregaron a sus propias imaginaciones limitadas, viendo a sus pacientes a través de su propia subjetividad y prejuicio anticristianos.
La fe que ha sido una vez dada a los santos (Jud. 3) fue reemplazada con una fe sucedánea disfrazada de medicina o ciencia, pero fundada sobre lo que directamente contradice la Biblia.
¿Es La Psicología Una Ciencia?
El pueblo de Dios busca sabiduría y conocimiento tanto de la revelación de las Escrituras como del mundo físico. Pablo argumenta que todos somos responsables delante de Dios, porque la creación da evidencia de Su existencia:
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro. 1:20).
También el rey David declaró: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1).
El estudio científico es una manera válida de entender la obra de Dios, y puede ser muy útil en muchos aspectos de la vida. La verdadera ciencia desarrolla teorías en base a lo que es observado. Examina cada teoría con pruebas rigurosas para ver si cuadra con la realidad. El método científico funciona bien observando y anotando datos físicos y sacando conclusiones que confirman o invalidan una teoría.
A mediados del siglo XIX, algunos expertos (filósofos, realmente) deseaban estudiar la naturaleza humana con la esperanza de aplicar el método científico para observar, anotar y tratar la conducta humana. Creían que si pudieran estudiar científicamente a las personas, luego podrían entender más precisamente su comportamiento actual, predecir su comportamiento futuro y alterarlo mediante una intervención científica.
La psicología y su rama activa de la psicoterapia ciertamente han querido adoptar para sí una postura científica. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente científica, no cumplen los requisitos.
La Asociación Americana de Psicología intentó evaluar el estado de la psicología. Designó a Sigmund Koch para planificar y dirigir un estudio subvencionado por la Fundación Nacional de Ciencia. Ese estudio empleó a ochenta eruditos eminentes para evaluar los datos, las teorías y los métodos de la psicología. Publicaron los resultados en siete tomos titulados: Psychology: A Study of Science (“La Psicología: Un Estudio de la Ciencia”). Koch describe el engaño de pensar en la psicología como ciencia:
“La esperanza de una ciencia psicológica les llegó a ser indistinguible de la realidad. Toda la historia posterior de la psicología puede verse como un intento ritualista a imitar las formas de la ciencia para sostener la delusión de ser científica”.1
Koch también dice:
“A lo largo de la historia de la psicología como ‘ciencia’, los conocimientos concretos que ha depositado son uniformemente negativos”.2
Posiblemente podrían ser científicas las declaraciones psicológicas que describen la conducta humana o reportan los resultados de ciertas investigaciones. Pero si dejamos de describir la conducta humana y comenzamos a explicarlo, especialmente si intentamos cambiarlo, vamos de la ciencia a la opinión.
Cuando cambiamos de describir a prescribir, vamos de la objetividad a la opinión. Y si presentamos como verdades o datos científicos las opiniones acerca del comportamiento, eso es mera pseudociencia (“falsa ciencia”). Descansa sobre premisas falsas (opiniones, conjeturas, explicaciones subjetivas), y conduce a conclusiones falsas.
Un diccionario define así la pseudociencia: “un sistema de teorías, presunciones y métodos erróneos que son considerados científicos”.3 Incluye el uso de la etiqueta científico para proteger y promover creencias, prácticas y afirmaciones vagas, contradictorias, exageradas o infalsables.
Un aspecto de la psicología que está plagado de pseudociencia es la psicoterapia. Si la psicoterapia hubiera triunfado como ciencia, tendríamos un consenso en esa disciplina respecto a los problemas mentales-emocionales-conductuales y cómo tratarlos. Al contrario, la psicoterapia está llena de teorías y técnicas contradictorias, las cuales comunican confusión en lugar de algo parecido al orden científico.
La psicoterapia se propaga usando muchas explicaciones conflictivas acerca del hombre y su conducta. El psicólogo Roger Mills, en su artículo: “Psychology Goes Insane, Botches Role In Science” (“La Psicología se Enloquece y Fracasa como Ciencia”), dice:
“El campo de la psicología hoy es literalmente un caos. Existen tantos métodos, técnicas y teorías como investigadores y terapeutas. Personalmente he visto a terapeutas convencer a sus clientes que todos sus problemas vienen de sus madres, las estrellas, su composición bio-química, su dieta, su estilo de vida e incluso el ‘karma’ de sus vidas anteriores”.4
Existen más de 250 sistemas distintos de psicoterapia, y cada uno profesa ser superior a los otros. Es difícil considerar esas opiniones tan diversas y subjetivas como científicas o aun factuales. Los fundamentos reales de la psicoterapia no están en la ciencia, sino en varias vistas filosóficas del mundo, especialmente el determinismo, el humanismo secular, el conductismo, el existencialismo e incluso el evolucionismo. El psiquiatra investigador E. Fuller Torrey habla sin pelos en la lengua al decir:
“Las técnicas empleadas por los psiquiatras en el occidente, con pocas excepciones están exactamente al mismo nivel científico que las técnicas empleadas por los hechiceros”.5
La Psicología Como Religión
Durante siglos los filósofos, teólogos, miembros de sectas y practicantes del ocultismo han buscado explicar el por qué del comportamiento de las personas y cómo pueden cambiar. Esas explicaciones forman la base de la psicología moderna. Pero el problema es que la psicología se dirige a los mismos áreas de interés que las Escrituras ya trataron.
Puesto que la Palabra de Dios enseña cómo vivir, todas las ideas acerca del por qué de la conducta y cómo cambiarla deben considerarse de naturaleza religiosa. Donde la Biblia profesa ser divinamente inspirada, la psicología alega tener apoyo científico. No obstante, en lo referente a la conducta, las actitudes, los morales y valores, se trata no de ciencia sino de religión – ya sea la fe cristiana o cualquiera de un número de otras religiones, incluso el humanismo secular.
Richard Feynman, ganador del premio Nobel, al considerar al profesado estado científico de la psicoterapia, aclara: “el psicoanálisis no es una ciencia”, y que “quizás se parece más a la hechicería”.6
El mismo Carl G. Jung (1875-1961, discípulo de Freud) escribió:
“Las religiones son sistemas para sanar las enfermedades psíquicas... Por eso los pacientes fuerzan al psicoterapeuta a actuar como un sacerdote, y esperan y demandan que él les libre de toda su angustia. Por eso, los psicoterapeutas debemos ocuparnos con problemas que, estrictamente hablando, pertenecen al teólogo”.7
Nota que Jung dijo “las religiones” y no “el cristianismo”. Él había repudiado el cristianismo y exploraba otras formas de experiencia religiosa, incluso el ocultismo. Sin desechar la naturaleza religiosa del ser humano, Jung rechazó al Dios de la Biblia y asumió para sí el papel de un sacerdote. Consideraba a todas las religiones, incluso el cristianismo, como mitologías colectivas. No creía que fuesen reales en esencia, pero que sí podrían afectar la personalidad humana, y así servirían para solucionar problemas humanos.
A diferencia de Jung, Sigmund Freud redujo toda creencia religiosa al estado de ilusión y la llamó: “la neurosis obsesiva de la humanidad”.8 Consideraba la religión como ilusoria y por eso perjudicial y causa de problemas mentales.
Las opiniones de Freud y Jung aciertan respecto a las religiones del mundo, pero además son anticristianas. Freud niega al cristianismo y Jung lo reduce a una mitología.
Los dos repudiaron al Dios de la Biblia, y lideraron a sus seguidores en la búsqueda de explicaciones alternativas de la humanidad, y soluciones alternativas a los problemas de la vida. Se entregaron a sus propias imaginaciones limitadas, viendo a sus pacientes a través de su propia subjetividad y prejuicio anticristianos.
La fe que ha sido una vez dada a los santos (Jud. 3) fue reemplazada con una fe sucedánea disfrazada de medicina o ciencia, pero fundada sobre lo que directamente contradice la Biblia.
continuará, d.v., en el número siguiente