Israel, Mi Amada
Mi deleite está en ella – Hepsiba – es el nombre que el Señor dio a Su antiguo pueblo. Los dieciséis profetas recibieron gozosos cientos de profecías de bendición para Israel. El Señor Jesús lloró sobre Jerusalén (no Tiro y Sidón) y quiso muchas veces juntarla como la gallina a sus polluelos. La Palabra de Dios nos instruye a orar por la paz de Jerusalén.
Hoy en día algunos israelíes están muy dispuestos a sacrificarse por el proceso de la paz. En cambio, otros dan sus vidas en asesinatos suicidas a fin de sabotear esa paz.
Nosotros anticipamos la venida de nuestro Señor, esperanzados por los eventos que ocurren en Israel. Nuestros intereses en el arrebatamiento se centran en el Señor, Sus recompensas, Su novia, y el día de la boda. Seguramente Sus pensamientos también están centrados en esto. Pero también Se preocupará intensamente por Su amada Israel. ¿Qué dicen las Escrituras acerca de los siete años después del rapto?
Los israelíes nacidos de nuevo, por supuesto, ascenderán en las nubes para encontrarse en el aire con el Señor. Desgraciadamente, es evidente que estos serán sólo una minoría muy reducida de los 18.000.000 de judíos que viven hoy en día. Pronto la nación hará un pacto de siete años con el futuro dictador mundial, y comenzará la construcción del templo. Hoy se rumorea que los planes y las preparaciones se están finalizando, lo cual quiere decir que muy pronto comenzará la construcción. Acto seguido se inaugurarán los sacrificios.
Antes de que los ángeles de ira empiezen a derramar los juicios de la Tribulación, otros pondrán el nombre del Padre como sello sobre 144.000 varones jóvenes de Israel. Aunque nunca aceptarán el número 666 del hombre de pecado, sus vidas serán preservadas durante la Tribulación. El Cordero se regocijará con ellos en el Monte de Sión, cantando un cántico nuevo que nadie más puede aprender (Ap. 14:1-5).
Estos varones jóvenes serán vírgenes y no se hallará en ellos ningún engaño. Estarán sin mancha delante de Dios. Serán las primicias del periodo de la Tribulación y seguirán al Cordero dondequiera que Él vaya. La novia también estará con el Cordero, de modo que estos jóvenes le serán a la novia como un compañero.
Suponiendo que más o menos un 10% de los 9.000.000 de varones en Israel se pueden considerar “jóvenes”, la sexta parte de estos son los 144.000. A menos que nuestras esperanzas de la segunda venida del Señor estén muy equivocados, es probable que los 144.000 estén vivos hoy día. Están viviendo vidas puras, todavía no entregados a Cristo, pero listos para creer cuando el Espíritu obre en ellos. Es un grupo interesante.
Su tarea después de ser sellados parece ser propagar el evangelio eterno. El fruto de este ministerio se puede ver en los muchos designados como ovejas a la mano derecha del Señor cuando Él se sienta para juzgar a los gentiles vivos. Pero antes que el Señor intervenga, muchos más creyentes nuevos serán muertos, tanto judíos como gentiles.
Cuando se abre el quinto sello, los israelíes creyentes que hayan sido muertos durante los siete años se ven bajo el altar como mártires (Ap. 6). Muchos más sobrevivirán los terrores de la Tribulación y le verán al Señor cuando Él aparezca. Ellos también creerán, con lágrimas de remordimiento por su rechazo nacional de su Rey (Zac. 12:10). Muchas ovejas gentiles heredarán el reino que les fue preparado desde la eternidad (Mt. 25:34), pero Israel será la nación predominante en el Milenio. Los apóstoles reinarán sobre las tribus (Mt. 19:28), y rápidamente construirán el templo, como se describe en Ezequiel.
Pronto vienen días grandes para Israel y para la humanidad. Todavía más felices serán aquellos israelíes y los gentiles que aceptan a Cristo ahora, en la edad de la gracia. Así que, nunca dejemos de orar e interceder fervientemente en apoyo de todos los que trabajan para llevarle la Luz a Hepsiba, la nación amada de Dios.
Hoy en día algunos israelíes están muy dispuestos a sacrificarse por el proceso de la paz. En cambio, otros dan sus vidas en asesinatos suicidas a fin de sabotear esa paz.
Nosotros anticipamos la venida de nuestro Señor, esperanzados por los eventos que ocurren en Israel. Nuestros intereses en el arrebatamiento se centran en el Señor, Sus recompensas, Su novia, y el día de la boda. Seguramente Sus pensamientos también están centrados en esto. Pero también Se preocupará intensamente por Su amada Israel. ¿Qué dicen las Escrituras acerca de los siete años después del rapto?
Los israelíes nacidos de nuevo, por supuesto, ascenderán en las nubes para encontrarse en el aire con el Señor. Desgraciadamente, es evidente que estos serán sólo una minoría muy reducida de los 18.000.000 de judíos que viven hoy en día. Pronto la nación hará un pacto de siete años con el futuro dictador mundial, y comenzará la construcción del templo. Hoy se rumorea que los planes y las preparaciones se están finalizando, lo cual quiere decir que muy pronto comenzará la construcción. Acto seguido se inaugurarán los sacrificios.
Antes de que los ángeles de ira empiezen a derramar los juicios de la Tribulación, otros pondrán el nombre del Padre como sello sobre 144.000 varones jóvenes de Israel. Aunque nunca aceptarán el número 666 del hombre de pecado, sus vidas serán preservadas durante la Tribulación. El Cordero se regocijará con ellos en el Monte de Sión, cantando un cántico nuevo que nadie más puede aprender (Ap. 14:1-5).
Estos varones jóvenes serán vírgenes y no se hallará en ellos ningún engaño. Estarán sin mancha delante de Dios. Serán las primicias del periodo de la Tribulación y seguirán al Cordero dondequiera que Él vaya. La novia también estará con el Cordero, de modo que estos jóvenes le serán a la novia como un compañero.
Suponiendo que más o menos un 10% de los 9.000.000 de varones en Israel se pueden considerar “jóvenes”, la sexta parte de estos son los 144.000. A menos que nuestras esperanzas de la segunda venida del Señor estén muy equivocados, es probable que los 144.000 estén vivos hoy día. Están viviendo vidas puras, todavía no entregados a Cristo, pero listos para creer cuando el Espíritu obre en ellos. Es un grupo interesante.
Su tarea después de ser sellados parece ser propagar el evangelio eterno. El fruto de este ministerio se puede ver en los muchos designados como ovejas a la mano derecha del Señor cuando Él se sienta para juzgar a los gentiles vivos. Pero antes que el Señor intervenga, muchos más creyentes nuevos serán muertos, tanto judíos como gentiles.
Cuando se abre el quinto sello, los israelíes creyentes que hayan sido muertos durante los siete años se ven bajo el altar como mártires (Ap. 6). Muchos más sobrevivirán los terrores de la Tribulación y le verán al Señor cuando Él aparezca. Ellos también creerán, con lágrimas de remordimiento por su rechazo nacional de su Rey (Zac. 12:10). Muchas ovejas gentiles heredarán el reino que les fue preparado desde la eternidad (Mt. 25:34), pero Israel será la nación predominante en el Milenio. Los apóstoles reinarán sobre las tribus (Mt. 19:28), y rápidamente construirán el templo, como se describe en Ezequiel.
Pronto vienen días grandes para Israel y para la humanidad. Todavía más felices serán aquellos israelíes y los gentiles que aceptan a Cristo ahora, en la edad de la gracia. Así que, nunca dejemos de orar e interceder fervientemente en apoyo de todos los que trabajan para llevarle la Luz a Hepsiba, la nación amada de Dios.
R.E. Harlow, traducido de la revista “Missions” por Josué Knott
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"Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra". (Promesa de Dios a Abraham en Génesis 12:1-3)
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¿Cuán Importante Es La Doctrina Del Infierno?
(Parte II)
Donald Norbie
(Parte II)
Donald Norbie
Debemos preguntar: "¿Qué creía el Señor Jesucristo mismo acerca de lo que hay después de la muerte?" Al leer la Biblia descubrimos que Él hablaba frecuentemente en los Evangelios sobre el Gehena como la morada final de los impíos. (Gehena, heb. gé-Hinon, el valle de Hinon, estaba situado fuera de Jerusalén, y se convirtió en un símbolo profético de juicio y castigo eterno, debido a su asociación con la vileza de la idolatría — Jer. 7:31-32).
El Señor advertía que el enojo y el desprecio hacen a sus portadores culpables de juicio y les exponen al fuego del Gehena (Mt. 5:22). Dijo que si uno pudiera escaparse de este lugar espantoso mediante la amputación de una mano o sacando su ojo derecho, sería sabio hacerlo (Mt. 5:29-30; 18:9). Advertía que Dios puede echar el cuerpo y el alma en el infierno (Mt. 10:28).
Advertía a los hipócritas, preguntándoles: “¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?” (Mt. 23:33). Siete veces en Mateo el Señor advierte acerca del infierno. Marcos y Lucas relatan advertencias semejantes. Así que, el Señor Jesucristo creía en el infierno.
En Lucas 16 nuestro Señor corrió el telón para descubrir delante nuestro el mundo de la ultratumba. Describió a dos hombres que se conocían en esta vida, y lo que les aconteció después de la muerte. Uno de ellos, Lázaro, es llevado a la morada de los bienaventurados y allí es consolado con Abraham. Está totalmente consciente y capaz de expresarse. El otro gime después de la muerte, estando en agonía, “estoy atormentado en esta llama” (Lc. 16:24). ¿Hemos de creer que nuestro Señor estaba engañando a Sus seguidores, o realmente existe un lugar de castigo para los muertos? Concedido que no sabemos todo acerca de ese castigo, pero si las palabras tienen sentido y si Cristo dijo la verdad, entonces existe un lugar de castigo para los perdidos.
Esa realidad también fue proclamada por los apóstoles. Pablo, hablando acerca de los perdidos, afirma lo siguiente: “los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Ts. 1:9). Pedro escribe: “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 P. 2:9). Juan advierte acerca del día venidero cuando pasará esto: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap. 20:15). La bestia y el falso profeta todavía existen y sufren después de estar 1.000 años en este lugar de juicio (Ap. 20:10). Juan dice que los pecadores: “tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Ap. 21:8).
Tal es la enseñanza de la Escritura. Puede que alguno lo encuentre difícil de aceptar para la mente natural. En cuanto a tantas personas que son en un sentido “majas”, pero que excluyen a Dios de sus vidas, es difícil creer que un día ellas van a estar separadas de Él eternamente. Pero han hecho su elección.
La realidad de esto debe conmovernos, y movernos como creyentes a evangelizar con compasión y fervor a los que viviendo, están perdidos. ¡Nosotros tenemos el mensaje de vida y esperanza que necesitan!
El Señor advertía que el enojo y el desprecio hacen a sus portadores culpables de juicio y les exponen al fuego del Gehena (Mt. 5:22). Dijo que si uno pudiera escaparse de este lugar espantoso mediante la amputación de una mano o sacando su ojo derecho, sería sabio hacerlo (Mt. 5:29-30; 18:9). Advertía que Dios puede echar el cuerpo y el alma en el infierno (Mt. 10:28).
Advertía a los hipócritas, preguntándoles: “¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?” (Mt. 23:33). Siete veces en Mateo el Señor advierte acerca del infierno. Marcos y Lucas relatan advertencias semejantes. Así que, el Señor Jesucristo creía en el infierno.
En Lucas 16 nuestro Señor corrió el telón para descubrir delante nuestro el mundo de la ultratumba. Describió a dos hombres que se conocían en esta vida, y lo que les aconteció después de la muerte. Uno de ellos, Lázaro, es llevado a la morada de los bienaventurados y allí es consolado con Abraham. Está totalmente consciente y capaz de expresarse. El otro gime después de la muerte, estando en agonía, “estoy atormentado en esta llama” (Lc. 16:24). ¿Hemos de creer que nuestro Señor estaba engañando a Sus seguidores, o realmente existe un lugar de castigo para los muertos? Concedido que no sabemos todo acerca de ese castigo, pero si las palabras tienen sentido y si Cristo dijo la verdad, entonces existe un lugar de castigo para los perdidos.
Esa realidad también fue proclamada por los apóstoles. Pablo, hablando acerca de los perdidos, afirma lo siguiente: “los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Ts. 1:9). Pedro escribe: “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 P. 2:9). Juan advierte acerca del día venidero cuando pasará esto: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap. 20:15). La bestia y el falso profeta todavía existen y sufren después de estar 1.000 años en este lugar de juicio (Ap. 20:10). Juan dice que los pecadores: “tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Ap. 21:8).
Tal es la enseñanza de la Escritura. Puede que alguno lo encuentre difícil de aceptar para la mente natural. En cuanto a tantas personas que son en un sentido “majas”, pero que excluyen a Dios de sus vidas, es difícil creer que un día ellas van a estar separadas de Él eternamente. Pero han hecho su elección.
La realidad de esto debe conmovernos, y movernos como creyentes a evangelizar con compasión y fervor a los que viviendo, están perdidos. ¡Nosotros tenemos el mensaje de vida y esperanza que necesitan!
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