Los Discípulos A Corto Plazo
A. W. Tozer
Otros son discípulos, pero sólo por un cierto tiempo. Me he encontrado con algunos de ellos. Siempre se dejan una puerta abierta. Nunca queman los puentes que dejan atrás. Nunca llegan a punto en el que no pueden volverse atrás. Creo que un cristiano es un cristiano de verdad, auténtico, cuando él o ella llega al punto de no poder volverse atrás.
Los miembros de nuestras iglesias no andarían preocupados acerca de si se pueden perderse o no después de ser cristianos si estuvieran en la situación y relación debidas con Dios. Necesitan decir: “Señor, no voy a preocuparme a cause de esos problemas teológicos; sino que lo voy a solucionar ahora mismo, y llegar al punto en el que ya no pueda volverme atrás. No quiero separarme de ti”. Pero hay todavía discípulos a corto plazo que aun no han llegado a ese punto de no poder volverse atrás. Son cristianos a medias, a corto plazo. Cristianos de temporada. Acuden...en Navidad, Semana Santa y en otras ocasiones especiales. Pueden ser muy religiosos en ciertas estaciones del año.
¿Ha oído alguna vez de discípulos “camaleones”? Cambian de color con el medio ambiente. Hay incluso algunos predicadores que son así. Tienen la habilidad de hablar como las personas del grupo en donde se encuentran. Si están con pensadores liberales, véalo, comenzarán a sonar como liberales. Si están entre evangélicos, hablarán como evangélicos. “Somos adaptables”, dicen. “Creemos en ajustes”. Esas personas no necesitan ajustes, ¡necesitan a Dios!
Como discípulos cristianos, debiéramos ser lo que somos en todo lugar. Como los diamantes. Un diamante no se ajusta a sí mismo conforme a la situación; es siempre un diamante. Así también debe ser con los cristianos; deben ser siempre cristianos. No somos cristianos si esperamos a que venga la atmósfera propicia para practicar nuestra religión. No somos cristianos si tenemos que ir al templo para ser bendecidos. No somos cristianos hasta que no nos hemos entregado completamente a Cristo, hasta que no hemos llegado al punto de no volvernos atrás, y ya no somos más cristianos de temporada, sino regulares. Seguimos adelante para conocer y saber más de nuestro amado Señor.
Es bueno que le echemos una mirada a las marcas de los que no son verdaderos discípulos. Algunos de ellos tienen un aspecto muy piadoso. De hecho, los domingos por la mañana parecen tan piadosos como búhos hinchados. Tenemos algunos de ellos en nuestros círculos evangélicos. Sienten que pueden ser piadosos los domingos a las 11:00 de la mañana. Es una hora muy conveniente. No tienen que ser religiosos para levantarse por la mañana a tiempo para el culto de las 11:00 de la mañana. Tampoco se pierden su comida los domingos. Reciben un poco de renovación. El culto no dura mucho. La música es buena la mayor parte de las veces. Sólo les cuesta la monedita que echan en la ofrenda.
En consecuencia, estos que acuden...sólo una vez a la semana, el domingo por la mañana, permiten que los demás los consideren sospechosos de que son sólo discípulos a medias, del domingo por la mañana. No asisten a los cultos lo suficiente para demostrar que son otra clase de discípulos.
continuará en el siguiente número
A..W. Tozer, adaptado de su libro FE MÁS ALLÁ DE LA RAZÓN
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(Parte II)
Texto: Filipenses 1:9-11
3. “A fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo”.
La palabra “sincero”, como hemos oído antes, es una palabra compuesta: sin-cera. Antiguamente usaban la cera para tapar defectos y engañar. Cuando había una grieta o defecto en una jarra, por ejemplo, la tapaban con cera, pero al exponerla a la luz del sol se veía la grieta porque la cera primero admitía la luz, y también porque con el calor del sol se derretía. Así que, sincera significa sin engaño, sin tapujos ni fachadas. Seamos transparentes y verdaderos. No podemos tapar nuestro carnalidad con una apariencia de piedad durante los cultos, para engañar al ojo. Dios dice que nos apartemos de toda contaminación de carne y espíritu. Que no invada la iglesia ni nuestras vidas nada que desagrada a Dios. Sinceros e irreprensibles es sin nada malo cobijado en nuestra vida. Dios tiene derecho a gobernar nuestra vida personal porque nos compró con la sangre de Su Hijo y como 1 Corintios 6:19 dice: “no sois vuestros”. Vivamos vidas irreprensibles que agraden a Dios, para que en el día de Cristo, esto es, el tiempo del rapto y el tribunal de Cristo, cuando el Señor repasará nuestras vidas, seamos hallados irreprensibles.
La fe fingida, no sincera, hace mucho daño en la vida. En 1 Timoteo 1:5 Pablo habla de una fe no fingida como meta de Dios en nuestras vidas. ¿Quién la tiene? 2 Timoteo 1:5 señala a la madre y la abuela de Timoteo, y también a Timoteo. Hermanos, esto nos dice que es posible vivir esta verdadera vida espiritual que es real, que agrada a Dios y no es ninguna fachada. La verdadera vida cristiana no es como esta vida de muchos que viven de una manera durante los cultos y de otra manera totalmente distinta el resto del tiempo. Juegan con dos barajas, y no serán irreprensibles en el día de Cristo. ¿Qué de nosotros? En 1 Tesalonicenses 3:13 Pablo dice: “para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”. Él oraba así por ellos, y si queremos vivir la realidad de los primeros cristianos debemos orar así por nosotros y por nuestros hermanos.
4. “Llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios”.
Pablo deseaba verles llenos, no con un poquito de fruto, sino llenos de frutos. El Señor Jesús dijo que el árbol se conoce por sus frutos, y “por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:16-20). Nadie tiene frutos de justicia sino por medio de Jesucristo. Es imposible tener este fruto, o el fruto del Espíritu, sin una verdadera conversión, y es imposible tener del Espíritu Santo está visible, y beneficia a los demás, porque contribuye a la salud general de la iglesia, y da gloria y alabanza a Dios. Cuando en Hechos los primeros creyentes vivían obedientes a Dios y unidos en la iglesia, alababan a Dios y tenían favor con todo el pueblo (Hch. 2:47). Debemos pedir que el Señor nos llene así, y debemos entregarnos a vivir sinceramente la vida cristiana, para que Dios tenga gloria de nosotros. En estos versículos Pablo nos enseña cómo orar unos por otros, y sobre todo, cómo vivir. Que el Señor nos ayude a hacer que estas cosas sean la realidad en nuestras vidas, para Su gloria. Amén.
de un estudio dado por L. B., el 1 de octubre, 2009una verdadera conversión sin tener después algún fruto espiritual en la vida. El fruto de la conversión y la presencia
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¿DÓNDE ESTÁN
LOS INTERCESORES?
Is. 59:16 "Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese..."
Ez. 22:30 "Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé".
Am. 6:1, 6 "¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria...beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José".
Es más fácil quejarse y criticar que interceder con amor, fervor y ánimo pronto. En tiempos de desliz espiritual, frialdad, mundanalidad y confusión, el Señor indica por los profetas que busca intercesores, y se maravilla de que no los haya.
Hombres como Abraham, Moisés, Samuel, Isaías, Daniel, Ezra y Nehemías están entre los que oraron con intercesión, confesando a veces los pecados del pueblo, y poniéndose en la brecha buscando no el castigo sino el perdón y avivamiento del pueblo del Señor. Job intercedía al principio del libro por sus hijos, y al final del libro por sus "amigos". El Nuevo Testamento nos enseña que el Espíritu Santo intercede por nosotros (Ro. 8:26-27), y el Señor Jesucristo también lo hace (Ro. 8:34; He. 7:25). Pero 1 Timoteo 2:1 aclara que rogar por otros es privilegio y responsabilidad de todo creyente. ¡Sigamos el patrón bíblico y seamos intercesores!
Carlos
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¡El Mundo: Listo Para El Hombre!
El mundo empeora diariamente. El terrorismo, las guerras, los alborotos, la pobreza, el hambre, el colapso moral, los fraudes en las grandes empresas, el homicidio y el abuso de niños llegan a los titulares de los periódicos y telediarios todos los días.
Siguiendo el rumbo actual, el mundo se acerca al desastre. Algunos lo esperan temblando, pero otros siguen viviendo como si nunca sucederá. Muchos están listos para “el hombre” que tiene las soluciones a los problemas. Se ha dicho: “¡Danos un hombre con respuestas, aunque sea Satanás!”
La Biblia dice que ese hombre viene. (¡Puede que esté vivo ahora!). Engañará a muchos con sus milagros y poderes. Parecerá tener las soluciones para los problemas del mundo. Por un breve tiempo el mundo gritará: “Paz y seguridad”, pero luego experimentará destrucción repentina (1 Tesalonicenses 5:3; Apocalipsis 8 y 9).
Ese “Anticristo” se exaltará como Dios y demandará la lealtad de todos. Los que rehúsan serán reos de muerte. Morirá un gran número de los habitantes del mundo.
En preparación para la venida del Hombre de Dios, el Señor Jesucristo, para reinar en justicia (Ap. 11:15), Dios derramará juico tras juicio sobre el mundo. Entonces Jesucristo vendrá con gran gloria y por la palabra de Su boca destruirá al poder militar del mundo reunido en el lugar llamado Armagedón (Ap. 16:16; 19:19). Todo incrédulo será quitado de la tierra en juicio e irá al juicio final por sus pecados en el Gran Trono Blanco (Ap. 20:11-15).
Cristo establecerá Su reino en el mundo y reinará en justicia (Ap. 11:15). Habrá verdadera paz, y la justicia se administrará con rapidez y precisión. Las armas de guerra serán cambiadas en herramientas agrícolas, la tierra rendirá grandes cosechas y no habrá más hambre. Aun el desierto florecerá. Jesucristo, rechazado por el mundo, será reconocido como el verdadero Hijo de Dios, “Rey de reyes y Señor de señores” (Lucas 24:24-27; Ap. 19:16).
La pregunta que debes afrontar es: ¿Aceptarás al Señor Jesucristo antes de que venga para retirar del mundo a Su iglesia y se manifieste “aquel hombre” capacitado por Satanás? (Ap. 13:1-18). ¿O seguirás rechazándole y experimentarás el terrible juicio de este mundo, y luego le verás a Cristo en el juico por tus pecados (Ap. 20:11-15)?
La Biblia nos dice estas cosas que vendrán sobre el mundo dentro de poco, y explica cómo ser salvos del juicio eterno por nuestros pecados. Muchos practican fielmente una religión pero nunca entienden este mensaje central de la Biblia. Lee el Evangelio según Juan para ver cómo ser salvo de tus pecados y del juicio venidero. A continuación aparecen algunos versos de este santo Evangelio.
Siguiendo el rumbo actual, el mundo se acerca al desastre. Algunos lo esperan temblando, pero otros siguen viviendo como si nunca sucederá. Muchos están listos para “el hombre” que tiene las soluciones a los problemas. Se ha dicho: “¡Danos un hombre con respuestas, aunque sea Satanás!”
La Biblia dice que ese hombre viene. (¡Puede que esté vivo ahora!). Engañará a muchos con sus milagros y poderes. Parecerá tener las soluciones para los problemas del mundo. Por un breve tiempo el mundo gritará: “Paz y seguridad”, pero luego experimentará destrucción repentina (1 Tesalonicenses 5:3; Apocalipsis 8 y 9).
Ese “Anticristo” se exaltará como Dios y demandará la lealtad de todos. Los que rehúsan serán reos de muerte. Morirá un gran número de los habitantes del mundo.
En preparación para la venida del Hombre de Dios, el Señor Jesucristo, para reinar en justicia (Ap. 11:15), Dios derramará juico tras juicio sobre el mundo. Entonces Jesucristo vendrá con gran gloria y por la palabra de Su boca destruirá al poder militar del mundo reunido en el lugar llamado Armagedón (Ap. 16:16; 19:19). Todo incrédulo será quitado de la tierra en juicio e irá al juicio final por sus pecados en el Gran Trono Blanco (Ap. 20:11-15).
Cristo establecerá Su reino en el mundo y reinará en justicia (Ap. 11:15). Habrá verdadera paz, y la justicia se administrará con rapidez y precisión. Las armas de guerra serán cambiadas en herramientas agrícolas, la tierra rendirá grandes cosechas y no habrá más hambre. Aun el desierto florecerá. Jesucristo, rechazado por el mundo, será reconocido como el verdadero Hijo de Dios, “Rey de reyes y Señor de señores” (Lucas 24:24-27; Ap. 19:16).
La pregunta que debes afrontar es: ¿Aceptarás al Señor Jesucristo antes de que venga para retirar del mundo a Su iglesia y se manifieste “aquel hombre” capacitado por Satanás? (Ap. 13:1-18). ¿O seguirás rechazándole y experimentarás el terrible juicio de este mundo, y luego le verás a Cristo en el juico por tus pecados (Ap. 20:11-15)?
La Biblia nos dice estas cosas que vendrán sobre el mundo dentro de poco, y explica cómo ser salvos del juicio eterno por nuestros pecados. Muchos practican fielmente una religión pero nunca entienden este mensaje central de la Biblia. Lee el Evangelio según Juan para ver cómo ser salvo de tus pecados y del juicio venidero. A continuación aparecen algunos versos de este santo Evangelio.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
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El Soldado de Chocolate
parte IV
Una vez, se afilió a la Brigada de Chocolate. Dejó a Pablo y a Bernabé sin apoyo, y regresó a Jerusalén para recuperarse. Se fue a un “retiro espiritual”. Gracias a Dios pronto se hartó, se apartó, y volvió a entrar en el ejército del Señor para ser un soldado útil. (Hch. 13:13)
NAÚFRAGOS
Muchos jóvenes admirables se convierten en chocolates a causa de viejos profetas. Viejos Profetas que han perdido el fuego o que abundan en palabras pero no en hechos, con frecuencia se vuelven grandes fabricantes de chocolate. A aquel joven varón de Dios que amonestó a Jeroboam le iba muy bien mientras obedecía sólo a Dios, pero todo terminó para él cuando escuchó otra voz, aún cuando fue la de un viejo profeta. Luego: ¿No dijo el viejo que él era profeta, y que había recibido el mensaje directo de Dios? ¡Qué gran mentira! La senda del cristianismo está plagada de fracasos producidos por viejos profetas. Dios no soporta las necedades de nadie. (1 R. 13) Todos tienen que escoger entre Cristo y Barrabás, así como cada cristiano tiene que escoger entre Dios y algún viejo profeta. Es mejor ser un burro tonto ante los ojos de uno de esos viejos profetas, que escuchar sus lisonjas y adulaciones, y terminar siendo un náufrago. “Este es mi Hijo Amado, a Él oíd”. “Tienes unción de Dios, y no necesitas que nadie te enseñe” (1 Jn. 2:27) Dices que crees en la Biblia, pero ¿desmienten tus hechos, tus palabras?
LOS DIEZ ESPIAS
Todos eran de chocolate. Se derritieron y luego se derramaron por toda la congregación de Israel, produciendo crema de chocolate. “Blanditos” que temían enfrentarse al fuego y al agua que quedaba por delante. Dios los puso otra vez en la sartén y los dejó hervir por cuarenta años en el desierto, y ahí los dejó. El no utiliza chocolates. No es que subestime las cosas pequeñas, sino sólo a los que son “chocolates” pues él dijo: “Sus pequeños heredarán la tierra prometida que ustedes han perdido por escuchar a los hombres y despreciarme a mí” (Nm. 13)
JONÁS
Una vez Jonás fue soldado de chocolate. Dios lo envió al África, pero se fue a Liverpool, y se embarcó hacia América. Afortunadamente, se encontró con una tempestad y un gran pez, que después de tres días de instrucciones, le enseñó a orar y a obedecer, y lo puso de nuevo en el camino correcto (Ver Jonás 1). Nada descubre tanto a los chocolates, como un pequeño torbellino entre el pueblo de Dios.
Una vez les llegó uno a Pablo y Bernabé... Hablando por experiencia, creo que por ahí andaban algunos chocolates que inmediatamente se confundieron. Antes, habían decidido ir a los gentiles, pero esta “brisa” entre Pablo y Bernabé les hizo vacilar. Si ellos no hubieran sido de chocolate, seguramente habrían dicho: “Este asunto entre Pablo y Bernabé, hace más apremiante mi acercamiento a Dios, para hacer con mayor diligencia lo que Él me dijo que hiciera, así que me iré a Africa todavía antes y punto!”
Las dificultades, peligros, enfermedades, muerte, o divisiones, disuaden únicamente a los chocolates de llevar a cabo la voluntad de Dios. Al oír decir que un león se opone, el verdadero cristiano contesta pronto: “Eso sólo me anima, quiero además uno o dos osos para que valga la pena ir”.
A los chocolates les encanta hablar fuerte y prolongadamente contra los llamados fanáticos. ¡Como si hubiera peligro hoy en día de que existieran cristianos fanáticos! Es tan raro encontrar fanáticos entre los cristianos, como hallar al pájaro extinto “dodó”. Sería más razonable quejarse de la “tibieza”. Al verdadero pueblo de Dios siempre se le ha llamado fanático.
Decían que Jesús era un loco, como también lo dijeron de Pablo, Whitfield, Wesley, Moody, y Spurgeon. Nadie ha progresado mucho en la escuela de Dios sin el cumplido de ser llamado “fanático”. Nosotros, los cristianos de hoy, somos realmente un grupo tibio. Con tan solo la mitad del fuego y el entusiasmo de aquellos defensores del pasado, habríamos evangelizado al mundo entero y celebrado el regreso de Cristo en menos tiempo. Sí fuéramos tan resueltos y heroicos como los astronautas, o aquellos que viajan a los polos, o que suben el Everest, o que llevan a cabo cualquier empresa audaz, toda la tierra conocería el nombre y la salvación de Jesucristo en menos de diez años.
¡Ay de nosotros! Lo que conmueve la sangre de hombres comunes y los hace convertirse en héroes, hace huir a la mayoría de los cristianos como a una manada de ovejas asustadas. Muchos militares arriesgan su vida a diario, a fin de adelantar su causa, y aún contribuyen con sus propios medios, de tal manera que avergüenzan a los cristianos, que generalmente decimos que el enfrentarse a riesgos y luchar contra el destino es “tentar a Dios”.
CARAMELOS
Caramelos de chocolate “(chiclosos los llaman los niños)” Dicen con su boca: "Voy Señor", pero se quedan aferrados a su iglesia. La conquista, especialmente la de Cristo, nunca se lleva a cabo en medio de la seguridad.
Con demasiada frecuencia los cristianos reemplazamos la obediencia con la oración. La oración es buena e indispensable, pero cuando se utiliza en reemplazo de la obediencia, es sólo una hipocresía alborotadora, un despreciable fariseísmo.
Necesitamos de tantas reuniones de acción como de oración y posiblemente aún más. Toda reunión ortodoxa de oración comienza cuando Dios le dice a su pueblo: “Ora para que sean enviados obreros a mi viña y tu ve hoy a trabajar”. Y continúa cuando el cristiano responde: “Yo voy a donde quiera que me mandes Señor, para que tu nombre sea santificado en todas partes, venga pronto tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Pero si la reunión termina y nadie va a ninguna parte, seria mejor no haber orado.
Así como la fe, la oración sin obras es muerta. Por eso a muchas reuniones de oración se les podría llamar “mucho clamar, poco obrar”. Zorobabel no sólo tuvo reuniones de oración, sino que salió a derrumbar árboles, y empezó a edificar. Por lo tanto, Dios le dijo: “De hoy en adelante te bendeciré”. (Hag. 2:19)
Se dice que algunos han descubierto el secreto de los antiguos grandes maestros. ¿Y no podemos los cristianos descubrir y poner en práctica el de nuestro Gran Maestro y sus discípulos? ¡El heroísmo! El Señor y sus seguidores no se preocuparon por sí mismos, sino que amaban la vida de otros hasta la muerte y así los rescataban, perdiendo ¡hasta sus propias vidas!
Estamos gastando tiempo y dinero en múltiples convenciones, conferencias y retiros, cuando lo que necesitamos es participar completamente en el fragor de la batalla, ostentando la señal de combate cuerpo a cuerpo.
La “voz humana” juega un papel muy importante en nuestros grupos y organizaciones cristianas de hoy en día, pero la música es opacada cuando el que ministra no tiene “obediencia inmediata” e “intrépida valentía”, sin lo cual es imposible hacer sonar el “Acorde perdido del heroísmo”.
“Hagan lo que Él les diga”, dijo la madre de Jesús. ¿Hacer qué? No era poner especias y melaza en los suaves recipientes sagrados que se encontraban dentro de la casa, sino verter el agua de la vida en los de piedra que se encontraban vacíos afuera.
Si el vino se hubiera acabado, el matrimonio de Caná habría terminado en vergüenza. El banquete de bodas de Cristo no empezará hasta que haya suficiente mezcla de toda lengua, linaje, tribu y nación. El suministro está asegurado tan pronto se vierta el agua como mandó Cristo, hasta “lo último de la tierra”. La desgracia de hoy es debida a la renuencia de los siervos a hacer el trabajo de afuera. Todos quieren servir adentro, vestirse bien, escuchar la predicación, y agruparse en la despensa de una manera vergonzosa.
¡Empecemos de una vez por todas! Por años hemos declarado que estamos apunto de empezar, pero nunca lo hacemos.
Tenemos que divorciarnos de Chocolate y Desobediencia, y casarnos con Fe y Heroísmo.
“¿Quién comenzará la batalla?” preguntó el rey. “Tú”, contestó el profeta (1 R. 20:14), y cuando el rey y los jóvenes oficiales fueron rumbo a la guerra, ganaron con una facilidad tremenda, a pesar del gran poder opositor. Así también, los Apóstoles dirigieron el camino en la guerra de Dios hacia las partes más remotas de la tierra.
El llamado actual de Dios es a los jóvenes, hombres y mujeres de todo el mundo; y a quienes se aplican así mismos el nombre de Cristo. “El vino nuevo”, dijo Cristo, "tiene que ponerse en odres nuevos”. Los odres viejos que se encuentran mal etiquetados y remendados, son tan inútiles como la Nueva Teología. No se pueden mover, pues se revientan de orgullo y el vino se derrama en lugares equivocados. ¿Te quedarás quieto joven?... Verdaderamente estamos en la última etapa, la de Laodicea, la iglesia tibia. ¿Serás tú compañero de Cristo en su trono, o serás alguien que le produce vómito? (Ap. 3:21) ¿Serás un militar o un cristiano de chocolate? ¿Temerás o lucharás? ¿Irán tus hermanos a la guerra mientras tú te quedas aquí? Cuándo El venga, ¿Hallara fe en la tierra? Miles de veces has admitido “Que el amor de Cristo es tan asombroso, tan divino, que exige tu vida, tu alma, tu todo”.
¿Serás tan mezquino que niegues lo que la dignidad te exige? ¿Darás tú como lo hicieron Ananías y Safíra, quienes ostentando darlo todo, sólo dieron una parte? ...Contestemos: “Somos tuyos, Señor Jesús, estamos de tu lado... (Compárense 1 Cr. 12:18; 2 S. 3:10). ¡Vamos entonces! Restauremos el heroísmo en el cristianismo: “el acorde perdido”.El mismo te pregunta: ¿Serás de los que fingen estar enfermos o serás un militante? ¡Arrodíllate, hombre, toma tu Biblia! ¡Decídete ya!
hallado en www.scribd.com
C.T. Studd nació de padres ricos en Inglaterra en el año 1860 y fue educado en Cambridge. Era jugador de crickett en la selección nacional de Inglaterra. Luego renunció el deporte y una gran herencia y servía como misionero en China, la India y al final en Africa donde murió en 1931. Escribió esta obra en inglés para exhortar a los creyentes a la entrega personal a Cristo. Leamos Hechos 13 y 16 para ver cómo Dios escoge y llama a Sus siervos.
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