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sábado, 31 de octubre de 2020

EN ESTO PENSAD - noviembre 2020

"NO AÑADAS A SUS PALABRAS"

Cuatro veces en a lo largo de la Biblia Dios nos advierte del peligro de añadir o quitar de Su Palabra.


Deuteronomio 4:2 "No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene". 


Deuteronomio 12:32 "Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás".


Proverbios 30:6 "No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso".


Apocalipsis 22:18-19 "Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro".


    Cuando los mormones aparecen con el Libro de Mormón, o los católicos con sus libros apócrifos añadidos a la Biblia, o los musulmanes con el Corán, o los adventistas con los escritos de Elena White, les citamos estos textos como reprensión, y con razón.
    Pero es posible que otros, sin pertenecer a una secta o religión falsa,  cometan el error hermeneútica de añadir a la Palabra de Dios, para acomodar una doctrina suya. Considera Efesios 1:4, hermoso texto que dice: "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él".
    Algunos hermanos cometen un error grave en la lectura o la enseñanza de este texto, porque después de la palabra "escogió" ellos añaden "para estar" – para que el texto diga, según el criterio de ellos, que Dios elegió a ciertas personas para ser salvas. Pero Efesios 1:4 no habla de la elección de pecadores para ser salvos, sino de la elección de los salvos, los que están en Cristo, para que sean santos y sin mancha delante de Él. Habla de los propósitos divinos para con los que están en Cristo, no para los que no están en Él.
    La presciencia divina sabe quiénes creerán en Cristo, quiénes estarán "en Él", desde antes de la fundación del mundo. A estos, a los que están "en él", Dios escoge para cumplir Sus soberanos propósitos. Pero esto no indica ningún mérito humano, pues ¿qué mérito tiene creer a Dios? ¡Ninguno! La fe, no la elección, siempre es la condición para la salvación.
    Otro texto donde hacen algo parecido es Juan 3:16, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Eneseña que Dios ama al mundo, eso es, a todos, no a un grupo reducido. Pero para acomodar las doctrinas calvinitas, dicen que se refiere "al mundo de los escogidos". Otra vez cometen el error de añadir a la Palabra, para que diga lo que ellos quieren. Pero no podemos aceptar tales añadiduras que alteran el sentido llano de la Palabra. La inspiración plenaria y verbal de la Biblia significa que Dios escogió las palabras utilizadas. Él sabe lo que quiere decir, y eso no admite modificaciones teológicas. "Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso" (Ro. 3:4).           

  Carlos

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A. W. Tozer Lamenta

 El Evangelicalismo Mundano

"Me asombra y me duele continuamente la frivolidad hacia Dios de parte de muchos supuestos seguidores de Cristo. La mundanalidad es una epidemia entre los evangélicos. Aunque todavía condenamos la mundanalidad, hoy hemos cambiado la definición de modo que no significa lo mismo que en otros años. Tememos tanto el ser estrechos que hemos abierto nuestras puertas a la mundanalidad. Por supuesto, esto solo conduce a una tragedia espiritual para todos. Creo que hemos retrocedido rápidamente durante los últimos 20 años. Esa retrocesión aceleró después de la Segunda Guerra Mundial. 
     No me sorprenderá si vendría una división aguda en las filas evangélicas, no tanto por diferencias doctrinales como por métodos, prácticas, objetivos, técnicas y particularmente las diferencias en las actitudes espirituales. El evangelicalismo popular se ha estado vendiendo al mundo, traicionando principios, y adoptando actitudes y métodos mundanos. Ahora Hollywood tiene más influencia que Jerusalén jamás tenía. Los jóvenes no toman sus ejemplos de los santos de antaño, sino de las estrellas de hoy. La dignidad casta y pureza reluciente del verdadero cristianismo ha sido reemplazado por unos valores carnales indignos de asociarse con nuestro Señor Jesucristo".

  A.W. Tozer. Claves de la Vida Profunda, Zonvervan, 1957, págs. 88-89

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 LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA


La Biblia no viene de la Iglesia, ni de teólogos, sino de Dios. La divina inspiración de la Biblia está definida claramente en el mismo Libro, en los siguientes textos:
 
    “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Ti. 3:16).
    “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P. 1:21).
    “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual” (1 Co. 2:13).
    “...la Escritura no puede ser quebrantada” (Jn. 10:35).
    “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Jn. 17:17).
    “Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios” (Ro. 3:2).
    “Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?” (Mt. 15:3).

   La inspiración no significa que Dios sopló sobre los escritos de hombres, sino que Dios sopló en los hombres y por medio de ellos produjo las Sagradas Escrituras, que son exactamente lo que Dios decía.
   Los profetas con frecuencia estaban perplejos acerca de lo que Dios les hacía escribir (1 P. 1:10-12; 2 P. 3:15-16), pues no lo entendían del todo.
   La mecánica o el aspecto técnico de cómo funcionó la inspiración, precisamente no es algo descrito en la Biblia. Sabemos que Dios habló y comunicó por revelación a hombres, lo que Él quería que dijeran o escribieran. Un ejemplo sería Jeremías 36:1-4 donde Dios habla a Jeremías y Jeremías dicta estas mismas palabras a Baruc. Es un ejemplo de inspiración verbal, es decir, de palabras y no solo de ideas, como algunos suponen y alegan. Lo mismo vemos en Jeremías 26:15, “...todas estas palabras...”.  Por eso para estudiar es importante usar una buena traducción literal, palabra por palabra, de la Biblia, no las versiones como la NVI que utilicen la "equivalencia dinámica" (método impreciso) en lugar de la traducción literal.
   Dios se comunicaba por voz, visiones, sueños, inspiración de los pensamientos, para que lo divino llegara al hombre mediante los instrumentos humanos. Todo esto fue “supervisado” o dirigido por el Espíritu Santo (2 P. 1:21) para evitar que entrara error u opiniones humanas (2 P. 1:20). Así que el Espíritu Santo estuvo presente en cada acto de revelación e inspiración de la Palabra de Dios, de la misma manera en como estuvo presente en la encarnación del Verbo de Dios (Lc. 1:34-35).
   El Espíritu Santo garantizó que la encarnación resultara en: “el Santo Ser que nacerá...” (Lc. 1:35), es decir, el Verbo de Dios, Santo, libre de pecado y error, aunque vino por medio de una madre humana. La “concepción inmaculada” se aplica solamente al Señor Jesucristo: “sin pecado concebido”.  Así también el mismo Espíritu Santo supervisaba y dirigía toda la comunicación de la Palabra de Dios mediante la inspiración de:santos hombres de Dios” (2 P. 1:21), para que la Palabra de Dios llegara sin pecado y sin error. El siguiente gráfico del sr. Robert Lightner ilustra el paralelo entre la encarnación y la inspiración.


   Gracias a Dios creemos en el Señor Jesucristo, nuestro único y suficiente Salvador, que es el Verbo impecable. Del mismo modo creemos  en la Palabra de Dios que es inerrante, "simiente incorruptible" por la que hemos nacido de nuevo (1 P. 1:23). No se admiten añadiduras ni modificaciones a lo que Dios nos ha dado, ni en la Persona de Cristo ni en la Palabra de Dios.

Carlos Tomás Knott

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 Adivina


El que lo hace lo vende. El que lo compra no lo utiliza. El que lo utiliza no lo sabe. ¿Qué es?

    ¿Lo has adivinado, de veras, o estás leyendo para descubrir la respuesta? Bueno, la respuesta, por supuesto, es un ataúd.
    No hablamos a menudo del tema de la muerte, pero pensamos en él. ¿Te preguntas alguna vez por qué morimos? No hablo de la vejez, los accidentes, las guerras o las enfermedades. ¿Por qué somos mortales?
    La Biblia explica que por un hombre, Adán, el pecado entró en el mundo, “y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Sencillamente, morimos porque somos pecadores contra Dios, y lo demostramos por nuestros hechos – siendo deshonestos, copiando exámenes,  mintiendo, robando, blasfemando, rebelándose contra los padres, violando leyes, adorando a dioses falsos, rindiendo culto a imágenes, matando, odiando, mirando con lujuria, adulterando, fornicando, murmurando, envidiando y codiciando lo que otros tienen. Tales cosas dejan ver cómo es nuestro corazón de contaminado por el pecado, y Dios declara que “el alma que pecare, ésa morirá” (libro del profeta Ezequiel 18:4), y “la paga del pecado es muerte” (epístola a los Romanos 6:23). Por eso morimos, porque pecamos. La religión, la ciencia y la filosofía no pueden resolver el problema. Hay muchos pecadores religiosos, científicos y filósofos, y todos morirán. Pero mejor pensar en ti mismo que en ellos, porque tú también morirás.
 

 Otra pregunta que surge es, ¿Qué te pasará después de morir? No a tu cuerpo, pues ya sabemos que será enterrado. En Hebreos 9:27 la Biblia dice que “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto, el juicio”. Después de morir, irás al juicio de Dios. ¿Cómo te irá? 1 Corintios 6:9 informa que “los injustos no heredarán el reino de Dios”. Por eso, en esta vida necesitas que Dios te perdone y te declare justo, para entrar luego en el cielo. Eso solo es por la fe en el Señor Jesucristo que murió por ti y sufrió la muerte que mereces porque Él llevó tus pecados en Su cuerpo sobre el madero (1 Pedro 2:24). Si te arrepientes y confías en Él, serás perdonado, salvado y declarado justo. Entonces tendrás vida eterna, y al morir, irás al cielo, no por méritos tuyos, sino por Jesucristo tu Señor y Salvador. Arregla tus cuentas con Dios ahora, porque cuando mueras, será demasiado tarde.    

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CUANDO SE ROMPEN LOS DIQUES

Domingo Fernández Suárez (1909-1999) 



Llamamos dique a un muro construido con la finalidad de contener las aguas. Una parte del territorio holandés se encuentra bajo el nivel del mar. Por tal motivo los holandeses han construi­do grandes diques con el propósito de proteger­se de las inquietas y peligrosas olas del Mar del Norte. Hace unos cuantos años se desató en aquel mar una tempestad de tales proporciones que los mencionados diques resultaron insufi­cientes para contener el empuje de las enormes olas; y por tal motivo los holandeses vivieron días de preocupación, alarma y ansiedad.
    Ocurre con frecuencia que en algunas regio­nes llueve fuera de lo normal y los arroyos se convierten en ríos y los ríos, al desbordarse, se convierten en mares que inundan campos, pue­blos y ciudades.
    La Sagrada Escritura dice que los impíos son como un mar tempestuoso. El Creador, teniendo en cuenta los grandes peligros que habían de amenazar a la sociedad humana, ha levantado muros de contención para protegernos de la impiedad, la inmoralidad, la degeneración, el libertinaje, el vicio, la violencia, el saqueo y el crimen.
        Dice Proverbios 1:7, "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová". En Job 28:28 leemos: "He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal (es) la inteligencia". La expresión: "El temor de Dios", quiere decir el reconocimiento del Creador como suprema autoridad legislativa del universo. Y el respeto y la obediencia que todo ser humano debe a Dios su Creador. Cuando vivimos conscientes de que Dios nos ve, y que toda violación de Su Ley constituye una ofensa al Supremo Legislador, y que al final tendremos que comparecer delante del supremo JUEZ para responder de nuestros actos y recibir el pago que merezcan nuestros hechos, la conciencia de esta realidad se levantará delante de nosotros como un muro de contención.
    El que no teme ni respeta a Dios es como un río sin cauce ni diques. El que no respeta a Dios acaba por convertirse en instrumento del Diablo. ¿A qué fin o estado conduce la falta de reverente temor a Dios? Al desorden, la degeneración, la corrupción, el libertinaje, la violencia, el robo, el crimen y la anarquía. El temor reverente a Dios constituye el fundamento de todo muro de contención que tenga por finalidad proteger los derechos de la persona y de la sociedad.
    El salmista David da expresión a la función que desempeña La Palabra de Dios cuando dice: "En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra Ti" (Sal. 119:11). Proverbios 22:28 dice: "No traspases los linderos antiguos" que pusieron nuestros antepasados. Y Dios nos dice en Isaías 24:5 que  "la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque TRASPASARON LAS LEYES, falsearon el derecho, y quebrantaron el acto sempiterno". Y Jesucristo nos invita a ir a Él, diciendo: "Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" (Mt. 11:28-29). Llevar el yugo del Salvador equivale a prestar atención a sus enseñanzas, creerlas y ponerlas en práctica.
  Dios ha levantado diques que tienen por finalidad defendernos, encauzar nuestros pasos y preservar a la sociedad de la anarquía y la impiedad diabólica. Pero en la actualidad hay poderosas fuerzas sociales, gobiernos, y hasta dirigentes "religiosos" que hacen todo lo posible por romper y derribar los muros de contención levantados por el Creador. Y ¿cuál es el resultado? que la maldad avanza como un alud o avalancha incontenible que amenaza con envolver y sepultar a pueblos, ciudades y naciones.
  Dios es la fuente del bien, la justicia, la pureza, la santidad, la fortaleza y la gracia. El Diablo es la fuente del mal en todas sus manifestaciones. El maligno incita a la desobediencia a Dios, a la incredulidad, al libertinaje, a las bajas pasiones, a los vicios que esclavizan, y a las más repugnantes aberraciones sexuales. ¿Estamos en la esfera de Dios o en la del Diablo" ¿Servimos al príncipe de las tinieblas o al Señor de la luz?
  El apóstol Pablo nos dice, en 1 Corintios 5:5 y 1 Timoteo 1:20 que arrojó a la esfera de Satanás a algunos que no se quisieron sujetar a la Palabra de Dios. Y en Romanos 1:21-32 dice que a los que no quieren tomar en cuenta a Dios, ni respetar sus normas de carácter moral y religioso, el Altísimo los deja de su mano. Y cuando Dios abandona a un ser humano el maligno lo toma y se enseñorea de él hundiéndolo en toda suerte de errores, vicios y aberraciones sexuales: Mu­jeres con mujeres y hombres con hombres. Al­gunos divagan acerca de la causa o causas del lesbianismo y homosexualismo. Esta degenera­ción es obra del mismo Diablo. No hay homo­sexuales entre los verdaderamente convertidos o nacidos de nuevo. El homosexualismo crece en la medida en que la humanidad se aleja de Dios y de sus leyes o muros de contención. Se calcula que en el presente (1984) el 17% de la población de algunos países es víctima de la inversión sexual.
   En la actualidad vemos la influencia satánica en todas las esferas de la sociedad y en todo el mundo. La degeneración política, moral y hasta religiosa avanza como una tromba incontenible. Esto guarda proporción con las ofensas que se infieren al Creador.
    Los cristianos verdaderos, regenerados y ce­losos de la causa de Dios siempre han avanzado en contra de la corriente; pero como resulta más cómodo dejarse llevar por la corriente social, ahora vemos que abundan los «cristianos» que van río abajo.
    El alarmante desbordamiento de la inmorali­dad ha penetrado ya en lo más sagrado de la sociedad: La niñez. Algunos piensan que se debe brindar protección a la niñez para que no caiga en las redes malditas de los traficantes en drogas; pero también se debiera proteger a los niños y niñas de la pornografía, la incitación al sexo y la violación sexual. Algunos que, involun­tariamente, sirven a Lucifer están introduciendo en las escuelas públicas la llamada educación sexual que en la práctica constituye una descarada incitación a la
violación de una de las nor­mas establecidas por el Creador.
    Los libros de texto empleados en algunas escuelas enseñan a los niños y niñas las abe­rraciones más asquerosas y repugnantes que el ser humano se pueda imaginar. ¿Por qué enseñar tales cosas a las niñas y a los niños? ¿No sería mejor que lo ignorasen? ¿No seria mejor que se permitiese la invocación del nom­bre de Dios en la escuela?
    Hasta hace poco la pornografía constituía un escándalo social. Pero hoy está siendo promovida por las propias autoridades que de­biera ser las primeras en tratar de evitarla.
    Las autoridades escolares de la España socia­lista acaban de introducir en la escuela pública un libro titulado: INFORMACIÓN SEXUAL PARA NIÑOS de 5 a 12 años. Un periódico de Madrid publicó una serie de fotografías tomadas del mencionado li­bro. En la primera aparecen un hombre, una mujer, un niño y una niña, desnudos los cuatro, y retratados de frente. Contiene además otras fotografías de desnudos en una cama. Dice el libro que el propósito de tales fotografías es enseñar a los niños y a las niñas la forma de engendrar un niño. Las fotografías son lo más inmoral y escandaloso que ustedes se pueden imaginar. Y las explicaciones que aparecen al pie de cada foto parecen encaminadas a incitar a niñas y niños al ejercicio del sexo por la libre. Ante tanta provocación, incitación, inmorali­dad y falta de respeto a la niñez y a Dios nos preguntamos: ¿Qué piensan los padres y las iglesias? ¿Por qué no surgen voces de protesta, oposición y condena?
   ¿A qué fin conducen la desnudez, la inmoralidad y el libertinaje sexual? ¿Qué frutos podemos esperar? En los primeros días de agosto (1984) una señora que reside en el distrito del Bronx (NY) notó algo anormal en una hijita de 4 años de edad y decidió llevarla al médico. La niña en cuestión se pasaba el día en una guardería infantil a la que acudían 135 niños y niñas. Y se descubrió que no solo ahí sino en guarderías en otras ciudades y estados habían sido violadas niñas y niños.
    Los legisladores socialistas de España aprobaron, en 1983, una ley que determina que el uso de drogas "BLANDAS" no es delito. El resultado de tal apertura a la droga y otros vicios es que a los doce meses habían abandonado sus hogares un millón de jovencitos entre 12 y 16 años que se han convertido en delincuentes callejeros. Hasta ahora los madrileños decían que Madrid era la antesala del cielo. Ahora dicen que se ha convertido en la antesala del infierno.
    Una revista madrileña publicó un artículo titulado: Otoño en Primavera. Su autora, una joven de alrededor de 20 años, dice: El último informe del fiscal general del Estado declara que el ingente consumo de drogas guarda una relación muy estrecha con la comisión de actos delictivos. Estos venenos materiales ensombrecen nues­tro cielo y apagan nuestras flores. Y agrega la autora del citado artículo: Entre los meses de febrero y marzo la prensa española se vistió de luto al tener que informar, repetidas veces, sobre suicidios de escolares a través de varios méto­dos... Y la lista sería interminable.
    ¿Quién nos iba a decir, hace 25 años, que llegaría el día cuando iban a violar a niñas de dos, cuatro, seis, ocho y diez años de edad?
    ¿Quién se iba a imaginar, hace 25 años, que el homosexualismo alcanzaría el 17% de la población; y que la pornografía, la APOSTASÍA, la impiedad, la inmoralidad, el libertinaje, el vicio, la violencia, y el crimen asumirían las proporciones que han asumido ya? La corrupción y podredumbre moral parece que sobrepasan a la situación que imperaron en Sodoma y Gomorra. No hay evidencia de que en aquellas ciudades se cometiesen con niñas y niños los abusos y atropellos que se están cometiendo en estos días.
    ¿Qué mensaje tiene para nosotros el avance incontenible del materialismo, el vicio, la decadencia de los valores religiosos, la falta de respeto al Creador, y los motivos de sufrimiento que azotan a la humanidad? Dice en Génesis 6:5, que "vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal".  Y ante tal estado de cosas, Dios decretó el fin de aquella generación y envió el diluvio que barrió de la faz de la tierra a los que habían desatado sobre ella el imperio de la vio­lencia.
    El arrebatamiento de la Iglesia puede tener lugar en cualquier momento. La humanidad se está preparando para dar la bienvenida al Anti­cristo. Los días sombríos de la gran tribulación están muy cercanos. Debemos resistir la impie­dad y la apostasía y permanecer fieles a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.
    Dime, lector, ¿vives consciente de que el Se­ñor puede venir cualquier día? Si viniera hoy ¿te llevaría con Él? Este mundo irá de mal en peor hasta que Cristo venga. La venida de Cristo es la ESPERANZA DEL MUNDO. Jesucristo dará a este mundo la paz, la justicia, y el bienestar que los hi­jos de Adán han anhelado desde el día que nues­tro padre humano fue expulsado del paraíso.
    Los que reconocemos la soberanía de Dios, la veracidad de Su Palabra y la función reden­tora de Jesucristo, vivimos confiados en que:

"DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA,  
NUESTRO PRONTO AUXILIO EN LAS TRIBULACIONES" .
Salmo 46:1


escrito en 1984, y desde entonces las condiciones han empeorado,
por lo que pregonamos:


"Prepárate para venir al encuentro de tu Dios"
Amós 4:12  

1 comentario:

Unknown dijo...

Buenas tardes hermano Carlos, hemos estado leyendo algunos artículos suyos, muy edificante. El Señor prospere y bendiga su buen ministerio.
Saludos desde Tupiza BOLIVIA.