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lunes, 31 de diciembre de 2007

EN ESTO PENSAD - DICIEMBRE 2007

Una calurosa bienvenida cristiana te espera entre los hermanos de la

ASAMBLEA BÍBLICA "BETEL"
Calle Torreblanca, nº6 (detrás de la muralla Macarena), 41003 Sevilla
Correspondencia: Apartado 1313, 41080 Sevilla, España

Horario de cultos semanales:
domingo: 11:00 mañana Cena del Señor y Exposición Bíblica
7:00 tarde Predicación
jueves: 8:00 tarde Oración y Reflexión de la Palabra

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones". Hechos 2:42

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Boletín Mensual Nº 60 De La Asamblea Bíblica "Betel" en Sevilla, España



La Navidad y el Mundo Cruel
Cuando Cristo nació: “Dios manifestado en carne”, este mundo no le dio lugar (Lc. 2:7). “Despreciado y desechado entre los hombres” (Isa. 53:3). Ante Pilato gritaron: “¡Fuera, fuera, crucíficale!” (Jn. 19:15) y después, en el Calvario le crucificaron (v. 18).
Este mundo es culpable de la muerte del Hijo de Dios, Jesucristo. El pueblo dijo: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt. 27:25).
Se deshicieron de Él, y ahora se gozan y se alegran, mientras se envían regalos los unos a los otros (Ap. 11: 10). Esto es como lo que el Señor dijo a los fariseos:
“adornáis los monumentos de los justos”, quienes sus semejantes habían matado (Mt. 23:29-31). ¡Como si Caín, después de asesinar a su hermano, hubiera declarado el nacimiento de Abel un día de fiesta! Asimismo, el mundo que rechazó a Cristo ahora celebra el día de Su nacimiento; usan y profanan Su Santo Nombre para gratificar sus placeres carnales. “No tomarás el nombre de tu Dios en vano” (Éx. 20:7).
Así son las vanidades de este mundo.
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado” (Gá. 6:7). Porque Él tomará venganza por la sangre de Su Hijo muy pronto.

La única celebración en el calendario cristiano

El Señor Jesús nunca nos pidió celebrar Su nacimiento o Su resurrección cada año; pero sí, expresó Su deseo de que lo recordáramos en Su muerte. El primer día de la semana, el día de Su resurrección, el día de una creación nueva; ciertamente debemos estar cada semana reunidos en tal oportunidad a Su Nombre (Mt. 18:20), como criaturas nuevas en Cristo.
“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento” (He. 13:13), esto es, fuera del sistema religioso adaptado al gusto de los hombres, y anunciemos la muerte del Señor hasta que Él venga (1 Co. 11:25-26).
del folleto nº5590 de Verdades Bíblicas

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¿VEN PAPÁ NOEL, VENID REYES MAGOS, O VEN SEÑOR JESÚS?


“Amén; sí, ven, Señor Jesús” Apocalipsis 22:20

Esta es la última oración en la Biblia. La venida del Señor Jesucristo para reinar es la única esperanza para este mundo, lo sepa o no. Ni la política, ni la filosofía, ni la fuerza militar, ni la ciencia, ni la medicina ni la tecnología pueden ayudar. El mundo está lleno de todo esto y sin embargo va de mal en peor. ¡El Señor Jesucristo es la única esperanza! Su venida es la anticipación de los verdaderos santos en todas las edades. Aguardamos la esperanza de Su venida para arrebatarnos para estar siempre con Él, y también anticipamos la llegada de Su reino, cuando Él vendrá para reinar. Sea esta última oración en la Biblia la nuestra hoy y todos los días. “Amén; sí, ven, Señor Jesús”.

Iglesia de Cristo, reanima el amor,
Y alegre en la noche espera al Señor.


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“EL INMACULADO”

“...viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”. Juan 14:30

¿El Señor Jesús podía haber pecado? Algunos alegan que sí, razonando que por la encarnación Él vino a ser humano igual como nosotros. Pero a éstos se les olvida que Él nunca dejó de ser Dios, y Dios no puede pecar. La Escritura habla claramente de la impecabilidad y la deidad del Hombre del Cielo. Sus propias palabras demuestran que Él no tenía una naturaleza caída que podía responder a las tentaciones del pecado y Satanás. Declaró: “Viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí” (Jn. 14:30). Su perfecta humanidad no tenía una naturaleza pecaminosa. En esto Jesucristo no sigue el linaje de Adán, sino que es “el postrer Adán” (1 Co. 15:45), y “el segundo hombre” (1 Co. 15:47). Todos los demás seres humanos descendieron de Adán, pero Jesucristo vino del cielo mediante la encarnación y fue designado el “santo ser” (Lc. 1:35). Hebreos 7:26 afirma que el Sumo Sacerdote que Dios nos ha dado es "santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos". ¡Esto no describe la naturaleza nuestra! El Señor Jesucristo tenía una naturaleza humana, pero no como Adán, no descendido de Adán, sino una humanidad santa, perfecta, impecable.
Pero también nos consuela saber que Él conoce perfectamente el camino y las pruebas de nuestra vida. Como nuestro Hacedor Él nos conoce íntimamente (Sal. 139). Muchos piensan que si Jesucristo no podía pecar, entonces Él no puede socorrernos en la tentación. Pero esto no es verdad. No necesitamos el apoyo de un Cristo capaz de pecar, para vencer la tentación. Lo que Dios nos da es mucho mejor: es Aquel que “no conoció pecado”, que mora en nosotros por medio del Espíritu “Santo”. ¡Sea cual sea nuestra tentación, dificultad o prueba, nuestro Sumo Sacerdote, inmaculado y perfecto, puede salvar perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (He. 7:25-26). El verdadero e impecable Señor Jesucristo, santo, poderoso y compasivo, es más que suficiente. ¡Gracias a Dios por Su don inefable!
Carlos

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Estamos Aquí De Paso

“Como cristianos, nuestro deber es atravesar el mundo como peregrinos y extranjeros, sin tener nada que ver con él, excepto que somos testigos pacientes de la gracia de Cristo. Como tales debemos brillar como luminares en medio de las tinieblas morales. Pero desgraciadamente fallamos y no mantenemos esta rígida separación; nos permitimos ser engañados a entrar en alianzas con el mundo, y como consecuencia, nos involucramos en problemas y conflictos que propiamente no nos corresponden”.

C. H. Mackintosh, Notas sobre Números capítulo 31

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“Y tomó de su fruto, y comió” Gn. 3:6

Eva y Adán eran rebeldes contra Dios. La rebelión contra la autoridad es la esencia del pecado. Cuando alguien se arrepiente de su rebelión y obedece el evangelio, entra en un camino de obediencia y sumisión a Dios. Esto significa que obedecerá las leyes de Su gobierno (Ro. 13:1-5). La esposa deseará respetar a su marido y estará en sumisión a él (Ef. 5:22-24). Los creyentes en una congregación aprenderán sumisión a sus ancianos (He. 13:17). La sumisión, no la rebelión, conduce a la felicidad en la vida cristiana.
Donald Norbie

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CONSEJO A LOS HERMANOS MENESTEROSOS

“Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra” (Sal. 72:12).
El menesteroso clama: ¿qué más puede hacer? Su clamor es oído de Dios: ¿qué más necesita hacer? Que el lector menesteroso se dedique a clamar ahora mismo, porque así mostrará su sabiduría. No clames en los oídos de amigos, porque aun en el caso de que puedan ayudarte, es solamente porque el Señor les facilita hacerlo. El camino más corto es ir directamente a Dios, y clamar delante de Él. La rectitud es el mejor corredor: corre al Señor y no a causas secundarias.
“¡Ay!” dices tú. “No tengo ni amigo ni ayudador”. Tanto mejor; puedes confiar en Dios en ambas condiciones: como menesteroso y como desprovisto de ayudadores. Que tu doble necesidad sea la causa de tu doble súplica. Aun para misericordias temporales puedes esperar en Dios, porque Él cuida de Sus hijos en estos asuntos temporales. En cuanto a nuestras necesidades espirituales, que son las más pesadas, el Señor oirá tu clamor, te librará y suplirá todo lo que te falta.
Oh amigo pobre, pon a prueba a tu Dios rico. Oh imposibilitado, apóyate sobre Su ayuda. Nunca me ha faltado a mí, y estoy seguro que nunca te faltará a ti. Ven como un mendigo y Dios no te rehusará ayuda. Ven sin otro pretexto que Su gracia. Jesús es Rey, ¿te dejará morir de miseria? ¿Qué? ¿Te olvidaste de esto?
C. H. Spurgeon


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